Amada Mía

Capitulo 17

Armando.

Abrí los ojos lentamente, estaba por levantarme de la cama pero me detengo al sentir que la cabeza me va a explotar en miles de pedazos, mi cuerpo está pegado junto a una pequeña suave y deliciosa piel, beso su sien sin despertarla, huelo su cabello embriagándome con su aroma. Me levantó de la cama aturdido y con la punzada más fuerte en la cabeza.

Entre al cuarto de baño, prendo al regadera con agua tibia. Los recuerdos de anoche invaden mi mente, sonrió como un idiota, no sé cómo paso, le hice el amor a mi esposa. Debe ser que la borrachera me hizo caer ante ella. A pesar de no querer implicarme, pasó lo que me temía, ni modo caí bajo por ella, haré como si no me acuerdo de lo sucedido.

Al salir del baño, seco mi cuerpo mientras llamo a la tienda de hotel para pedir un traje, calzoncillo y para Carime, vestido y ropa interior.

Me senté al borde de la cama inspeccionando su rostro dormido. Duerme plácidamente, como si estuviera en el mundo de las maravillas. Le quito la sabanas y azotó su trasero, para que despierte, es una perezosa.

—¡Oye!—grita adormilada.

—Te crees la reina Isabel, debemos partir, no tengo todo el tiempo para esperar a que despiertes cuando se te dé la gana.

Sé que mi voz suena duro, pero es lo mejor, no caeré en su trampa. Ella no me da lástima, quiere ganar confianza para escapar con ese Miguel, pero si Carime me vuelve a desafiar no se imagina la sorpresa lo que le haré.

Cuando tocan a la puerta dejo de lado mis pensamientos, abro y el mensajero entra con mi pedido, marcó la tarjeta y sin nada que decir cierro la puerta.

—Dúchate ya es hora de marchar.

Asiente con la cabeza baja.

Me vestí y a los pocos minutos Carime sale envuelta con la toalla. Se acerca a mí y besa mis labios, quedó quieto como una piedra. ¿Por qué ha hecho eso? Acaso quiere que la bese como anoche, vaya que tonta. Está equivocada si piensa que caeré rendido como ayer, no estaba cuerdo por esa razón me deje llevar por mis sentimientos hacia ella.

—¿Te acuerdas de todo lo que sucedió anoche?—pregunta alejándose de mí.
Su voz dulce y angelical me enloquece.

(¡Para! Armando no debes caer.)

(Ya haz caído por ella, aún que no lo aceptes)— me recrimina mi mente débil.

—Cuando estoy ebrio no me acuerdo de nada así que deja de preguntar y termina de vestirte que me atrasas— Mentí ya que me encontraba cuerdo y encantado de lo que hacía.

Carime asintió con una sonrisa torcida.

***

En el trayecto del viaje ninguno decía nada, ella se encontraba sumergida en sus pensamientos, que de seguro pensaba en ese Miguel, Mientras que yo no dejaba de pensar en cómo la hice mía, sus gemidos de placer que brotaban de su dulce boquita era como melodías de algún instrumento musical.

Maldición debo de olvidarme en sentir esto y no ser bueno ni conmigo mismo.

《Las personas buenas son debiles por eso pierden en la batalla, mas sin embargo el malo siempre es fuerte e invencible》

Nunca debo olvidar esa frase.

Llegamos a casa, Carime al bajar del coche corre al interior de la casa. Ordenó a los guardias que guarden el coche, entre y la vi sentada en el comedor.
Maggie nos sirve la comida para ambos, ingerimos en silencio. Al acabar subo a la habitación, lavo mis dientes y me ducho nuevamente. Me vestí con mi traje de siempre, observo la hora en mi reloj, este marca las 11:30 de la mañana. 

Al bajar las escaleras, Cariza viene subiendo desganada.

—¿Vas a salir?—pregunto curiosa.

—Así es, voy a salir y vendré tarde—respondí seco.

—Iras a verte con la Araña esa.

Araña a quien se refiere.

—No te entiendo.

Rueda los ojos y con burla replica.

—Esa mujer operada, la tal Ariana ella dice que sostuvo una relación íntima contigo y que sólo seré tu jueguito como los has echo con todas, ah y resulta que tu querías algo serio con ella, pero te rechazo.

Ariana la mujer insípida,  ni siquiera me mueve el tapete esa pechos y labios operados.

—Nos vemos— Espeto sin responderle nada, que piense lo que su mente desee, total me importa poco..

(No inventes, ella si te importa pero te haces el desinteresado)

Maldita voz que me atormenta cada día.

Salgo de mi casa y me subo a mi Renuealt, dirigiéndome a la Empresa en Granada. Mientras conduzco, pienso en lo que me dijo Carime. Maldita Ariana, jamás me he acostado con ella, no me gusta para nada, es falsa e insípida, se siente la mujer más hermosa, (pero para mí no lo es) no entiendo por qué razón le dijo eso a mi esposa.

Se las verá conmigo por meterse con mi mujer.

***

Me encuentro sentado en mi despacho revisando en la tableta la cantidad de ventas realizadas en este mes, tal parece que la venta de ganado aumento un 90%. Suspiro cansado y desganado, debería estar feliz pero no lo estoy los millones en mi cuenta bancaria no me hacen feliz.

Llame a mi secretaria y le informe que mande una convocatoria para una reunión de suma importancia con los jefes de las diferentes plantas.

El día transcurrió entre conversación de los diferentes planteos que cada jefe de planta sugería para incrementar la cría de ganado, incluso utilizar la enciminación artificial.

Diez de la noche, esa es la hora exacta en que llego a la casa. Estacione mi auto en el Garaje, antes de entrar dentro de la casa, camino hasta el jardín, me senté en uno de los banquillos, miro hacia el cielo estrellado, por un breve momento cierro los ojos y lo primero que pienso es ella.

—Cuando sea grande dibujare muchas estrellas— su angelical voz retumba en mi cabeza, como si me lo estuviera diciendo en este preciso momento.

Pienso en algunas cosas ocurridas hace diez años atrás. Como olvidar si están presente en mi cabeza en mi mente y corazón.

Diana como te extrañó.

El dolor provocado por ciertas personas, me ha hecho ser esto que soy, un hombre sin un corazón bueno y sin sentimientos.



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En el texto hay: pasión, amor, venganza

Editado: 25.04.2024

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