Amada Mía

Capitulo 3

 

—¡Padre que es esta locura, como que mi futuro Esposo!— Grito al borde de la locura— ¡¿Cómo me vas a decir que este desconocido es mi prometido, me has comprometido sin mi consentimiento.

—Lo siento hija pero él pago de nuestras deudas debes pagarlo tu por tu crianza, así que eres tu la paga. Por esa razón hoy mismo te vas con él ya que tu boda se realizará en unas semanas — Replica mi padre con voz autoritaria y sin vergüenza. Me desmorono mientras empiezo a llorar y gritar, como se atrevió a utilizarme como su método de pago.

—¡Yo no me voy a ninguna parte con este desconocido! — Vocifero con un nudo en la garganta. Lloro dando vueltas alrededor del salón, miro a mamá de pie en el lumbral de la puerta, corro hasta ella y le pido una explicación. —Madre dime que esto es mentira, verdad que es una broma de mal gusto, explícame de qué se trata este absurdo juego— Las lágrimas me salen como cascadas.

Mi madre niega y me abraza con fuerza. Ella llora, acaricia mi cabello rubio y me pide que la perdone.

—Perdóname mi amor. Por favor, ayúdanos o prefieres vernos en la Cárcel tras las rejas por esa deuda que incluso te dimos estudios.

Caigo de rodillas al frío piso, siento un nudo fuerte en mi pecho. Cómo es posible que me obliguen a irme con ese hombre por esa deuda que ellos mismo deberían pagar. No lo conozco y además no quiero. Unos brazos me levantan y me sujetan, empiezo a patalear y a gritar con fuerza.

—¡Suéltame!— Chillo desesperada—¡Mama no permitas esto!

—Armando, llévesela— Ordena el maldito de mi progenitor. El tipo me levanta recargándome en su hombro como un saco, yo sigo llorando y gritando para que me baje.

—Pueden ir a visitarla cuando quieran— Replica el maldito.

—Oh mi hija perdóname veras que no te arrepentirás!—Exclama mi madre fingiendo que le duele que este desconocido me lleve.

—¡Madre, por favor…— Levanto la mirada a mi padre y segura le grito—¡Te odio ojalá que estés maldito toda tu vida! — Lloro más fuerte.

—Llévese a esta ingrata don Armando— Nuevamente ordena mi padre. El desconocido sale de la casa conmigo en su hombro, lloro pero creo que de nada me sirve. Cierro los ojos y pido al cielo que esto sólo sea una maldita pesadilla y no la jodida realidad.

—Si te portas bien y dejas de gritar, te aseguro que estarás bien, pero si sigues con tu berrinche, recibirás unos buenos azotes y una bofetada que jamás olvidarás o quieres ver a tu madre sufriendo en la cárcel — advierte con amenaza. 

Niego mientras siento mi corazón retumbar con fuerzas, mi cuerpo tiembla por sus palabras, la piel se me achina. Dejo de gritar y lloro en silencio sintiendo como se me desgarra el alma en pequeñas partes. Abrocha mi cinturón y cierra la puerta del copiloto con seguro, sube y a los segundos arranca a todo prisa a los minutos nos encontramos en la autopista de la ciudad.

Cierro los ojos reprimiendo las lágrimas que amenazan con salir, el nudo formado en mi garganta duele. Lloro tapando la boca la cabeza me retumba por lo ocurrido hace unos minutos. Miro al tipo de reojo, éste maneja con tranquilidad. ¿Quién es él? Por qué el maldito de mi padre nisiquiera me hablo de este hombre, fui la paga de su deuda. No entiendo nada, todo es tan confuso y raro, este caso parece salido de una película de terror, donde el tipo compra a la chica por mucho millones y luego la lleva a prostituir hasta luego matarla y vender sus órganos con los más ricos del mundo. Negando cierro los ojos y me digo que eso no será mi caso. Eso espero. 

Durante el trayecto del viaje que ha saber dónde me lleva, decido perderme en mis pensamientos. ¿Qué pasará conmigo? Mis estudios, mis dos únicos y valiosos amigos, oh mi novio Miguel.

Pongo las manos en mi pecho, las aprieto por el dolor de sentir esto que me está pasando. Me quedo sumergida en mis pensamientos por horas, no me percato cuando el coche se detiene.

—Hemos llegado—Espeta saliendo del coche, lo rodea y abre la puerta de copiloto.

Salgo abrazada a mí misma, el viento sopla con rigor, miro para todos lados sin saber qué lugar es éste. ¿En dónde me ha traído? Incluso hace frio

—Estamos en Estelí, en carretera Panamericana lejos de la ciudad, esta es mi finca y acá se realizará nuestra boda que será dentro de una semana, recuerda fuiste el pago de una deuda millonaria y debes obedecer o les ira mal a tus padre- Me aclara enojado a lo que no digo nada, a pesar de todo son mis padres.

El tal Armando toma de mi brazo y me lleva con rapidez, una vez adentro de la finca se aprecia una casa grande y hermosa de corredor con un porche, sala, área de comedor de la cual tiene palmeras a su alrededor, con flores de todo tipo, pasto verde y repleto de plantas amarillentas. Su clima es agradable mientras que mi vida es un total caos.

Varios hombres al ver a este mal nacido hijo de su mamá lo saludan y luego siguen en lo suyo.

—¿ Beatriz!—grita el pendejo de mierda, ¿quién es Beatriz? Aparece una señora bajita y regordeta justo en la entrada de la gran casa.

—Hola señor Armando, ha vuelto.

—Beatriz ella es Carime mi prometida— Le dice sin quitar la vista de mí. —Carime ella es Beatriz, la persona que se encargará de ti y desde ahora que se te quede grabado en tu cabecita, nada es color de rosa-trago saliva y reprimo el llanto que amenaza con salir de mis ojos. El tal Armando da la orden a un tal Josep para que meta mis cosas, no entiendo en que momento me empacaron todo y a qué hora los habrá metido en la cajuela del coche de este tipejo.

Todo ya estaba planeado por mi padre y este hombre.

—Beatriz avisa a los demás empleados que ya estoy de regreso.


Dios mío, todo esto es real. Absorbo por la nariz, el aire se me hace espeso mientras que el corazón y el alma me duelen.

-Prepara la cena para mi amada, pollo asado, tortillas de maíz, ensalada, pronto bajaremos para la cena-replica con tono autoritario.



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En el texto hay: pasión, amor, venganza

Editado: 25.04.2024

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