Amada Mía

Capitulo 49

Observo al despreciable del que un tiempo creí que era mi
padre. Su mirada es de pura maldad, mientras me mira con burla.

—Hola adorada hija, por lo menos te di estudios así que al
menos salúdame—Dice el asesino, lo ignoro y camino lejos de él, Miguel se acerca y le habla.

—Jorge, Carime no para de sangrar supongo que hay ropa en
esta casa o comida, ella necesita alimentarse- Jorge ríe y nuevamente observo a los dos.

—De ustedes ni una pizca de arroz metería a mi boca. No soy
estúpida quizás desean matarme con a saber que.—digo con tanto odio que Jorge cambia su rostro de burla a seriedad.

—Pobrecita, casi eres una adivina.

—Don Jorge es en serio, usted planea hacerle daño a su propia
hija—Inquiere Miguel a lo que Jorge nuevamente se burla.
Ignoro su plática e inspecciono el cuerpito de mi bebe, su
rostro esta rojito de tanto llorar, mi herida y parte intima duele, estoy sangrando demasiado. Sin embargo eso es lo de menos, ni siquiera se en dond estamos.
Me pregunto que planea estos dos, lo que puedo asegurar es que Jorge tiene otros planes diferentes al de Miguel, ambos salen de la habitación sin cerrar la puerta. Suspiro cansada, solo espero que Armando este llevando todo con calma, aunque lo dudo mucho cuando se trata de nosotros, por otro lado mi
pobre niña debe estar con hambre, se que Ivania hará lo posible por cuidar bien de ella. Extraño a mi hija y a mi esposo.

—Carime ve a tomarte una ducha luego descansa, te veo muy pálida—Comenta Miguel extendiendo un bolso hacia mí, ni siquiera se en que momento entro a la
habitación.

—Lo haré si los dos se largan —Tomo el bolso y le digo que
se vayan de la habitación, me repugnan la idea que estén aquí cerca de mi.

—Cariño siéntate cómoda mientras tu futuro marido y yo
hablaremos sobre unos asuntos-Espeta el infeliz de Jorge él cual me mira fijamente, sonríe y sale de la habitación seguido sale Miguel. Esta vez logro oír que cierran la puerta con llave.

Me levanto a voladas de la cama, corro a la ducha a tomar un
rápido baño, quito el vestido y la toalla sanitaria. Me sorprendo al 
ver tanta sangre, hasta me mareo. Me riñó mentalmente a que debo estar más que despierta no sé qué planea estos malditos locos. Seguramente amenazar a mi esposo por medio de mi bebé, no puedo permitir eso, necesito salir de esto pero ya. 

Finalizó en diez minutos, ya lista con un vestido flojo, que
no tengo idea de quién es, cargo a Elijah y luego lo amamanto con miedo a que ese par entren a esta sucia habitación. Sin percatarme quede dormida no se por cuanto tiempo ya que no tengo un reloj, me imagino que las horas han pasado, doy gracias a Dios que ese par no se han aparecido por aquí.

—Hijo mío, tu papi pronto nos encontrara —Le susurro a mi
criaturita que al parecer no ha dormido, pobrecito sufriendo apenas con días de nacido. Mi herida me punza, estoy sudando, tengo frío a la vez calor, veo a mi Elijah a bostezando para luego quedar dormidito.

La puerta se abre con brusquedad, me tapo el pecho y pongo
él bebe entre mis brazos.

—Querida hijita disfruta a tu hijo esta noche ya que mañana
se ira con una nueva familia. Ya me han contactado.

Pero que mierda está hablando este loco, niego con horror.

—¡No te lo permitiré! Estás loco, quieres separarme de mi
hijo como lo hiciste conmigo— Digo con la voz firme, estoy temblando del miedo
pero no se lo voy a demostrar. Jorge ríe a carcajadas, Miguel lo mira
fulminante.—Primero muerta antes que me quites a mi hijo- Le espeto seria, mi
pecho sube y baja al sentir odio por este hombre, estoy empezando a marearme de
nuevo. Debo aguantar este dolor hasta que salve a mi bebe de las garras de este
maniático.

—Oh querida hija, ya sabes que no somos tus padres, que bien
me imagino que has recuperado la memoria, que alegría y yo que te iba a contar
con detalles la vida tu Nana y de ese maldito de tu marido.

Ignoro cada cosa que me dice, no quiero saber su mentira.

—Pronto vendrá en tu búsqueda, espero no estar cuando te de
unos buenos golpes como lo ha hecho varias veces que te ve cerca. Te odia con
toda su alma y en la cárcel vas a podrirte—Comento sarcástica.

Se carcajea burlón, luego dice una y otra vez que me abrace
bien a mi hijo esta noche ya que mañana no estará conmigo, trato de no entrar
en pánico debo controlar este miedo para ser fuerte y no permitir que me aleje
de mi pequeño.

—Ríe todo lo que quieras, ya pronto lo haré yo, recuerda que
el que ríe de ultimo ríe mucho mejor—Replico levantando mi cabeza, él solo
sigue su burla luego me mira serio sale de la habitación azotando la puerta.

Miguel se acerca a mí y me mira fijamente, no sé qué pensar
de él, jamás llegue a imaginar que él y Jorge congeniaran este plan para
secuestrarme.

—Te amo Carime, realmente te he amado desde que te conocí,
sé que hice mal ya que buscaba placer en otras chicas pero te amé y aún lo sigo
haciendo a pesar de que me dejaste por ese mal hombre.
Vaya por suerte me alejaron de él y me enamoré de mi
Armando.
—Mi esposo no es malo, estas muy equivocado, realmente me
sentía mal él día que te dije qué amo a otro mientras que tu si me engañabas.
Ahora ya no me interesa hablar de nada, si dices amarme me deberías de ayudar y
no estar de cómplice de ese loco- Replique molesta.

Él solo sonríe y besa mi mejilla, rápidamente me alejo de
él.

—Te amo— Dicho eso sale de la habitación. Gracias a Dios.

—Armando mi amor, ven por nosotros. Mi pobre niña debe estar
llorando-me digo para mí misma. Me tapo la boca y lloro en silencio.

 



#2053 en Novela romántica
#197 en Thriller
#65 en Suspenso

En el texto hay: pasión, amor, venganza

Editado: 25.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.