Después de tanto, nos casamos, tuvimos a nuestro hijo aunque las cosas no andan bien. El matrimonio no es lo que dicen, bueno si pero no, creí ser una mujer para ésto pero definitivamente no! No me gusta servir a un hombre el cual es mal agradecido, es este momento me encuentro en un laberinto sin salida, lo quiero pero ya no lo amo, me encuentro atrapada en un callejón sin salida, pido a gritos ayuda pero no me dejó ayudar, al despertar todas las mañanas siento esa presión en el pecho, inestabilidad mental, triste.
No viene un manual para seguir instrucciones de la vida, pero la mayoría somos niños, comenzamos la escuela, somos adolescentes, comenzamos el secundario, llegamos a adultos jóvenes y con eso empezamos nuestro último escalón (el posgrado), luego sigue el matrimonio, hijos y rutina. Ahí termina nuestra vida, en la rutina. Siempre pensé que iba a romper el sistema, iba a ser la típica solterona sin hijos, de bar en bar, o en mi casa con una copa de vino y bailando una canción de Selena, siempre quise romper el maldito sistema rutinario y hoy me doy cuenta que estoy envuelta en el, sin salir, sin poder.