Amanda Y El Poder Del Orbe

05: ALGO EXTRAÑO ESTA SUCEDIENDO

Luego de lo ocurrido en el restaurante, Amanda, Julie y Samantha salieron apresuradas, aún en shock. Nadie entendía bien lo que había pasado, pero la luz, el impacto y el breve desmayo de Amanda eran imposibles de ignorar.

—¿Estás segura de que te sentís bien? —insistió Samantha, sosteniéndola por el brazo mientras caminaban rumbo a casa.

—Lo juro, me siento... rara, pero bien —respondió Amanda, con la mirada pensativa—. Como si algo hubiera cambiado, aunque no puedo explicarlo.

Ninguna de las tres tenía ánimos de seguir celebrando, así que decidieron terminar la noche en la casa de Amanda, como en los viejos tiempos.

Cuando llegaron, subieron directo a su habitación. Amanda encendió la televisión para romper el silencio tenso que llenaba el aire. En la pantalla, un canal de noticias mostraba imágenes borrosas y desordenadas: fuego, estructuras derrumbadas, y dos figuras peleando en medio del caos.

Una voz nerviosa relataba desde el estudio:

—... el gobierno aún no ha dado declaraciones, pero fuentes extraoficiales aseguran que un ser no identificado, con habilidades de fuego, ha descendido del cielo y está librando una batalla con una mujer con poderes energéticos. Las teorías van desde tecnología alienígena hasta experimentos militares...

Julie alzó una ceja.

—¿Otro loco con superpoderes? ¿Qué está pasando últimamente?

—O quizás simplemente no estamos tan solas como pensábamos —añadió Samantha con tono serio.

Amanda no dijo nada. En lugar de eso, se sentó en la cama y abrió lentamente su mochila. Del interior sacó el orbe. Su superficie negra con vetas azules pulsaba suavemente con una luz casi viva.

Las tres se quedaron en silencio.

—¿Eso… estaba contigo todo este tiempo? —preguntó Julie con un hilo de voz.

—Después de la luz en el restaurante, apareció en mi mochila… No sé cómo —respondió Amanda, con el orbe entre las manos—. Pero sé que está conectado conmigo. Lo sentí hablarme, contarme cosas... cosas que aún estoy procesando.

Samantha lo tocó con la yema de los dedos, cautelosa.

—No parece metálico, ni cristalino. Es como... una mezcla de energía sólida.

—¿Creés que esto tiene algo que ver con el tipo del noticiero? —preguntó Julie.

Amanda negó con la cabeza.

—No lo sé. Pero algo me dice que esto... no es humano.

Las tres intercambiaron miradas. Nadie lo decía, pero era evidente: sus vidas estaban a punto de cambiar para siempre. Y todo comenzaba con ese extraño orbe que ahora reposaba en la palma de Amanda, latiendo como un corazón silencioso.




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