Amada Mía

Capitulo 47

Armando.

Estaba como loco, ansioso y apunto de desmayarme.

—No me dejes sola—Pide mi esposa ya nerviosa.

—No lo haré mi amor, estaré contigo hasta que nazcan nuestros bebés.

Sonríe con lágrimas en sus ojos, beso su sien y froto su brazo, tratando de reconfortarla, me siento muy nervioso no quiero que le pase nada a ella y a mis hijos, se que no será fácil ya que es un parto gemelar

—Armando mis bebes quieren nacer ya—Se queja apretando mis manos.

La obstetra mira la máquina que marca los latidos de los bebés, se acerca a mi esposa, le toca el vientre y le dice que le hará un ultrasonido para ver la posición en la que están

—Veremos la posición en la que están los bebés en estos instantes—Habla mientras mueve el aparato sobre el vientre de mi Esposa.

—Ya no aguanto. Me duele demasiado— Espeta mordiéndose el labio.

—¿Doctora a qué hora esto empezara? Acaso no ve como está sufriendo mi esposa—. Mascullo enojado hasta estoy a punto de sacarla de aquí.

—Tenga paciencia ya pronto se resolverá, tendremos que intervenirla, los bebés está en una mala posición, será difícil, la induciremos a una cesárea inmediatamente— Mi esposa niega y yo estoy aterrado.

—¿Cómo ocurrió eso, si hace menos de un mes nuestros pequeños estaban coronando en su posición?— Pregunto desconcertado ya que no quiero que le practiquen una cesaría.

—Los bebes son impredecibles señor— Espeta la doctora con autosuficiencia.—Bien debemos prepararnos para la cesaría, llamare a una enfermera para que la canalice.

—No quiero, pero que podemos hacer. El docto Taylor nos había advertido que un embarazo gemelar es difícil tenerlo en parto normal si los bebés no se encuentran en su posición Cefálica.— Susurra Carime.

—Es mejor una cirugía en este caso— Susurra la doctora.

No digo nada ya que estoy nervioso y las palabras las tengo estancadas.

Los minutos pasa, la enfermera le incrusta varias agujas en las venas de mi esposa, cada pinchazo me provoco escalofríos, su dolor es mío su rostro se nota cansado y hace muecas de dolor.

—Ya estas lista, ahora te llevaremos a la sala de cirugía— Le comunica la doctora.

—¿Mi esposo puede venir conmigo?—Pregunta tomando mi mano con miedo a que me aparte de ella, digan lo que digan yo debo estar dentro del quirófano con ella apoyándola.

—Si señora no se preocupe, ahora debemos irnos.

Ambos asentimos, la enfermera empuja la silla de ruedas saliendo del cuarto de parto. Tomo el bolso con las cosas de nuestros bebes para luego camino tras de ellas.

Estaba nervioso, todo pasaba como flash ante mis ojos, las manos me sudan puedo sentir como mi corazón brinca de felicidad al oír el llanto de mi primer hijo él ser que alegrara nuestras vidas.

—Oye papá, corta el cordón.

Me acerco y con las manos temblorosas corto el cordón umbilical, la enfermera me lo da en mis brazos, lloro al sentir a mi pequeño, toco sus deditos frágiles beso su frente y lo llevo hasta mi esposa lo acerco a ella, sus lágrimas de felicidad brotan como cascadas.

—Bienvenido mi amor, papi y mami te amamos— Le dice en un susurro.

Carime arruga la frente.

—No te preocupes solo son náuseas, aquí esta la princesa.— Dice la doctora mientras el llanto de mi hija inunda la habitación

—Mi princesa quiero verla— pide Carime a lo que me apresuró en cortar el cordón umbilical.

La enfermera acerca a nuestra hija, ella le deja un suave beso en su frente mientras llora de felicidad y yo estoy igual. La enfermera se lleva la niña para limpiarla y ponerle ropita.

—Señor debe salir y dejarnos terminar el trabajo— Me dice la ginecóloga, asiento dejo un beso en la frente de mi esposa entrego a mi hijo a la misma enfermera, antes de salir del cuarto de cirugía le digo a mi esposa que la amo.

Llego hasta los demás con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Cómo está mi hija y mis nietos Armando?—Cuestiona Ivania preocupada

—Ella está bien y nuestros pequeños son lo más bello que mis ojos pudieron ver.

Todos los presentes sueltan y ríen de felicidad, Ivania se abraza a su esposo y llora. Solo espero que Carime acepte a sus verdaderos padres y que nuestra vida sea plena. Llegamos a la sala de los recién nacidos para ver a mis bebes. Jairo le toma varias fotografías con su celular y Ivania decía lo bello y hermoso que sus nietos.

Sé que serán buenos abuelos. Al fin Carime y yo tenemos la familia anhelada

El día transcurrió con mucha alegría. La doctora nos notificó que todo salió bien con los dos bebes, y de igual manera mi esposa esta bien, deseo verla pero Ivania tenia deseo de verla, lo bueno es que podemos entrar los tres en el cuarto de recuperación.

—Como deseo abrazarla y decirle lo mucho que la amo, estrecharla en mis brazos y que sepa que soy su madre— Expresa Ivania mientras caminábamos por el pasillo que nos dirige a la sala de recuperación.

—Mujer pronto le diremos la verdad, ten paciencia.

Ivania le sonrió a su esposo y luego le toma la mano.

Entramos al cuarto donde está mi amada, camino rápidamente hasta ella, beso sus labios resecos deleitándome.

—¿Hola cómo está la mama más linda de este hospital?— Le preguntó feliz.

—Estoy adolorida, eso es lo de menos, lo que quiero es ver a mis bebés—Pide acomodándose en la cama con dificultad, la ayudo para que no haga mucho esfuerzo.

—Pronto los traerán para que los alimentes . Pero cómo haríamos con los dos

Asiente y desvía su mirada de mí para posarlos en Ivania la cual sólo está de pies con lágrimas en sus ojos.

Carime le sonríe y la llama con la cabeza, Ivania al ver ese gesto viene hacia ella y la abraza sin lastimarla. Camino hasta Jairo para dejarlas un rato a solas.

—No sabes las ganas que tengo de abrazar a mi hija, pero no quiero que se sienta incomoda—Musita Jairo viendo la escena madre e hija riendo.

—Pronto Jairo— Le susurró palpando su hombro.



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En el texto hay: pasión, amor, venganza

Editado: 25.04.2024

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