Amar Como Las Estaciones

CAPITÚLO XXVII: LA RULETA

Patrick armó la ruleta y empezaron a jugar. La primera en salir fue Bélida.

—Nooo…estoy maldecida—dijo agachándose hacia la mesa.

—Jajaja mi pregunta es ¿Cuántas veces rechazaste una declaración?—preguntó Patrick, antes de arriesgarse a hacer algo.

—Mmm, a varios creo, no recuerdo mucho—dijo Bélida nerviosa.

—Más o menos, más o menos lo  más probable—insistió.

—Quince—dijo en voz baja sin mirar a nadie.

—Con razón te conocen como la “Rechazadora”—dijo Kamíl mirándola.

—¿Qué? Claro que no—dijo Bélida sonriendo.

—Sí amiga, es cierto. Cuando llegué a mi salón y les dije que era tu mejor amiga, me dijeron “eres amiga de la rechazadora”—dijo Mery mirándola.

—No lo sabía, es que no puedo aceptarlos si no los quiero—dijo Bélida.

—¿Di en concreto por que los rechazabas? —preguntó Mery.

—Literalmente, porque no los quería.
No me gustaban ¿Acaso soy mala?—dijo Bélida viendo la mirada fija de los demás.

—No, no estás obligada a amar...¿Alguna vez te gustó alguien?—preguntó Kamíl mirándola fijamente.

—Desvió la mirada, se quedó fría—no me di tiempo de conocerlo más, pero creo que nunca lo olvidé—dijo jugando con sus manos mientras miraba el centro de la mesa.

Mery se dio cuenta a quién se refería. Kamíl dudaba porque no quería que solo fuera idea suya que hablaba de él.

Patrick se fue dando cuenta de algo, dio vuelta la ruleta y le tocó a Mery.

—Mirándola fijamente—Jajaja me toca, ¿A cuántos rechazaste Mery?—dijo Bélida vengándose.

—A nadie—dijo sacándole la lengua—mentira, creo que fueron tres. El chico del skate, el de la heladería y Leví—dijo Mery mirando a Bélida.

—No puede ser, ¿se te declaró Leví?, no lo sabía, pobrecito—dijo Bélida sonriendo.

—Se declaración fue graciosa—dijo Kamíl acordándose del hecho sucedido.

—¿Cómo es que se conocieron ustedes tres? —dijo Patrick viendo que se tenían confianza.

—Todo fue cuando Kamíl llegó a Paraíso y se conocieron—dijo mirando a Kamíl y a Bélida—desde el primer momento se odiaron. Después los pusieron en un concurso juntos. Kamíl cometió el error de hablar mal de su mamá. Le odiamos por un tiempo. Después él se disculpó y nos hicimos cercanos. Bélida se mudó acá y alguien—mirando a Kamíl—me invitaba comida en recreo para contarle todo sobre ella—dijo mirando a Bélida.

—Bélida miró a Kamíl—¿es cierto? —preguntó.

—Agachando la mirada—sí—dijo en voz baja.

—Con que ustedes se conocen desde niños. Con razón se sorprendieron cuando se enteraron que Kamíl era mi primo. Para ustedes este medio año fue un reencuentro. Yo soy el nuevo—dijo Patrick dándose cuenta porque su primo tenía más confianza con Bélida.

—Bienvenido al grupo—dijo Bélida sonriendo.

—Me toca preguntar ¿Por qué odias tanto la etapa de segundo a tercero de secundaria? —dijo Kamíl vengándose de que Mery lo había hecho declarar.

—Lo has hecho por vengarte Kamíl—dijo mirándole—lo odio porque fue cuando me vestía horrible. No hablaba con nadie y trataba fríamente a todos. Bueno, sigo siendo fría. En mis redes subía fotos dando cringe—dijo Mery apenada.

—Todos tienen un pasado oscuro amiga—dijo Bélida sonriendo.

Se miraron y sonrieron.

—Conmigo no fuiste fría en ningún momento—dijo Patrick mirándola.

Mery se quedó callada.

—Bélida se dio cuenta que se puso nerviosa—eso fue porque le caíste bien desde que te conoció. Además, se acercaba a ti por molestarme—dijo Bélida ayudándola.

—Conmigo era bien fría en primero de secundaria, de ahí ya me perdonó. Así es su personalidad. Solo es extrovertida con personas de confianza—dijo Kamíl mirando a Patrick.

—Ahora entiendo porque solo con Karen te juntas en tu salón. Bien, voy a girar la ruleta—dijo Patrick girando la ruleta.

Le tocó a Kamíl.

—Hoy sí llegó mi venganza. Tú sabes muy bien que no debiste preguntar eso—dijo Mery sonriendo malvadamente sabiendo lo que iba a hacer.

—Tenme compasión—dijo Kamíl mirándola fijamente.

—No…Kamíl ¿Por qué te enamoraste de Bélida?—preguntó.

Suspirando, sabía que tenía que decir toda la verdad. Su corazón se empezó acelerar.

—Me enamoré de ella...me enamoré de ella—un nudo se le creaba en la garganta—porque es tan difícil decirlo—sonrió—la amo, amo todo de ella. Mi felicidad lleva su nombre. Nunca me arrepentiré del día en que empezé a observarla. Es tan dedicada en todo. Sabe cómo hacer sentir especial a las personas que ama y sabe poner límites. Esas son algunas razones, pero cada día encuentro una nueva—dijo mirando a la mesa, aún no podía mirarla.

Bélida se quedó mirando fijamente a Kamíl. Dijo lo que ella directamente quería escuchar. Sonreía muy feliz y en un descuido suspiró fuerte. Él volteó a mirarla y se dio cuenta que todo este tiempo lo estaba mirando. Sonrió contento, sus ojos hablaron por ella. Bélida no aguantó más y se puso rojita, agachó su cabeza hacia la mesa.

—Dejó de grabar—Esta escena lo voy a reproducir en su boda—dijo Mery sonriendo.

Kamíl se quedó mirándola y no dijo nada. Patrick desde ese momento supo que Bélida no lo amaba. Kamíl tenía sentimientos más profundos que él y sobre todo ella, demostró algo que le hizo darse cuenta de todo.

—¿Desde cuándo estás enamorado de ella? —preguntó Patrick, fingiendo no estár dolido.

—Desde que me riñó por haberle pegado un chicle en el cabello—dijo Kamíl sonriendo.

—¿Bélida, no vas a preguntarle algo?—preguntó Mery.

—Yo paso—dijo Bélida mientras seguía con la cabeza escondida entre sus brazos.

—Wow, esto estuvo muy sincero…creo que soy el único al quien falta preguntar—dijo Patrick mirando a su celular viendo que el único nombre que estaba en la ruleta era la de él.

—¿Por qué te enamoraste de Bélida?—preguntó Kamíl mirándole.

—Imaginé que ibas a preguntarme eso—suspiró—se lo diré personalmente. No soy bueno con las palabras en público—dijo Patrick mirando triste a Bélida.




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