Alysa Nash ( Presente)
Abrazo a Renata tan fuerte como me es posible, no sabía que la extrañaba tanto hasta el momento de encontrarme entre sus brazos.
—Te extrañe —murmura apoyándose en mi hombro —¿Qué haces aquí? ¿Estas bien? —cuestiona, asiento efusivamente.
—Estoy bien ¿Y tú? ¿Dónde están todos? —inquiero emocionada, tenía tanto tiempo de hablar con ella.
—Estoy bien, creo que los demás en la casa, bueno, los que siguen viviendo aquí —dice sonriendo, en ese momento fija la vista en Susan, quien sonríe y la saluda con una mano.
—Hola tía Renata —sonríe mostrando sus dientes, mi hermana se acerca a ella y la abraza.
—Tenia muchas ganas de conocerte —habla Renata mientras la estrecha entre sus brazos.
—¿Quién ya no vive aquí? —cuestionó extrañada.
—Tristian y su familia —responde mientras sigue observando a Susan —se mudaron hace tiempo.
Murmuró un "Ohh" y me distraigo obserservando el interior de la panadería, está un poco diferente a la ultima vez que lo vi, todo esta más vacío, sin vida, ya no es tan colorido como antes, los colores de las paredes se ven sucios y opacos.
—Todo está diferente a como lo recuerdo —comento con nostalgia.
—Todo ha cambiado, desde que te fuiste todo es...diferente —comenta con tristeza, pero luego sonríe y me hace señas para que salgamos por la puerta trasera.
—¿Y si vienen a comprar? —preguntó confundida al ver que deja sola la tienda.
Susan se concentra en observar todo con curiosidad.
—No creo, seria un milagro que alguien viniera —responde, frunzo el ceño, si no mal recuerdo se vendía todo el día —no hagan ruido, todos se van sorprender —comenta con una gran sonrisa, algunas arrugas se marcaban en sus ojos cuando sonríe. Asiento y tomo a Susan de la mano para salir de la panadería.
Renata entra por la puerta de la cocina y se dirige a la sala haciendo una señal para que guarde silencio, Susan y yo nos quedamos en la cocina.
—¡Familia! ¡Tengo una sorpresa! —dice feliz.
—¿Ahora qué Renata? —reclama Lir, escuchar su voz me hace sonreír inconscientemente.
—¿Qué es? —cuestiona la cansada voz de papá, apretó con fuerza la mano de Susan al escucharlo, extrañé tanto su voz.
—Auch —se queja Susan por lo bajo, le sonrió en forma de disculpa y suelto su mano.
—Ven —ordena Renata, asiento con una sonrisa y me colocó a su lado.
—Hola —saludo con la mano y una sonrisa feliz plasmada en mis labios.
Lir abre ligeramente la boca mientras me observabas de arriba a bajo, papá abre mucho los ojos y la primera en reaccionar y levantarse con los ojos llorosos es mamá.
Me abraza tan fuerte que siento que en cualquier momento va a deshacerme, le correspondo el abrazo recostándome en su hombro, no pensé que iba extrañar tanto sus abrazos, la sensación cálida que solo sus abrazos.
Uno tras otro me envuelven entre sus brazos haciéndome derramar algunas lágrimas en el proceso, pensé que ya había pasado la etapa de llorar por todo, pero creo que no, aún sigo siendo muy sensible.
—Ella es Susan Tauriel mi hija —digo llamándola, Susan se coloca a mi lado y los saluda de forma tímida, ellos sonríen y se acercan a ella.
Ellos ya sabían sobre Susan y Uzziel, les había comentado sobre ellos en las pocas llamadas que habíamos hecho desde que me fui.
Al verlos allí, sonriendo por mi llegada, no podía más que estar agradecida de tenerlos a ellos como mi familia, los había extrañado tanto, Lir se arrodilla frente Susan y le tiende la mano presentándose y después de él papá y mamá emocionados por verla.
Me siento sobre el gastado sofá y ellos se apresuran a hacerme compañía, Susan se sienta sobre mis piernas y presta atención a las palabras de mi familia, ellos me llenan de preguntas sobre mi llegada, que ni siquiera me dejan responder una cuando ya me han hecho otra.
—Ehh, tranquilos todos, ya les cuento todo —digo divertida —bueno, terminé aquí porqué atacaron nuestra manada mientras Uzziel cerraba un trato en otra manada y nos tocó huir —relató brevemente.
—¿Y por qué viniste aquí? —pregunta extrañado Lir—no digo que no seas bienvenida, pero no es el lugar más seguro para ti.
—No era mi plan venir aquí, de hecho mi plan era ir a otra manada —comentó con una sonrisa divertida —pero bueno, estoy aquí —digo con una mueca de fingida tristeza.
—Auch —dice Renata —y yo que pensé que nos querías ver —dice bajando la cabeza.
—Yo si tenía ganas de conocerlos —habla Susan —mamá me ha hablado mucho de ustedes, mi papá también quiere conocerlos —termina con una sonrisa.
—Aww, que linda, nosotros también moríamos de ganas por conocerte —dice mamá haciendo una seña para que vaya con ella, ella obedece y se acerca.
—¿Y para donde ibas? —cuestiona papá extrañado.
—Cressida —respondo.
—Donde el tío Gabriel —añade Susan, yo asiento.
—¿Lo conoces? —cuestiona Renata frunciendo el ceño, asiento.
—Es el tío Gabriel —vuelve a aclarar Susan, todos los presentes voltean a verme esperando que confirme.
—Es el primo de Uzziel, pero Susan le dice tío —aclaro —nos ha visitado muchas veces.
—Vaya, no pensé que mi hermanita conociera a personas tan importantes —menciona Lir levantando las cejas.
—Discúlpame hermano, pero soy Luna de Asmen, no sé que esperabas —alardeó guiñándole un ojo —por cierto ¿Y Adara? —preguntó al no verla, ya debería haber regresado del colegio.
Tengo miedo de ver a mi hermana menor y ver que ya es una adolescente y no una niña como cuando me fui de esta manada.
—En su habitación —responde simplemente mamá —casi nunca sale de allí.
—¡Adara! —Grita Renata, haciendo que cierre los ojos ante el ruido, mi oído es un poco sensible.
Luego de un momento, baja una joven alta de piel morena y cabello hasta los hombros, es muy hermosa. Ella levanta la cabeza observándome para luego sonreír y correr hacia mí para abrazarme emocionada.