Amada Mía

Capitulo 50

Armando.

Estaba al borde de un precipicio mental, al no saber que
hacer. Como demonios nadie logro ver nada en tan solo la mañana. Ni los que
entraban y salían de ese inmenso hospital y en ese momento los guardia brillan
por su ausencia. Que casualidad 

Temprano logre pedirle favor a David para que me ayuda a
buscar el paradero de Carime en toda la ciudad de Managua. El Acepto
desconcertado por la noticia
Luego Ivania, Jairo se contactaron conmigo, en estos
momentos estamos reunidos en mi casa.

—No puede ser... Como esto es posible, por Dios mi pobre
hija en las manos de ese hombre que tanto daño le ha hecho— Replica Jairo con
la voz agitada. Puedo notar como se afloja el corbatín.

—Ya empezaron la búsqueda, voy a mandar a diez mas de mis
hombres con información básica sobre ellos, si seguimos lamentándonos no
daremos con ella—Esta ves Replica David con seriedad.

Ivania derrama lágrimas mientras le canta a la bebé.

Suspirando decidimos dispersarnos en diferentes direcciones,
de esa manera será más factible dar con su paradero.

****

Camino de un lado para otro sin saber nada de mi esposa y de
mi hijo, los agentes de seguridad y la policía están buscando su paradero, algo
me dice que fue Jorge es el único que desea dañarnos, se que se ha llevado a mi
Esposa junto a mi hijo, mi Carime no pudo haberse salido sola y porque motivo
lo haría si le era dificultoso por su recién cesaría. Oh Dios, mi pobre esposa,
sólo espero que ese imbécil no le haya echo ningún daño ni a ella ni a mi hijo.

Bufé sofocado al no saber que hacer, la bebita lloro mucho
pero gracias a Ivania y Mireya que me ayudaron con ella, por suerte esta
tomando el tetero.

Por otro lado en el hospital las cámaras de seguridad no
estaban en función según ellos se detuvo esta mañana por esa razón se
encontraba apagada todo el día de hoy, que casualidad más rara, esto me huele
muy mal.

—Señor necesitamos tener pistas sobre ese hombre él cual
usted cree que se ha llevado a su esposa, sin eso no podríamos hacer nada- Dice
el estúpido oficial.

Lo miro mal, que mierda piensa que yo estoy mintiendo. Que
se creen estos mediocres.

—Seré directo con usted. No sirve para nada en esta
profesión debería de retirarse, es un idiota, deberían buscar otro tipo de trabajo—
Dicho eso subo a mi coche y arranco a toda velocidad saliendo del hospital.

Paso por la autopista a toda velocidad sin percatarme en el
semáforo, estoy furioso y endemoniado, juro que si encuentro a Jorge lo matare
a golpes. Golpeo el volante con furia, la sangre me hierve.

—Debo controlarme o no podre encontrarla, necesito estar
calmado - me auto recriminó.

Después de un largo camino llego al barrio de Villa feliz,
aparco el coche enfrente de la casa de esos malditos, bajo con enojo, miro para
todos lados y resulta que todo está cerrado, golpeo el portón con fuerza,
algunos vecinos salen de su casa y me miran sorprendidos, subo al coche y sigo mi rumbo, mi corazón late desenfrenado, un nudo se esta formando en mi garganta.

***

La noche llego y lamentablemente no hubo pistas de ellos, al
llegar a casa miro a los Castillos abrazados, me acerco Ivania la cual carga a Esme, se levanta de la silla viniendo a mi, me suelto los botones del cuello de
mi camisa, mientras que ella pide una explicación de porque las cámaras del hospital no estaban encendida, les informe lo sucedido con detalles, mientras
pienso, mi cuerpo se tensa al no saber cómo estarán, aprieto mis puños enfurecido, necesito concentrarme y empezar nuevamente la búsqueda de mi esposa y mi hijo. Ivania me pasa la bebita ella duerme tranquila. Me imagino que
Carime la extraña. Y yo extraño a los dos.

—No puedo creer que esto esté sucediendo, porque la vida se
empeña en hacer sufrir a mi hija, es injusto— Masculla Ivania y luego se hecha a llorar a llanto lastimero, Jairo la abraza y la acompaña en su dolor.

—Armando puedo quedarme con la niña- Asiento ya que no podre
con ella, es demasiado pequeña y cuando la vea mis ojos se llenan de lágrimas al no saber que hacer.

—Gracias Ivania, la pobre es tan pequeñita que hasta miedo
me da cargarla.

—Es mi nieta no te preocupes lo mejor es que descanses,
mañana toca buscar a mi hija y a mi nieto. Tengo fe que ellos estarán bien.

—Así será Ivania.

—Descansa para tener fuerzas mañana Armado —Habla Jairo esta
vez mientras palpa mi hombro.

Subo a mi habitación, me encierro con llave, observo todo a
mi alrededor mientras me quito la camisa de botón, pongo las manos en mi cabeza, camino de un lado para otro sintiendo la furia calentar mi cuerpo.

—Mi amor te necesito tanto—Susurro tomando su pijama en mis
brazos—Te extraño Amada mía. Dios mío ayúdame a encontrar a mi esposa, dame pista o me volveré loco.

El nudo en mi garganta esta por explotar, entro al cuarto de
baño y veo mi reflejo en el gran espejo. Aprieto mis nudillos e impacto un golpe en mi propio reflejo. Tiro todo lo que está a mi alcance, no puedo controlar mi cuerpo ya que está siendo manipulado por la rabia.

—¡Maldita sea! Cuando podre ser feliz... ¡Cuando!— Grito con
fuerzas, mis ojos se llenan de lágrimas, caigo de rodillas, mi pecho duele y las imágenes de mi mujer aparecen en mi mente, ella tan lida, diciéndome cuanto me ama. Bajo la cabeza encima de mi brazo y lloro amargamente.

—¿Carime tú y mi hijo dónde están? Sin ustedes mi vida ya no
sería igual, los necesito para poder respirar o moriré asfixiado—Susurro con la voz entrecortada, mi garganta esta seca mis piernas entumecidas por la mala posición en la que me encuentro sentado, me cuestiono internamente  como se encontrara con su herida, seguramente estará doliéndole y nuestro hijito...Oh santo cielo que estén bien, no quiero imaginarme lo peor.

Creo que me volveré loco si no encuentro a Carime y a mi
pequeño Elijah.



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En el texto hay: pasión, amor, venganza

Editado: 25.04.2024

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