Stella
Llegamos al hotel Caley en la quinta avenida de New York y gracias a lo mucho que les gusta la puntualidad a mis padres y de que prefieren llegar antes y no sobre tiempo, no llegamos tarde pero si apenas y alcanzamos a llegar.
Los Caley 's nos recibieron personalmente, parecían tan emocionados como mi familia después de todo era cierto ambos salían beneficiados de esto.
El lugar estaba repleto de modelos, diseñadores y demás coordinadores para asegurar que todo salga bien en el desfile que se llevará a cabo en la fiesta de aniversario.
Leah era la que estaba más estresada con la asignación de vestuario y si abriría o cerraría el desfile, jess y yo ya teníamos asignado nuestro vestuario porque mamá los diseño ya pensando en nosotras desde un inicio, así que terminamos yendo a una sala diferente donde estaban las piezas de toda la familia, ya los habíamos visto en bocetos pero siempre tenerlos al fin frente a ti es una experiencia fascinante.
El mio era un vestido maxi, con hombros descubiertos con separación diagonal de mis pechos a la cadera, la parte inferior era de color negro con brillantina que incluía una abertura que mostraba mi pierna, la parte superior era blanca y con un enorme lazo atrás que terminaba con una cola del mismo color era muy hermoso me gustaba como se me ajustaba seguro no necesitaba ningún retoque, estaba perfecto.
Me giré de la derecha para ver a Jess que también estaba probando el suyo, este también era con hombros descubiertos
estilo sirena, en plateado, repleto de pedrería, en su cintura de la parte frontal estaba un nudo que formaba un lazo norme color lila, donde la mitad cubría hasta la clavícula derecha y la otra mitad llegaba hasta mi cadera izquierda mientras el resto del lazo caía acompañando el resto del vestido.
Combinaba completamente con lo linda que es.
—Creo que el vestido no cerrará.
-¿Cómo que no cerrará? -dice mi mamá acercándose a Jess y la asistente de vestuario que intenta cerrar el vestido sin éxito.
—¡Jessica! dijiste lograrías bajar tu peso y que dejáramos la misma medida de la última vez y claramente no lo hiciste ¿Ahora que? ¿Se supone que te tengo que añadir tela? Te dije que era una pésima idea y que es mejor ajustar que añadirle, incluso le añadí un par de centímetros y aún así no te queda.
—Está bien mamá aun puedo bajar, tengo un par de días más.
—Olvídalo tendré que añadirle un pedazo, pensaré donde será mejor opción, tal vez tras el lazo creo que se vería bien ,tienes suerte que el lazo esté sobre la parte superior.
—No es mucho ¡Aún puedo hacerlo mamá!
—Jessica no vamos a perder más el tiempo, solo quedan cuatro días.
—¡Son cinco!
—El sábado no cuenta, no harás dieta el mismo día del evento.
—Jess no pasa nada puedes añadirle un poco, solo serán como dos centímetros no se notará, no te preocupes, subir cinco libras no te hace obesa, te ves bien y estás delgada, a mi me encantaría tener tu cuerpo es hermoso, llenas los espacios correctos sin parecer una tabla. —dije intentando ayudar, la verdad era por muy poco que no era capaz de cerrar.
—Tú no entiendes, lo dijiste solo son como dos centímetros puedo hacerlo, los bajaré, no es por capricho solo me siento mejor así.
—Jessica no seas terca. —soltó el regaño mamá.
—¡Mamá!
—¿Sabes que? ¡Haz lo que quieras! pero si para el sábado ese vestido no te queda te mataré yo misma Jessica, porque estoy arreglando para que todo sea perfecto y donde lo arruines te arrepentirás. —dijo saliendo de la sala molesta.
Su asistente la siguió y me acerque a ella cuando estábamos solas.
—¿Por qué tienes que ser terca? Solo añádele un poco, te verás bien, no te preocupes por eso.
—¿Porque no puedes solo confiar en mí? Lo haré Stella puedo hacerlo si bajo un poco más mis porciones y hago más ejercicio lo lograre y será fácil lo dijiste dos centímetros, no es difícil, puedo con ello.
Lo de no confiar en ella lo sentí, no creo que necesite seguir bajando pero quería al menos ella tuviera alguien que la apoya y cree en ella, aún si no le encuentro sentido solo quería mostrarle algo de confianza.
—Está bien, hazlo, pero no seas tan exigente, no dejes de comer solo come un poco menos y hagamos ejercicio juntas ¿Sí?
—¡Gracias! —dijo abrazándome de repente.
No pude evitar sonreír.
—Quitártelo vamos a ver que tal están los demás.
Llegamos a la sala de las modelos y vi a Leah con el vestido del cierre así que definitivamente ella lo había conseguido.
Era un vestido celeste que llegaba hasta la mitad del muslo y un lazo azul lavanda, cada vuelta de Stella pasaba por en nudo en su pecho y rodeaba cada uno de sus brazos y el restante caía como una larga cola dividida en dos, le sentaba bien, ese puesto era definitivamente suyo y me alegra que lo haya conseguido.
Mamá estuvo por todos lados viendo que todo se esté haciendo como lo ideó en su cabeza y que ese punto ya solo estábamos esperando pues no éramos muy incluidas en la organización.
—¿Aburridas? —dijo una voz masculina detrás de nosotras.
—¡Jason! —gritó Jess a mi lado que corrió hasta él, que tenía sus brazos abiertos esperándola con su característica sonrisa de oreja a oreja.
—¿Por qué parece que siempre que regreso Jess es la única que me extraña? —soltó luego de separar el abrazo.
—No es así —dije acercándome a él para darle un abrazo—. ¿Cómo es que estás aquí? Pensé que te vería hasta el sábado, debiste haberme avisado te hubiera traído un obsequio,
—De qué hablas yo soy el debí traer regalos y por eso los traje.
—¿De verdad? ¿Me trajiste una mini torre eiffel? —dije bromeando, son los típicos regalos que esperarías pero Jason es bastante extravagante con ellos.
—No, si quieren verla tendrán que ir a visitarme. —dijo poniendo dos cajitas frente a nosotras.