Amada Mía

Capitulo 33

Armando.

Todo estos días la pasamos inolvidable, quien diría que Carime aprendiera muchas cosas en el ámbito Sexual. Recordar todos esos detalles me pone excitado, con ganas de hacerle el amor una y otra vez sin descanso.

Me la imagino moviéndose encima de mi como una diosa, su delgado cuerpo aferrado en mi hombro mientras me muevo dentro de ellas, su boquita besando mis pectorales, lo más sabroso era sentir como se movía, fue la primera vez que me deje llevar, jamás dejé que las aventuras me hicieran lo que ella si hizo durante estos días.

Amo a Carime que ahora lo único que deseo es permanecer a su lado. Ella es mi todo.

Esta mañana la he pasado entre buscar más información sobre Jorge y Amanda, por otro lado esa pareja me intriga una de ellas es darme cuenta que a Amanda se le murió su bebé al nacer. Qué casualidad más extraña que la señora Ivania perdió una bebé la misma fecha, todo eso me da entender una sola cosa y es que Carime fue arrebatada de sus verdaderos padres cuando apenas había nacido.

Le ordene a Javier que trate de sobornar a la administradora del hospital en donde nació la bebé muerta de los Castillos.

Necesito los expedientes, le haré una visita a mi socio David por medio de él descubriré lo que pasó hace 20 años. Se que no debería meterme en asuntos que no me conciernen pero esto se trata de mi mujer por lo tanto todo referente a ella debe ser importante para mi.

Algo me dice que descubriré muchas cosas juntas, si lo que mi mente piensa es verdad, no sólo hundiere a Jorge en la cárcel, si no a esa mujer, ambos son tal para cual, están cortados por la misma tijera.

En estos momentos me encuentro en la tienda de Estilo y moda, es vergonzoso pero deseo comprarle a Carime mucha ropa incluyendo lencería de encaje, ropa interior exóticos, quisiera que me lo modelara antes de hacerle el amor. Uhm perdón antes de dormir, quiero decir.

Soy un pervertido cuando se trata de mi esposa.

Mientras elijo todo tipo de ropa al estilo de mi esposa, pienso en como mi vida a estado cambiando a su lado, hasta siento temor, no quiero que ella recuerde todo lo sucedido hace 12 años, no quiero correr el riesgo de perderla.

Le extiendo mi tarjeta, a la cajera ella lo toma pasándolo por la máquina… luego me las devuelve con una sonrisa coqueta.

-Gracias por su compra, que tenga un lindo día.

No quise responderle, ni siquiera sonreírle, no suelo ser amigable con los desconocidos, aún no logró entender como logre tener amistad con mí amigo italiano y con el Doctor Taylor, ahora con David. En fin la vida trae buenas como malas cosas.

Luego de que la pendiente empacara las compras, se las quite y me encamine a la salida… creen que uno tiene su tiempo.

Minutos más tarde llego a la casa, quito los seguros del auto y salgo, le lanzó las llaves a uno de los guardias. Camino con una sonrisa de oreja a oreja. Me siento jodidamente feliz.

Al entrar al interior de la casa, escucho murmullos dentro de la cocina, camino cauteloso y me asomó, dejo las bolsas de compras encima de la mesa junto a la entrada de la cocina.

Carime está esta sentada mientras Al otro extremo se encuentra Beatriz preparando una ensalada. Ruedo los ojos al saber que esa ensalada es de ella.

Últimamente anda con un apetito feroz. Entró a la cocina ambas al notar mi presencia se sobresaltan del susto.

-Amor-Dice levantándose de la silla, Me acerco para dejad un beso en sus labios

-Estas comiendo demasiado, cuida de no engordar-. Le digo con ironía, rápidamente deja lo que come.

-Que malo eres- espeta mordiendo mi labio inferior.

-Es una pequeña broma- Ella me fulmina.

-Vamos a la habitación luego bajamos por la cena.

Asiente tomando mi mano, pero luego dirige su mirada a Beatriz

-Beatriz puede subir la cena- Le ordena.

-Como usted ordene señorita

Al salir de la cocina, tomo las bolsas en mis manos y le extiendo, ella se fija y me sonríe. Sé que le agrada que sea detallista y sólo por ella lo soy.

Entramos a nuestra habitación la tomo de la cadera entrado al cuarto de baño, le quito la ropa, ella hace lo mismo conmigo, nos deshacemos de la molesta ropa por completo, besos y caricias es lo que disfrutamos bajo el chorro de agua.

La amo, la necesito, ella es lo único que tengo, con ella deseo formalizar una familia para llegar hasta ser unos ancianos.

Al terminar el delicioso y excitante baño. Carime se viste con uno de la ropa interior que le compre, luego se puso un vestido, realmente todo le queda espectacular, es hermosa.

Cenamos a gusto, sin quitar la vista del uno al otro, ambos disfrutamos del silencio de la noche, es confortable estar de esta manera con la mujer que amas.

Al finalizar la cena, Beatriz entró por los cubiertos, luego nos cepillamos los dientes, mientras mi esposa quedó en el baño, encendí la televisión y me recosté en la cama

-Ven, que tanto haces viéndote en el espejo.

-¿No me notas algo gorda?- Cuestiona mientras levanta el vestido tocando su vientre plano. Esta loca, la veo igual de siempre.

-Estas igual que siempre amada mía- Ruedo los ojos al verla jalarse el pellejo del vientre.

-No sé, me siento sofocada y gorda- Chasquea la lengua y sigue con lo de gorda.

Me levanto de la cama y voy hacia ella.

-Estas hermosa como siempre, vamos a la cama- Susurro mordiendo el lóbulo de su oreja.

La tomo en mis brazos llevándola conmigo, la deposité dejando varios besos en su vientre, ella ríe y me pide que pare de hacerle cosquillas.

-¡Ya! Basta- Ríe a carcajadas y a la vez se remueve.

-Okey me calmo.

Me recuesto a su lado abrazándola con fuerzas. Beso su mejilla y luego su boca, pasamos dándonos besos por rato.

-¿Armando hace cuantos años falleció tu madre?-Pregunta mientras hace círculos sobre mi pecho desnudo.

-Carime, deja de preguntar, es mejor que duermas ya está muy tarde.



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En el texto hay: pasión, amor, venganza

Editado: 25.04.2024

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