[Narra Nick]
2 días antes de la fiesta en el bar...
—¡Descanso!— grita el entrenador
Me acerco a las gradas donde esta mi mochila para tomar agua, revizo mi teléfono para ver si me ha llegado alguna notificación, tengo 2 mensajes de mi madre, abro Whatsapp uno de ellos es una foto.
«Hijo mira quienes volvieron al barrio»
Observo la foto con tranquilidad, hasta que reconozco a la chica junto a mi madre
«¿Es Tara?»
«Sí, se ve hermosa, que grande se ha puesto es toda un mujeron»
Alejo mi teléfono de mi cara, tengo el corazón a mil por hora, después de tanto tiempo, ¿ella vuelve justo ahora? Este entrenamiento es crucial para mi futuro, y se acaba dentro de poco, espero poder verla.
«Mi entrenador me llama, luego te escribo ma»
Dejo mi teléfono, y trato de concentrarme en el partido lo más que puedo, pero la idea de estar aquí y teniendo la oportunidad de volver a verla, me provoca una inquietud inmensa. Pero mañana es el gran día, voy a volver, y voy a darlo todo.
«Esa chica va a ser mía»
A la mañana siguiente, me levantó y hago las maletas tan rápido como puedo, quiero volver en el primer autobús, me despido de los chicos con la promesa de volver a vernos el próximo verano.
En el autobús agarro mi teléfono y decidido a no perder tiempo, llamo a la chica que es la mejor para acercarme "de casualidad"
—Holaaaa, cómo está mi ex-cuñada favorita?—
—Jumm, estoy bien, que necesita mi ex-cuñado favorito?—
Ambos reímos al teléfono, sabemos que a pesar de que Ana terminó en malos términos con mi hermano, yo sigo hablando con ella cada que necesito algo
—Oí que Tara está en el pueblo—
—Ya sabía yo, que necesitas, le digo que alguien quiere conocerla?—
—¡No! Sólo dime si tienen algún plan para salir, o inventalo, yo me encargo del resto—
—Justo hoy vamos a una fiesta con temática de los 90's si te interesa, estaremos ahí a las 8pm—
—Perfecto, te amo Ana— digo cortando abruptamente la llamada, estoy casi seguro de que me maldijo mientras guardaba su teléfono.
El autobús llegó a mi parada tan rápido que ni me Di cuenta en que momento pasó el viaje, miré mi reloj eran las 3pm tenía poco tiempo para arreglarme.
Llegué a mi casa, saludé a mis padres y subí a mi habitación, comencé a buscar mi ropa de los 90's, seguro tenía algo en mi closet de ese tipo, todo lo que encontré fueron unos pantalones negros que iban muy bien con una camisa de mangas largas blanca que tenía por ahí, me probé la ropa, y me di cuenta de que mis músculos habían crecido mucho, esa ropa era del año pasado y ya me quedaba ajustada.
Mi teléfono comenzó a sonar, miró la pantalla y es Ana así que lo tomo
—Dime rápido estoy ocupado—
—¿Idiota donde estás? Fui al baño pero ya estamos en el bar—
Miré mi reloj
—Son las 6 perra loca, ya voy saliendo adiós—
Peiné mi cabello como pude, y bajé tomé las llaves de mi moto y salí.
Al llegar al bar sentí un ambiente agradable, pero los latidos de mi corazón apresurados no me dejaron escuchar la música, noté que las personas estaban aglomeradas en medio viendo a dos chicas bailar, reconocí a Ana que al parecer iba disfrazada de Marilyn Monroe, y a su lado estaba Tara, su cabello estaba muy largo, el vestido que llevaba hacía sus curvas tan pronunciadas, pero la mejor parte eran sus ojos marrones, brillaban como mil galaxias y en su espalda todos sus lunares me recordaban a las galletas con chispas de chocolate.
Su sonrisa era incluso más hermosa de lo que recordaba, cuando vi que se detuvieron, sentí que moría, ella se acercó a la barra y decidí que era mi momento.
—Bailas genial— dije fingiendo seguridad
Ella me agradeció sin reparar mucho en mi presencia, y justo cuando pensé que todo estaba perdido, ella dio vuelta y me miró como sorprendida
«¿Me reconoció?» dije para mis adentros.
Me acerqué a paso firme, deseando que mis ojos no transmitieran nervios o vergüenza
—¿Tara me permites?—
Ella asintió sin pensar demasiado, comenzamos a bailar, y su toque se sintió como el cielo, a pesar de que sus zapatos eran altos ella seguía siendo más bajita que yo. Me sentí un tonto no podía borrar la sonrisa de mi rostro.
Bailamos toda la noche y charlamos , luego de que ella se fue, reconocí a Mérida entre la gente del bar, su cabello rojizo llamaba la atención donde ella llegase, justo eso me hizo caer en sus encantos pero no me hacía gracia encontrarla en mi primer día de vuelta.
—Hola cariño— dijo con una sonrisa que hoy identificó macabra
—Hola y adiós— dije y me dispuse a largarme, ya nada me interesaba en aquel bar.
— Que grosero, quien pensaría que me amaste?—
Rodee mis ojos y la ignore, me dirigí a mi moto para largarme, es cierto que en algún momento estuve enamorado de ella, pero es imposible amar a alguien que te humilla y actúa como si sólo ella importase.
Mañana tengo una cita con la chica de mis sueños, y no voy a dejar que una idiota me arruine el día.
Llego a casa y revizo mi teléfono, tengo un mensaje del entrenador dentro de 2 semanas es la audición para el equipo de New York y quiere que vaya.
Me tiro en mi cama, y miro el techo mientras pienso que al parecer todo va viento en popa para mí en estos días.