Amar Como Las Estaciones

CAPÍTULO IV: EL CONCURSO DE CANTO

Un mes después llegó la gran oportunidad de Bélida.

Había un concurso de canto entre colegios y ella iba a participar. La cosa estaba en quien lo iba a acompañar, ya que en las reglas estaba de dos o sino uno solo. Ella tenía miedo de salir sola.

La profesora que era su tutora entró al salón y en seguida empezaron a conversar sobre el concurso de canto.

—Buenos días chicos, creo que no nos fue tan bien en el teatro. No importa, ahora se nos presenta una nueva oportunidad. El concurso de canto. Ya sabemos quién va a participar, pero quien la va a acompañar—miró a todos sus alumnos esperando alternativas.

—Podría acompañarlo Kamíl, ya que se llevan de lo mejor—Fredy sonrió mirándoles.

—Sí, se llevan de lo mejor—dijeron riéndose casi todo el salón.

—Por mi normal, hasta podría hacerla ganar. Fácil me gano a los jurados—dijo Kamíl refiriéndose a su apariencia.

—Acaso van a estar mirando tu cara horrorosa. Ellos se fijan en la voz y en el manejo de escenario—Bélida sonrió, aprovechando su oportunidad de humillarlo.

—¡Ohhhhh! golpe bajo—dijeron riéndose casi todo el salón.

—Ah, que irónico que tú hables de cosas horrorosas. Cómo te atreves hablar mal de tu propia gente—alzó las cejas y sonrió

—¡Ya basta con ustedes dos! Les voy a bajar puntos en conducta, dejen de odiarse por un momento—agarró su lista de alumnos.

—Yo pienso que debe apoyarme Víctor, él canta muy bien—dijo Bélida mirando a Víctor.

Ignoró el comentario de Kamíl.

—Muy bien, entonces Víctor te apoyará. Ustedes ya escogen que canción van a cantar y yo les doy las horas necesarias para que practiquen.

Kamíl se quedó incómodo porque Bélida lo ignoró, no le gustaba que no le presten atención.

Al día siguiente empezó el ensayo para el concurso de canto, era una canción Taylor Swift "Shake it off". Todos veían los ensayos y a Kamíl le gustaba mucho como se desenvolvía Bélida. Eso ya lo estaba disgustando, porque se supone que no debería gustarle nada de ella.

Pasó dos semanas y llegó el gran día. La profesora a la hora de salida les pasó el siguiente comunicado.

—Chicos, los que quieran apoyar a sus compañeros vengan temprano para darles que se pongan un polo donde está estampado una sola letra. Entre todas las letras dice "Bélida y Víctor los mejores"—la profesora estaba entusiasmada.

—Profesora somos veinticinco, Daniel y Dani no van a poder venir. Así que, todos los demás debemos ponernos un polo obligatorio—dijo Mery preocupada, porque quería que fuera perfecto la barra para su mejor amiga.

—Tienes razón, ya escucharon chicos.  Todos se van a poner un polo. Los espero a las cinco, porque a las siete empieza—dijo sonriendo, pensó que todos estarían entusiasmados.

—Está bien—dijeron algunos chicos renegando, ya que no les gustaba asistir a los eventos sociales.

Todos se retiraron a sus casas. En la casa de Kamíl.

—¿Quién es la chica de la foto que estaba guardado en tu cajón y porque lo has puesto "loser"? —preguntó preocupada, su mamá que era psiquiatra.

—Mamá eso no te incumbe, porque revisas mis cosas eso es personal—respondió renegando mientras cerraba con llave su cajón.

—Cuidado estés odiando a esa pobre niña, porque yo te conozco muy bien Kamíl. Una vez que odias, lo haces daño y después te arrepientes. Eso haces con las personas que están a tu nivel. Porque saliste así de envidioso hijo—estaba preocupada. Intentaba cada día hacer a su hijo una mejor persona.

—Mamá, estás exagerando. Porque tendría que envidiarla, si es más pobre que nosotros—trató de ignorar lo que su mamá había dicho.

—Hijo ¿recuerdas a Rebeca? la primera vez que la viste, la odiaste, pero como fué pasando el tiempo te enamoraste de ella. Primero envidias, porque son competitivos como tú. Después te das cuenta de que, si estarían a tu lado, sería mejor—

—¿Estás insinuando que estoy enamorado de ella? Por favor, si me cae mal—sonrió pensando que lo que decía era algo absurdo.

—No amar es ser indiferente. Odiar no es lo mismo que no amar. Si estás obsesionado con ella. Estás atento a cada movimiento que hace. La persona que da mucha atención a otra resulta enamorándose ¿acaso no te das cuenta hijo?—se acercó a él.

—Pero yo no...lo siento mamá, pero tú psicología no funciona conmigo—dijo retirándose a su habitación.

Así que, Kamíl se puso a pensar toda la tarde sobre lo que le dijo su mamá y tenía razón. Cada vez que la miraba la veía más bonita, pero como era orgulloso siguió con su plan.

Llegó las cinco y se fué a su escuela.

—No hay nadie afuera, me imagino que ya estarán adentro. Gracias por traerme, ya puede retirarse—dijo sonriéndole a don Thomás.

—Está bien joven, más tarde vendrán sus padres—el chofer encendió el coche para retirarse.

—Entrando ya a la escuela—maldita sea, creo que soy el primero. Mejor me voy a hacerle hora a Mario—dijo molesto viendo alrededor.

—¡Kamíl, hijo por acá!, ayúdame a llevar estas cajas—gritó de lejos la profesora.

—Molesto—Lo que faltaba... ya voy profesora—fingiendo amabilidad.

—Ya estando cerca—gracias por venir temprano. Vas a llevar el primer polo de premio—dijo sonriendo la profesora.

Caminaron hasta llegar a su salón.

—Dentro delsalón—gracias profesora— agarró su polo y se salió.

—Si es que ves a tus compañeros les dices que vengan por su polo, por favor—salió hacia la puerta.

—Está bien, les avisaré profesora—dijo yéndose.

—Pasando por el jardín—a ver que letra me ha tocado—después de mirar—por un demonio, acaso estoy maldito—dijo molesto viendo que era la letra B.

—Que pasa Kamíl—dijo Mario acercándose por su tras.

—Volteó rápidamente—Me asustaste idiota—arrugó el polo.

—Porque estás renegando, eso no es lo tuyo—sonrió.

—Mira por ti mismo—dijo desdoblando el polo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.