Amar Como Las Estaciones

CAPÍTULO XVI: PRIMOS RIVALES

Al día siguiente, era un día lloviznoso y ellas estaban pasando el portón. En ese entonces un grupo de chicas que estaban delante de ellas, empezaron a hablar sobre un tema interesante.

—Oigan, quieren escuchar el chisme reciente. Kamíl, el primo de Patrick, está enamorado de una de las chicas del salón de cuarto grado. Así que, puede ser cualquiera de ustedes—dijo una chica de quinto alegremente.

—¿Y como estás tan segura?—preguntaron las demás.

—Es que una compañera mía en recreo quiso pretenderlo y el en una la dijo "lo siento, pero ya estoy enamorado". Ella le preguntó de quien se trataba y él dijo "de una chica de cuarto", no especificó más—

—Escuchaste eso Bélida. Estás en problemas. Ya sabía yo que esto iba a ser polémica, mejor vete preparando para lo demás—dijo Mery bromeándole.

—No es cierto, yo me vuelvo a casa. Igual, aún es temprano. Estoy presintiendo algo malo, adiós amiga—dijo Bélida nerviosa regresándose.

Bélida intentó volver, pero los guardias le atajaron y la pusieron en filas de tardones como castigo.

Después de diez minutos llegó Kamil junto con su primo Patrick. Así que, Bélida se puso su capucha para que no la vieran.

—Oye, porque te escondes. Sácate esa capucha—dijo Kamíl queriendo mirarla porque la había reconocido desde lejos.

—No, déjame así, estoy bien—dijo fingiendo su voz.

—Claro, como tú digas. Patrick, vamos a darnos una vuelta, no vienes... lo siento ¿cómo te llamas?—dijo queriendo saber qué mentía está vez.

—Aaa, me llamo... Martha—dijo nerviosa sabiendo que ya la habían atrapado—Joder, porque no pensé en otro nombre—se dijo a sí misma

—Espera, eres la chica de ayer. Vaya, que coincidencia—dijo Kamíl sarcásticamente siguiéndole la corriente.

—Bélida, porque mientes tu nombre—dijo Patrick queriendo ver su rostro.

—Bélida en su mente diciendo trágame tierra—no voy, mejor me quedo a esperar tranquila y sentada, gracias igual—dijo avergonzada.

—¿Bélida, me has estado evitando? No te he visto varios días—Patrick le bajó la capucha.

—Pues... estaba ocupada con mis trabajos—dijo mirándole nerviosa.

—Dándose cuenta de que intercambiaban miradas decide interrumpir—No voy a aceptar un no por respuesta, vamos, no seas perezosa—

Kamil la abrazó por el hombro y la llevó a conocer el lugar, ya que estaba acostumbrándose a hacer eso.

—Soltándose—No vuelvas a hacer eso, no me gusta—dijo molesta y nerviosa a la vez.

—Se acercó—No lo volveré a hacer, lo prometo—

Estiró su mano hacia su cabello y sacó un pedacito de papel de color amarillo. La miró mostrándole lo que encontró.

—Avergonzada—está mañana he estado haciendo un trabajo cortando papel de colores. Sí me he bañado—

Pensó que la iban a juzgar y habló demás.

—Se rió—nadie dijo lo contrario—le dio palmaditas en la cabeza.

—Oye Kamíl, como que mucha confianza con Bélida, ¿no?—dijo Patrick interrumpiendo.

—No sé si te lo ha contado, pero ella y yo—

—Interrumpiendo—oigan cómo es posible que los dejen salir a pasear y a los demás no—dijo Bélida intentando cambiar de tema.

—Es que somos familia del dueño del colegio—dijo Kamíl, siguiéndole la corriente.

—Entiendo—dijo Bélida tratando de disimular su asombro.

Ella sabía que Kamíl era de dinero, ¡pero no de tanto dinero!

—Bueno, vamos a lavarnos la cara—dijo Patrick.

—Ve tú, yo me quedo aquí con Bélida. Tenemos mucho de qué hablar—dijo sonriendo y mirando a Bélida.

—No es cierto, yo me voy a la entrada a esperar tranquila. Mucho ya nos hemos alejado—dijo fingiendo una sonrisa.

—Patrick mirándole seriamente—Me retiro, espero que no aproveches tanto, primito—

Tenía urgencia de ir al baño, si no ni loco los dejaba solos.

Bélida estaba bien incomoda en ese momento de tensión. Patrick se fue y ella agachando la cabeza mientras se ponía la capucha, se quiso ir al portón. Kamíl la agarró de la capucha.

—Oye, por favor, no trates de evitarme y fingir que no me conoces. No te sale esa actuación—dijo acercándose a ella.

—Volteándose—Kamíl, soy muy buena actriz, creo que ese papel me sale muy bien—

—No puedo creer que después de tanto tiempo esté de nuevo conversando contigo y quieras ignorarme—la miró fijamente.

No dijo nada, quería hablar, pero no se atrevió a decirle que sí le gustó verlo nuevamente.

—Me imagino que Mery te habrá contado un montón de cosas sobre mi—dijo Kamíl sonriendo.

—No hablamos de cosas que no son importantes—dijo Bélida burlándose.

—Auuu eso me dolió, lastimaste mi orgullo niña—dijo riéndose e intercambiando miradas con Bélida.

—Has crecido bastante—dijo escaneándole.

—¿Te gusta que sea alto?—preguntó sonriendo.

—No—respondió sin mirarlo, no quería que se notara que dio en el clavo.

—Se rió—mientes—

—Y ¿por qué decidiste venir acá? Pensé que estabas bien en Paraíso—dijo nerviosa.

—No estaba bien sin ti, necesitaba bastante verte ¿Acaso no lo notas, Bélida?—dijo acercándose a ella.

Sintió como su corazón se aceleraba y las manos le empezaron a temblar. Kamíl se dio cuenta. Continuó acercándose y ella retrocedía paso a paso hasta que se chocó con una pared de arbustos. Alzó la mirada buscando una salida. La tomó  de ambos hombros y acercó su rostro poco a poco. Cuando estaba a centímetros de ella. Nota que cierra los ojos y agarra la falda de su uniforme. Estaba nerviosísisma. Para rematar llega Patrick.

—Sorprendido—¡Kamíl eres un...! ella es la chica que me gusta y tú la quisiste besar—le agarró del hombro y lo apartó.

—No eres el único al quien le gusta—dijo mirándole fijamente.

—Debiste decírmelo antes—suspiró molesto—Kamíl, no eres tú quien lo decide—dijo agarrando la mano de Bélida para llevarla a otro lado.

En otro lado, no tan lejos de Kamíl.




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