Alysa

Capitulo 4

Alysa Nash (6 años atrás )

Me levanto temprano para ayudar a limpiar la casa, puesto que es en lo único en lo que puedo ayudar por el momento.

Mi familia corre de un lado para otro con sacos de harina y otros ingredientes, por lo visto hoy será un buen día para las ventas y todo gracias a que regresa nuestro futuro Alpha, Duman, creo que es su nombre, no lo vemos por acá desde hace cinco años.

Al menos el chico hace que nuestras ventas vayan muy bien, ya por eso me cae bien.

¿Las personas compran pan al estar emocionadas?

Salgo rápido de la habitación dejando a mi hermana menor dormida, me da envidia saber que ella tiene más tiempo para dormir, pues aún va a la primaria.

Extraño esos tiempos.

—Buen día familia —saludo al llegar a la cocina donde solo esta mamá y mi hermano Tristian.

—Buenos hija —responde mamá, le sonrió y tomó un jugo de cajita del refrigerador y me dirijo a la panadería para tomar algo, para desayunar en el camino.

Tristian no responde, solo se concentra en lo que sea que esté haciendo.

Me encaminó hacia la panadería, es una suerte que nuestra casa queda unida a la panadería; entro y tomo un  pan que se encuentran en el mostrador bajo la reprochadora mirada de Renata.

—Vas a dejarnos en quiebra —comenta dándole el dinero restante a una señora.

—Igual tengo tres hermanos mayores para que me mantengan —digo en un intento de guiñandole un ojo y saliendo con dirección a la casa de Camila.

¿Cómo hay personas que son capaces de guiñar un ojo?

Me encaminó hacia la casa de Camila, para luego partir para el colegio.

En mi clase nadie deja de hablar del futuro Alpha que vuelve de la universidad hoy para aprender cosas de Alphas o no sé qué, no estoy muy enterada de lo que debe saber un Alpha. Lo recuerdo cuando éramos niños, recuerdo su cabello pelirrojo y piel pálida, pero hasta allí.

—¿Por que todo el mundo habla de él? ¿Puede volar o que tiene de especial? —pregunta Camila con fastidio.

—No sé —comento de igual manera —al menos hace que vendamos mucho —digo levantando los pulgares, ella sonríe divertida.

—Gracias a él nos haremos ricas —dice guiñando un ojo.

¡¿Por qué yo no puedo hacer eso?!

—¿Nos? ¿Disculpa cariño? Eso me suena a grupo, me haré querrás decir —digo haciendo una mueca divertida, ella abre la boca fingiendo estar dolida.

—Auch — susurra colocando una mano en el pecho exagerando, una sonrisa divertida aparecen mis labios.

Volteo hacia enfrente con la llegada del profesor, dejando a Camila con una mueca exagerada sobre su rostro.

—¿Te imaginas que fuera tu mate? —cuestiona una compañera apoyándose en mi asiento — ¿O de Camila? Porque tengo entendido que él tampoco ha encontrado a su mate —pregunta fascinada y con cierto toque pícaro en su mirada.

—No gracias, ya comí —responde Camila con ironía, haciéndome sonreír nuevamente, otra chica pone los ojos en blanco y me observaba esperando una respuesta.

—Ya lo conozco, si fuera mi mate lo sabría, hubiera sentido su olor —respondo restándole importancia sin perder la sonrisa divertida de mi rostro  —es más fácil pensar que mi mate está en otra manada.

O simplemente no tengo mate, en mi situación es, ganar, ganar, ambas opciones son buenas.

—Pero cuando el se fue tú aún no te había transformado por lo tanto no lo sabes, quizá seas nuestra Luna. —Responde sonriendo, hago una mueca ante su comentario, no me gustaría ser Luna, mucha responsabilidad.

—No lo creo —digo con una sonrisa forzada.

Me gustaría encontrar a mi mate y experimentar las sensaciones que se supone se tienen con la pareja destinada. Pero también me gusta mi vida tal y como está, después de todo yo voy a ser la dueña de la panadería, junto con mi hermano Lear; aunque mi mate y yo podríamos trabajar en la panadería, junto con mi familia, pero eso supondría muchos cambios en mi vida.

Luego de un cansado día en el instituto,  bueno no tan cansado porque me la pase riendo y no tan largo, porque a penas es medió día, pero me gusta exagerar un poco. Me dirijo a uno de mis lugares favoritos, un claro que hay dentro del bosque, me da mucha paz estar allí.

Me tiró sobre el césped relajando mi cuerpo, estos días me he acostado tarde haciendo tareas y ha sido un poco estresante, me quedó allí por un rato, solo observándole cielo. Me quedo estática al sentir un exquisito aroma llegar a mis fosas nasales, cada parte de mi cuerpo vibraba al sentirlo acercarse.

>>Es él, nuestro mate >>dice emocionada Lea, podía sentir su felicidad.

Mi corazón late sin control asustada, no sé si estoy preparada para saber quién es. No quiero saber quien es.

Me levanto con rapidez y observo hacia todos lados buscando la fuente de tan maravilloso olor.

Mi interior lucha por tomar una decisión, si esperar y buscarlo o huir y esperar hasta estar lista.
Todo el bullicio de mis pensamientos no me deja pensar con claridad, sin pensarlo por más tiempo tomó mí mochila con rapidez y corro hacia el lado contrario por el que él o ella viene.

Mi corazón late como loco y mis piernas obedecen las ordenes de mi cerebro moviéndose con rapidez en línea recta mientras el aroma se desvanece en el aire, la adrenalina que corre por mi cuerpo no me deja pensar en lo que hago, solo en que debo seguir corriendo.
Mi respiración es irregular y no me permite seguir con el mismo ritmo, cuando creo estar lo suficientemente lejos me detengo apoyándome sobre mis rodillas para tener un poco de estabilidad.

Me siento intentando de superarme, colocó la cabeza sobre mis rodillas intentando procesar lo que acaba de pasar.

Sentí a mí mate y hui.

—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué a mí?! —digo presionando mi cabeza —eres idiota Alysa ¿Por qué huiste? Pero tampoco podía quedarme ¡¡Ahhh!!



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En el texto hay: hombres lobo, rechazo, alysa

Editado: 09.08.2022

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