Capitulo 43

Armando.

Había transcurrido dos semanas desde aquel acontecimiento en donde nuestra vida cambio, los verdaderos padres de mi esposa se enteraron de lo sucedido y han estado con ella casi las 24hrs incluso me tome unas vacaciones para estar a su lado, los días en el hospital la pasó con una psicóloga, recomendada por Taylor, el resultado no fue muy bueno ya que ella se alteraba por unos minutos al no verme junto a ella. Lo bueno de todo es que ya ha reaccionado sobre de quien soy en su vida, hay momentos en que se queda ida sin decir nada, solo la pasa recostada sin querer mediar palabra alguna.

Decidí comprar una casa muy cerca de la familia Castillo fue petición de ellos y acepte, ya no quería seguir en la casa en la que todo nuestro infierno comenzó, eso podría afectarle aún más realmente me dolió mucho porque el cuerpo de mi madre descansa ahí pero fue lo mejor, no podría seguir arriesgándome en la salud de Carime. Tenía que empezar de cero si quería ver bien a mi pequeña Familia.

Cuando nos trasladarnos a la nueva casa, ya la veía en un mejor estado de ánimos, en dos ocasiones preguntaba por Andrés y decía que ambos se prometieron casarse, yo le decía que yo era Andrés y que ya estamos casados con un hijo en camino, reía y me pedía que le platicara anécdotas de nuestra infancia, todo rondaba lindo incluso vinieron sus amigos, ella reía a mas no poder, se acariciaba el pequeño vientre al sentir las pataditas del bebé, pero todo se fue al retrete en el momento que salí a la tienda a buscar sus antojos, al llegar a la casa me puse alerta al oír sus gritos y uno de los guardias hablando con un hombre, al ver de quien se trataba, deje todo a un lado, ellos nuevamente vinieron a mortificar nuestras vidas, Jorge y Amanda son los asesinos de mi madre y juro que pronto pagaran.

Dejo todo la compra en el suelo al verlos ahí de pies a un lado de mí amada, según tratado de controlarla, corro como un maldito loco y empujó a Jorge nuevamente la sangre me hierve, golpeó su rostro una y otra vez hasta dejarlo sangrando, los gritos temerosos de mi esposa me alertan, suelto al hijo de puta y llego hasta ella, me duele todo el alma al ver sus ojos rojos, su rostro desfigurado del miedo.

—¡No! ¡Yo no los quiero! ¡Ellos me quieren mataaaar! Como mataron a mi nana ¡Me vinieron a buscar! ¡Ayúdame!

Levanto a mi esposa del suelo, ella llora a llanto le hecho una mirada de odio Amanda

—Nada te va pasar a mi lado amor — Susurro besando su cabeza. A los segundos aparece Ivania se acerca y pregunta que ha sucedido, mira a Jorge y luego a Amanda. Me pregunto por qué razón dejo sola a Carime acá en el jardín, les di órdenes estrictas a estos guardias mediocres de no dejar pasar a nadie.

—Tú eres la que me robó a mi hija—Le Reclama Ivania a Amanda. El rostro de Amanda se desfigura de sorpresa.

—No sé de qué mierda hablas.

—¡Aléjenme de estas personas—Susurra mi esposa con horror.

—Ivania no es el momento—Replique calmado—Javier saca a este par de mi casa ahora, llama a la policía—ordeno para que ellos se larguen. Sin duda sé que Javier llamará a las autoridades.

—Todos estás loco, esto no se quedara así—Replica Jorge antes de salir del patio de mi casa.

—¿Dejas que se vayan?—Inquiere Ivania con enojo en su tono de voz, la ignoro y subo a la habitación, recuesto a Carime sobre la cama. Ella sollozante sujetando su vientre con miedo, nuevamente llora pidiendo que la proteja de esos asesinos.

—Te juro mi amor que ya no te dejaré ni un segundo a solas.

Carime me mira asintiendo para luego seguir mirando en un punto fijo sus ojos se pierden en la gran ventana, la puerta se abre, Ivania entra y se sienta al borde de la cama, acaricia los pies de mi esposa le dice palabras de ánimo. Carime se aleja un poco como si no quisiera que nadie la toque, abraza las sabanas sin siquiera decir nada. Dejo a Ivania con ella, salgo dirigiéndome a otra habitación, necesito descargar mi ira, ya no aguanto más.

El débil siempre pierde y muere, el fuerte vive y se fortalece.

Ese fue siempre mi lema ahora me preguntó dónde se ha ido. Entro a la habitación, miro un espejo cerca y le hablo a Andrés

—¿Qué debo de hacer ahora? Me siento débil como tú, no quiero eso, debo ser fuerte por ella y por nuestro hijo, ayúdame a ser como lo era antes o me volveré loco hasta matar a ese par.

<<Ten paciencia y no hagas una locura, estas bien hasta ahora, no cambies, sólo protégela ya no me molestes más ya nada puedo hacer por ti.>>

Me rio

—Es en serio, hasta hoy aparece y me dice eso, idiota debilucho. Me recuesto en la cama, mientras pienso que debo de hacer, saco el móvil de mi pantalón para luego marcar el número de Javier.

—Señor.

—¿Llamaste a la policía como te dije?—Le pregunte hastiado de todo esto.

—Sí señor, ya está todo como me ordeno, esos pronto caerán en las manos de las autoridades— Sonreí satisfecho, cuelgo la llamada y suspiro aliviado, me levanto de la cama saliendo de la habitación, camino por el pasillo silencioso, quisiera matarlos pero no quiero hacer eso y refundirme en la cárcel. Paso mis manos por mi rostro, me dirijo a la habitación junto a mi esposa.

—No reacciona Armando— Musita Ivania con tristeza.

—Es mejor que descanse, ya es muy tarde— Digo tratando de echarla de una puta vez, necesito estar a solas con mi esposa.

—Jairo me ha llamado, desea verla después de lo ocurrido— Se muerde el labio reprimiendo las lágrimas.

—Dile que sea mañana, ahora ya es muy tarde, necesito que ella este bien— Replico con dureza. Ivania asiente, se levanta de la cama dejando un beso en la sien de Carime.

—Buenas noches Armando. Cualquier cosa no dudes en llamarnos.

—Amada mía ya estamos solos—. Le digo, beso sus labios entreabiertos, la abrazo, toco su vientre y lloro sacando todo el dolor formando en pecho.

Los días pasaron, los malditos engendros no fueron atrapados por las autoridades, pero pronto caerán. Por otro lado Carime está peor que antes, no habla, no llora, sólo duerme día y noche, casi no come, la psicóloga duda en ver mejoría en ella y yo estoy a punto de cometer una maldita locura, habían pasado meses en ese estado, quería llevarla a otro país quizás sería bueno sin embargo con su estado no puede moverse por ahora.