Amanda

Capítulo 18

Pasé toda la semana pesando en lo que se avecinaba, David era un chico bastante alto comparado conmigo y el resto de hombres con los que había estado, a su lado probablemente mi cabeza le llegaría al pecho, justo para escuchar su corazón revolucionado, como tambor en banda de guerra. No pude contenerme mucho tiempo y le conté a una de mis amigas, me dijo que estaba loca, como era posible que se me ocurrían ese tipo de tontería, me sentí un poco mal al escucharla, pero con el paso del tiempo el impulso que llevaba me ganó y volví a desearlo con todas mis fuerzas.

Con el frenesí que cargaba por David los días pasaron volando, llegué al día pactado con unas ansias de estar a solas en su compañía, el fuego no solo ardía en mi interior si no que se esparcía a los rincones más impenetrables del cuerpo. Cuando el reloj marco la hora de salida ya estaba completamente desesperaba, pero disimulaba muy bien el fervor que traía encima. Rápidamente fui a comprar los postres, llevé diferentes panecillos, dos cuernitos y unas trenzas. Enseguida pase por un mercado donde compre diferentes frutas afrodisiacas y las mescle con alguna otra fruta, no quería parecer tan predecible además era la primera cita. También recorrí algunas perfumerías buscando un buen perfume, embriagador como cualquier aguardiente. No quiero justificar todo este alboroto, solo tenía mucho tiempo sin estar a solas con un chico.

David fue muy puntual con la hora acordada, llegó de traje. Me sorprendió lo elegante que se presentó. Llevaba algunas flores y una cajita de galletas. Era sumamente tierno ver este grandulón con estos detalles.

– Que lindo, muchas gracias – dije mientras lo miraba con dulce pasión y recibía el ramo de rosas – pasa por favor, no es muy grande pero nos acomodamos perfecto los dos.

– No me des las gracias, solo es un detalle para una chica tan linda como tú –al escuchar el tono de su voz supe como terminaría esta noche, y no haría nada para impedirlo – que lindo gatito, donde lo encontraste.

El acariciaba a mi pequeño pantera, y solo se me vino a la mente mentirle.

– Un regalo de un compañero de la universidad. El agua ya está caliente – dije desviando el tema de inmediato – ¿Quieres que prepare el café o lo preparas tú?

– Prepáralo tú, de seguro te queda delicioso – sus ojos avellana se hicieron notar en la habitación, un brillo intenso y encantador se desprendió de las pupilas.

Preparé el cafés, puse todos los postres sobre la mesa, y le llamé para que tomara asiento. Una charla muy amena y jovial comenzó. Pero sin la más mínima intención se fue mezclando con un poco de coqueteo y con el paso del tiempo se volvió más apasionada, no tuve otra opción comencé a seducirlo, al menos eso creía, finalmente quien me sedujo esa noche fue él.



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En el texto hay: romance, amor, traición.

Editado: 09.12.2020

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