Stella
—¿Qué pasa? Aún no nos vamos y ¿ya estás sorprendida?
—No es que esté sorprendida solo... es inesperado y ¿aterrador?
—¿Te asusta? ¿Por qué?
—¿Por qué? pues porque son peligrosas y no me he subido en una antes.
—¿En serio? no me ha parecido peligrosa en lo absoluto. —dijo viendo extrañado la moto en la que pretendía llevarme—. Estarás bien, a mi nunca me ha pasado nada.
—No importa que digas que estaré bien, la veo y dice peligro por todas partes.
Se río, se estaba riendo de mí.
—No te rías, no estoy bromeando no iré en eso- solté con horror, lo que proponía era una terrible idea.
—¿No puedes confiar un poquito en mí?
—Ya estoy confiando mi vida lo suficiente yendo contigo a un lugar "un tanto peculiar" solo que esto-dije señalando su motocicleta negra—. ya es un poco excesivo.
—Todo estará bien, no te preocupes iré despacio y tengo un casco extra, te aseguro que llegaremos a salvo. —dijo tratando de calmarme y tomando en sus manos otro casco color rosa con pegatinas de mariposas azules-. Es de mi hermana.
—No dije nada.
—Por si acaso.
Pasé mi vista de el casco a esa máquina de la muerte varias veces dudosa sobre si debería o no subir con él, quería ir al lugar que sugería aunque no fuera una buena idea pero esa cosa no cooperaba con mi intención.
—Te aseguro que no dejaré que mueras hoy. —continúo al ver que seguía dudando y no planeaba decir algo.
—No prometas nada, esa cosa hace que mueran personas todo el tiempo, tienes más riesgo de morir en una de ellas que de cualquier otra manera.
—Claro que no, es bastante segura, sobre todo porque no soy un mal conductor.
—Pero no te he visto conducir, así que no puedo dar fé de eso.
—Iré muy despacio para que no te asustes, todo estará bien.
Me observó esperanzado de que sus palabras lograran convencerme pero la verdad no me estaba convenciendo de nada.
—Bien, vamos en un taxi. —expresó dándose por vencido.
—¿Enserio?
—Sí
—Pero ¿Qué hay de tu moto?
—Vendré por ella después.
—No, como crees...
Soltó una risita.
—Entonces ¿qué? ¿quieres subir?
—No, es solo que...
—Ah, entonces ¿ya no quieres ir?
—No estoy diciendo que no quiero ir.
—¿Tienes que irte? Si tienes que estudiar yo lo entiendo, no te preocupes... igual yo también tengo que estudiar un poco.
—No, no es eso, osea si tengo que estudiar pero puedo salir un rato, es solo que no quiero molestarte y hacer que regreses por mi culpa pero igual si tu tienes que estudiar no te preocupes podemos salir otro día.
—En serio no es un problema para mí, quiero salir contigo entiendo si no puedes o no quieres es tu decisión después de todo, pero yo si quiero hacerlo, y dejarla. —dijo poniendo su mano sobre la moto—. y regresar por ella luego no es algo que no pueda hacer o no esté dispuesto a hacer, me agradas mucho y quiero que me acompañes con o sin ella, a como lo prefieras, si decides acompañarme claro está -expresó con esa pequeña risa confiable que te advertía que todo estaría bien, hacía que la máquina de la muerte de pronto no se mirara tan tenebrosa porque al contrario de ella su conductor irradiaba tranquilidad, amabilidad, paciencia y seguridad te hacía creer que a su lado todo estaría bien.
—Yo... sí quiero. Es decir, si quiero acompañarte y creo que podría intentar ir en tu maq... motocicleta. —dije mostrando mis dientes en una risita nerviosa y él comenzó a verme con ternura.
—Ven vamos. —dijo estirando su mano con intención de que yo la tomara con la mía.
Y así lo hice, entonces se giró y comenzó a caminar conmigo apenas un paso tras el.
—¿Qué haces?
—Sí tu quieres ir y yo quiero ir pues vamos y si el único impedimento era la "máquina mortal" —dijo riéndose y haciendo comías con sus dedos—. Pues la dejamos, escaparme un rato no puede ser tan malo, no recuerdo que fuera celosa.
—¿Estás seguro que...
—¿Qué no es celosa? Pues si, nunca lo ha sido.
—No, que si estás seguro que no quieres ir caminando, te dije que podía hacerlo, podría intentarlo.
—Estoy seguro, no te preocupes, podemos intentarlo la próxima vez.
—Y ¿Qué tan largo queda la cafetería?
—No está tan cerca... y como seguro no quieres caminar creo que ir en taxi sería nuestra mejor opción.
—¿Qué tan largo es?
—Creo que alrededor de siete cuadras, no te preocupes a la salida encontramos un taxi.
—Igual si quieres podemos caminar, me haría bien un poco de ejercicio.
—¿Tu? ¿Caminar? —dijo mientras me soltaba la mano al llegar a la acera para luego girar a verme.
—Sí, ¿Por qué no? si no te molesta a ti hacerlo claro.
Me miró frunciendo el ceño como si no entendiera.
—¿Por qué me ves así?
—Por... nada- habló extrañado sacudió su cabeza y luego continuó—. entonces... ¿prefieres caminar? A mí me da igual, si así lo prefieres podemos hacer eso.
—De hecho también me da igual, has lo que prefieras ya te hice dejar a tu amiga la máquina de la muerte así que no quisiera molestarte más.
—No estás molestando, quiero ir contigo y me da igual si es caminando, en taxi o en la máquina de la muerte. —dijo sonriendo con un poco de burla por el apodo que yo no dejaba de mencionar—. Así que escoge a como quieras y estés más cómoda, cualquiera estará bien para mí.
La verdad que creo que es bastante obvio que todo lo que yo quería es ir con él en ese momento, que no era buena en las caminatas vale, eso no era lo mío, pero podía hacerlo porque honestamente cuando estoy a su lado ni los pies siento y sé que talvez justo ahora no debería de sentirme así, que talvez no tenga el tiempo para estas cosas pero... por un momento quería ignorarlo, quería olvidar ser todo lo que se suponía que debía ser, mis responsabilidades con mi intento de conseguir la aprobación de todos y no ser capaz de conseguir una sin importar cuánto lo intente, no estoy diciendo que quiero rendirme es solo que por hoy quiero ignorarlo, quiero fingir que todo está bien, que la presión sobre mi no existe, que solo soy una chica normal viviendo una vida normal, solo... por hoy.