Capítulo 28

Después de hacer el amor por largo rato, quedamos exhaustos al borde de la cama. Nos acomodamos para dormirnos. De pronto recordé que su mamá la había nombrado Kely y dudé un poco antes de comenzar a hablar.

  – Disculpa que te haga este tipo de preguntas, pero tengo una duda respecto a nuestra visita – decidí hacerla directamente y sin rodeos - ¿por qué tu mamá te nombro Kely?

Amanda no esperaba tal  pregunta, y se envolvió en las cobijas pensando que contestar. Luego regreso su cara, mirándome a los ojos y finalmente decido contarme.

– La verdad mi nombre nunca fue Amanda, cuando revelé mi nombre pensé que era una de esas charlas que tienes con un desconocida y luego jamás se encuentran de nuevo. Pero después nos seguimos encontramos una y otra vez y ya no pude decirte mi verdadero nombre. – No podía creerlo, me mintió respecto a su nombre todo este tiempo, esto realmente me hacía cuestionarme nuestra relación – lo siento Ray.

Me quedé en silencio durante buen rato pensando, si nunca me rebelo su verdadero nombre, ¿Qué más estará ocultando?, ¿Me estará engañado?, eran tantas las preguntas que estaba volviendo paranoico.

– ¿Me has mentido, me estas engañado? – las preguntas salieron de mi boca sin que lo pudiera evitar, el rostro de Amanda o Kely se ensombreció y no creía lo que estaba pasando.

– No, como crees. Ya te lo he dicho, yo no engaño a mis novios – ha claro ahora si somos novios, estaba claro, no podía confiar en sus palabras, estaba dudando fuertemente sobre lo nuestro – Ray yo te quiero muchísimo, confía en mí.

De nuevo guarde silencio pensando a mis adentros si podía realmente confiar en ella, sabía todo lo que había sufrido al salirse de casa, sabia parte de su vida en este último años, sabia quienes habían sido sus novios, pero estaba seguro que no sabía cuántos hombres había pasado por su cama, eso nunca me había molestado, hasta ahora que sabía que ella guarda secretos, secretos que los ocultaba muy bien por la naturalidad que mostraba de haberte contado todo, desconfiaba de ella y el hecho de que viviera en casa de uno de su amigos no ayudaba mucho.

– Raymond – dijo interrumpiendo mi silencio, mientras se acurrucaba en mi pecho – mi verdadero nombre es.