Amando Sin Medidas

CAPITULO SIETE

CAPITULO SIETE

 

Andrea sonrió en cuestión de segundos, el descaro de Eloísa con respecto a la fortuna de los Wagner era enorme y entonces las palabras de su padre llegaron a su mente; "confía en mí". La mujer frente a ella sólo le importaba monopolizar el poder sobre si misma con una fortuna que no le había costado nada levantar, no podía dejarla ganar.

- Creo que deberías pensar bien de lo que hablas, Eloisa - La pelinegra intentaba mantenerse serena, no podía tomar decisiones por furia - La fortuna de los Wagner sólo nos pertenecen a mis hermanos, tio Dominick y yo, tu no mereces nada de lo que hemos construido por generaciones.

- Sigues siendo la misma imbecil que eras de pequeña. Es gracias a mi que los Wagner no perdieron todo durante estos años, yo soy a quien le deben todo lo que son ahora.  - La mirada entre ambas no titubea - Sin mi influencia tu padre jamás habría expandido más el negocio y tampoco habría aumentado las ganancias que tuvo. Siempre fui lo que esta familia necesitaba, sólo yo merezco esa retribución.

- Si llamas ayudar a los Wagner mientras te prostituias con otros hombres  para negociar favores, dejame decirte que ninguno de estos nos ayudó jamás -  Eloísa bebé su whiskey con una sonrisa - Tu mereces el infierno mismo, pero la fortuna que a mi familia y hermanos que nos costo levantar y obtener durante tantos años solo nos pertenece a nosotros.

- No hay discusión al respecto de eso, querida - Mira a los comensales divertirse - Sabes que puedo convertir tu vida en el infierno que dices que merezco.

- Aquello lo tengo muy claro - Andrea temía que Eloísa supiera de la existencia de su hijo, pero no podía permitir que una mujer como esa... - Pero tu crees que sigo siendo la misma niña ingenua que hace años y no puedes estar más equivocada.

- El lunes durante la junta para discutir tu decisión dirás ante todos, 《me gustaría denegar la última voluntad de mi padre y que se realice la division como anteriormente de realizaria》- Se pone de pie sonriendo - Es lo mejor para ti si quieres una vida tranquila, una que no vuelva a ser el infierno vivido en "Ackemorth", que pases buena noche hija.

- Maldita hija de perra - Esa mujer era tan venenosa y cruel que se atrevia mencionar ese psiquiátrico a dónde la había llevado, quería golpearla duramente y devolverle todo el sufrimiento que paso por su culpa pero Eloisa lo convertiría fácilmente a su favor. La mujer se alejó de la mesa con elegancia pero probablemente satisfecha - Te juro papá que no descansare hasta cumplir tu deseo, limpiare esta familia de la oscuridad. 

Walter apareció con el rostro pálido buscándola desde la entrada al comedor y bar del hotel, rápidamente al encontrarla camino hasta la mesa casi sin aliento. 

- Me dijeron que Eloisa estaba aquí ¿Qué te dijo? - Preguntó intentando recuperar el aliento sentándose a su lado en la mesa - Creo que necesitaremos más que Whiskey ¿Verdad? 

- No puedo creer que he estado dudando Walter - Dio un golpe a la mesa con tanta fuerza que llamó la atención de algunos comensales - Pero no voy a hacerlo más.

- Tranquilizate y dime de que hablas - Walter se aclara la garganta - ¿De que habló contigo Eloísa? 

- ¿De que crees? Vino a amenazarme por la herencia de mi padre - Sirvió su vaso con el whiskey - Pero no se lo voy a permitir. 

- Estamos en público Andrea, tranquila - La pelinegra asintió intentando calmarse y no parecer una demente - ¿Y que harás ahora?

- Aceptere la herencia y me voy a cobrar todo lo que ella me hizo, eso voy a hacer - Afirmo seriamente mirando a su amigo - Voy a tener a Eloísa de rodillas suplicando que pare, no voy a tener piedad.

- Mesero trae una botella de tequila - Walter recibió su botella y bebió de golpe un shot - Sabes que eso no fue lo que tu padre te pidió ¿No?

- Ya lo sé,  pero ser buenos no lleva a ninguna parte,  - Andrea suspira - Si quiero tener una sola oportunidad de vengarme o de limpiar esta familia debo ponerme a su altura en cierta forma.

- En eso tienes razón - Eloísa no sería justa con ella en la guerra que se avecinaba, nunca lo había sido - Nadie más debe saber que piensas aceptar, primero hay que confirmar la llegada de Anelise y James ¿Sí?

- No pienso informarle a Eloísa si eso piensas Walter - Lo miró directamente a los ojos - Quiero que llames a la prensa, que el día en que anuncie que todo es mío que todo el mundo lo sepa. 

Andrea había regresado finalmente a su habitación de hotel tras los ruegos de Walter, no habia bebido tanto pero este estaba preocupado por ella. Internamente sabía que su padre le había pedido limpiar la familia no ponerla unos contra otros, pero no sería fácil si era noble con Eloísa. Debía usar las mismas armas para contraatacar, esa mujer vería el infierno finalmente. 

Las pesadillas habían regresado desde hacía meses, pero esta vez habían sido sobre ese día. La sangre por todos lados de la habitación en Grecia, las matronas gritando y pidiendo más agua

- ¡La bebé está muerta! ¡No respira! - ¿Qué estaba pasando?- ¡Esta muerta! ¡Agua limpia!

- ¡Puje señorita! - Andrea lloraba sin entender ¿Su bebé estaba mal? - Vamos, debe hacerlo.

- ¿Qué le pasa a mi bebé? - Preguntó sin recibir respuesta - Mi bebé, por favor....

La pelinegra despertó de golpe completamente agitada y llena de sudor. Esa pesadilla siempre llegaba cuando estaba más preocupada, tomó su celular y miro la foto de su hijo. En un par de meses cumpliría ocho años, debía seguir protegiendolo ya que a diferencia de su hermana no pudo hacerlo.

Por él debía obtener la victoria, por su padre y todas las vidas que Eloísa daño con su ambición debía ganarle sin importar el costo. Al darse cuenta de la hora se puso de pie, no perdería tiempo y se alistaría. Eran las 8 de la mañana cuando Walter entró en la suite con una sonrisa.




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