Alysa

Capitulo 6

Alysa Nash:

La ira recorre mi cuerpo, con cada paso que doy algo se enciende en mi interior, aún no creo que Duman sea tan cobarde como para hacer pagar a mi familia por algo que no hizo, en todo caso sus problemas serían conmigo no con ellos, pero aún así él y yo no somos nada, así que no le debo nada.

Apretó los puños a mi lado y apresuró mi paso al ver la mansión del Alpha.
Me detengo cuando estoy frente a la puerta de entrada, confundida.

¿Qué haré? ¿Qué estaba pensando al venir aquí?

Me deje llevar por mis sentimientos. Estoy perdiendo el tiempo, no ganaré nada si dejo mis sentimientos me dominen, no ganaré nada al insultarlo, tengo que concentrarme en ayudar a mi familia, solo en eso.

Debo llevarlos a mi manada, Uzziel no se negará a ayudarlos, estoy segura, por muy ocupado que este me escuchara.

Cierro los ojos y respiro profundo, intentando tranquilizarme antes de regresar a casa. El aire se atora en mi garganta cuando siento el característico aroma de Duman llegar a mis sentido, abro los ojos de golpe encontrándolo a unos pasos de distancia junto a otros hombres que nunca habían visto, creo.

Todos van de traje, seguramente vienen de una reunión, pero el que más destaca de su grupo es Duman por su cabello rojizo y rizado, me sonríe al observarme.

Se ve atractivo con traje, hace el contraste perfecto con su color de piel y cabello. El hombre es atractivo, eso no se puede negar, que sea una mierda es otra cosa.

Me doy la vuelta dispuesta a irme, pero su voz me detiene. Verlo hace que imágenes de mi familia vienen a mi mente y mis manos pican por estrellarlas en su cara.

La violencia no es la solución, me repito varias veces.

—Alysa ¿Qué haces aquí? —cuestiona extrañado, respiro profundo y niego.

Ay, justo ahora tenía que aparecer.

¿Y si me hago la muerta?

–Nada, ya me iba —comento simplemente.

—Justo les estaba les hablando de ti —agrega con una sonrisa refiriéndose a los otros hombres que, al igual que él van de traje –les hablaba de su próxima Luna.

—Entonces no hablaban de mi —digo sin importancia. —Adiós, fue un gusto verlos —digo siendo cortes, pues en mi vida los había visto, excluyendo a Duman.

—Te equivocas linda —habla Duman con una pequeña sonrisa —la conversación era sobre ti.

Cómo que algo pasó y yo no estoy enterada.

—No estoy entendiendo, pero igual no me interesa su conversación, por lo tanto me marchó, feliz día —digo con una sonrisa falsa sobre mi rostro.

¿Cuándo me volví tan buena aguantando las ganas de golpear a alguien y ser amable al mismo tiempo? Ser Luna ha cambiado muchas cosas en mí y tener como pareja a Uzziel también ha contribuido a la causa.

—Espérenme en mi despacho, llegaré pronto —dice con un tono amable y con su característica sonrisa, no se porqué pero me molesta, verlo hacer eso, me hace creer que es hipócrita, aunque no sea el caso, bueno un poco sí.

Vaya trauma arrastró conmigo y no se ni cuando comenzó.

—Igual caballeros, Duman y yo no tenemos de que hablar, así que pueden esperarlo —digo intentando enmendar mi estupidez de venir aquí e intentando no quedarme sola con él.

Duman le lanza una mirada a los hombres que aún seguían detrás de él; haciendo que estos comiencen a caminar hacia el interior de la casa.

—Si viniste tú personalmente debe ser algo importante —vuelve a hablar observándome con una sonrisa que no sabría identificar —¿Algo que te haya echo enojar?  ¿Ya no hay agua caliente en tu casa? —dice con cierta burla, me muerdo el labio con fuerza al escucharlo.

Y se atreve a burlarse de la situación de mi familia, pendejo de mierda.

—Eres la peor persona que conozco —espeto enojada —no sabes cuanto te odio —respondo enfurecida.

Estar a su lado me hace sentir tan pequeña e insignificante, no recordaba lo horrible que que él sentimiento de  inferioridad.

—No linda, no lo sé —dice acercándose a mí, me mantengo firme en mi lugar aunque todo me dice que retroceda —¿Me odias? —cuestiona tomando mis mejillas con más fuerza de la necesaria y haciendo que levante la cara para que lo observe.

Mi respiración comenzaba a agitarse, odio que me toque cuando yo no he dado permiso para que lo hagan.
Me causa cierto temor estar a su lado.

—Te odio con cada centímetro de mi cuerpo —escupo con molestia, pero aún así mi voz sonaba baja, sin tener el valor para gritarlo.

—No es mucho entonces —habla con burla viéndome desde arriba —puedo vivir con eso.

Quería alejarme, pero mi cuerpo no me lo permite, estaba estática en mi lugar.
Quería golpearlo y dejarle claro que no tenía ningún derecho a tocarme, pero mi cuerpo no me respondía y eso me molestaba de sobremanera.

Duman suelta mi rostro y se aleja unos pasos, antes de observarme con con una sonrisa sobre sus labios.

—No has cambiado mucho Alysa —murmura, cada músculo de mi cuerpo está tenso y mis ojos pican, pero a la vez la ira corre por mi cuerpo.

No quiero llorar frente a él.

—Tu tampoco —respondo —sigues siendo un maldito abusivo que no sabe respetar el espacio personal de los demás. —El sonríe en respuesta, pero no responde nada —y sobre todo sigues siendo un cobarde que hace pagar a mi familia por mierdas que no tienen sentido.

—Ya te fueron con el chisme, debí suponerlo —responde rodando los ojos y haciendo una mueca —es gracioso  que tu me vengas a decir cobarde a mí, cuando fuiste tú la que huyó, irónico ¿no? —cuestiona levantando una  cejas, sin borrar su sonrisa.

Me muerdo el labio con fuerza sin saber que responder, es verdad, soy una cobarde, pero igual no me arrepiento de haberlo hecho.

—Créeme que fue lo mejor que pude haber hecho —admito —así conocí al único hombre al amó —digo con intención de lastimarlo.

Él me observaba detenidamente con expresión seria y mirada asesina, pero luego sonríe cínicamente e intenta acercarse nuevamente, esta vez si retrocedo.



#15326 en Novela romántica
#6817 en Fantasía

En el texto hay: hombres lobo, rechazo, alysa

Editado: 09.08.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.