Amada Mía

Capitulo 25

Carime.

La mañana era sensacional y reconfortante, me encontraba en el jardín disfrutando del aroma de las flores y margaritas, aspire los olores que emanaban. La brisa es agradable, levante las manos, inhalando el aroma delicioso de la naturaleza me sentía plena y feliz, en estos días Armando ha cambiado, logre decirle que lo amo y aunque él no me respondió lo mismo se que siente algo por mi, ahora me trata diferente y cuando se va a la empresa me llama para saber como estuvo mi día.

Por otro lado han sucedido muchas cosas, mi esposo me llevo a cenar, luego hacer compras, incluso me regalo un móvil para estar en contacto con él y mis amigos. El fin de semana la pasamos agradable, fuimos a ver el mirador de Catarina en Masaya, nos acercamos a tomar fotos en la laguna de apoyo, fue increíble ver a mi esposo sonreír y tomarse fotos conmigo, ese día nos quedamos a dormir en un hotel y toda la noche hicimos el amor apasionante y sin querer descansar.

Fue una experiencia inolvidable.

Tengo que dejar mis cavilaciones ya que me sonrojo en solo pensar en todas las cosas que Armando hizo en el acto. Jamás pensé que salir con la bestia hubiese sido tan genial y encantador, llevo más de cuatro meses casada y cada día me enamoro más de él. Suspiro y me pregunto si Miguel se encontrara bien, sé que él me ama o me amaba y espero que me perdone aunque nunca pensé que reaccionaria de esa manera, sé que mi confesión le dolió, sin embargo debía enfrentarlo.

Me enamore de Armando, a los pocos dia de casada, su forma en que me trato no fue la mejor pero en el corazón no se manda. No tengo la culpa que mi corazón quiera controlar a mi mente.

Dejo de lado mis pensamientos al ver los arbustos en el fondo del inmenso jardín, siento un deseo por ir a ver qué hay ahí, tengo mucha curiosidad.

Me levanto de la banca y camino en esa dirección. Al llegar me detengo al sentir una sensación extraña, es como si algo me llamara, de lejos veo dos caminos uno que lleva al gran árbol de cortes en donde vi esa tumba (sentí un escalofrió) y en la otra calle que está lleno de valla de flores y al fondo una puerta de madera vieja.

Mire hacia los lados para cerciorarme que nadie me vea, por suerte Armando no se encontraba y los guardias estaban en la parte de enfrente. Corrí con el corazón en la mano, abro el pequeño portón de madera y de lejos puedo ver una caseta vieja a punto de derrumbarse, al llegar la curiosidad me gano, abrí la puerta de hierro oxidado, todo está en oscuridad. La piel se me erizo, el corazón me palpito con una fuerza sobre natural.

Algo me decía que entrara, tenía miedo pero entre y baje las escaleras con mucho miedo, la madera crujía por estar tan vieja, me detuve en el tercer escalón al oír la voz de Beatriz llamarme.

—¡Oh Dios! Tengo que salir de aquí antes que ella se dé cuenta— salí a toda prisa a lo lejos la veo buscándome, camine por los arboles de frutas, llegue hasta las vallas de margaritas disimule estar concentrada.

—Señorita por Dios, la he estado llamando—dice Beatriz preocupada. Le sonreí falsamente.

—Perdón, lo que pasa es que las margaritas son mis flores favoritas, estaba tan concentrada que no te escuche.

Dios desde cuando soy buena mintiendo.

—Oh lo imagine— mira para todos lados.

—¡Vamos!— le digo pestañeando los ojos.

No sé qué demonios esconde Armando, debo averiguarlo lo antes posible, me pregunto porque razón hay un sótano en este inmenso jardín y lo otro que me intriga, es la tumba vieja. Espero que mi marido no ande en algo turbio. Lo más raro de todo esto fue la sensación y la necesidad de entrar a ese oscuro lugar, es como si tuviera una conexión con el lugar pero que podrá ser, si apenas llevo meses viviendo en esta casa.

Esta noche es la fiesta del socio de mi marido, creo que se llama David según cumple muchos años de matrimonio, es magnífico el amor que se tiene esa pareja, no lo conozco pero me imagino que se deben amar muchísimo, es casi los mismos años de casado que tienen mis padres. Suspire exasperada al pensar en mis padres, más en mi madre la cual no tengo ida si estará bien al lado de un ser tan despreciable, ojala lo este y pues Jorge puede irse al diablo a comer mierda.

Entre a la ducha a refrescar mi mente y mi cuerpo, mientras frotaba el jabón de vainilla por mi cuerpo, mi mente volvió a divagar en el jardín, no entiendo porque no puedo olvidar lo que descubrí. Remuevo la cabeza tratando de olvidar todo el acontecimiento de hoy.

Al salir de la refrescante ducha , observo sobre la cama dos cajas blancas, dentro de ellas se encontraba un vestido negro liso hasta la rodilla junto a Ropa interior, el vestido es escote estilo corazón y en la otra caja tacones negros y altos.

Ya lista me aplico crema hidratante por mis piernas y en mis brazos, enchufo la secadora para secar mi cabello. Cuando termino de arreglarme, esboce una sonrisa de felicidad al verme realmente hermosa, mi cabello largo con hondas, mi rostro maquillado levementemis ojos se resaltan por la sombra en mi párpados , el vestido me quedo espectacular.

Realmente mi cuerpo ha cambiado en estos meses, ya no me veo como la niña tímida que casi no se maquillaba. La puerta de mi habitación se abre y entra Armando vestido de manera sexi.

—Te vez demasiado hermosa, tengo que preocuparme— comenta con sarcasmo.

No conocía eso de Armando, eso sono celoso.

Baje la cabeza cohibida, mi esposo camina hasta mí y levanta mi barbilla, sus ojos verdes me miran con un destello iluminado

—Estas bella amada mia,— asentí manteniendo el contacto con él.—No quiero ver que le diriges la palabra a ningún chico de la fiesta, solo estarás pegada a mi como se debe ¿Entendido?

—¿Por qué haría eso Armado?— inquiero nerviosa.

—Solo decía mi amor— replica tocando la punta de mi nariz.

—Esta bien—dije encogiendo los hombros—Lo que digas Amado.

Armando asiente sonriendo, baja las manos a mi cintura atrayendome a él de un rápido movimiento besa mis labios succionando mi lengua, se aleja de mi boca para luego deslizar su lengua mi cuello hasta mis pechos.



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En el texto hay: pasión, amor, venganza

Editado: 25.04.2024

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