Amar Como Las Estaciones

CAPÍTULO XXXVI: DE REGRESO

Mery llega un poco agitada a donde lo estaban esperando. Patrick sospecha de que se había visto con alguien. Toman un taxi y se dirigen hacia su agencia. El autobús salía a las siete. Recogieron sus boletos de asiento.

—Espera, tu número de asiento se ubica atrás del mío—dijo Patrick un poco preocupado.

—Será que se han equivocado en ubicarnos—estaba nerviosa, ya que a ella no le gustaba viajar a lado de extraños.

—En ese entonces el tutor se acerca y les explica el caso—chicos perdónenme, pero es que esos asientos eran los únicos desocupados. Nosotros pensamos que a ustedes los iban a poner juntos, pero la señorita se equivocó. Nos dimos cuenta cuando estábamos yendo a verlos. Así que, no se podía hacer nada, les pido disculpas—el tutor estaba nervioso y avergonzado.

—No se preocupe profesor, no importa. Igual solo será por unas horas—dijo Mery siendo considerada, aunque por dentro estaba preocupada.

—Descuide profesor, pero que eso no ocurra en el avión, por favor—

—Descuiden ahí ya está reservado, por el propio organizador del concurso—dijo el tutor.

—Ya nos vamos a ubicar, gracias por la aclaración—fué Mery a sentarse en su asiento.

Ambos nada más se miraron y esperaron a que sea de su agrado con la persona que compartan el asiento. Lo único que pedía Mery era que no fuera un chico. No se sentía cómoda con hombres extraños.

—Patrick, creo que en este autobús vamos a ir puro los que hemos estado participando en el concurso—ya estaba un poco más aliviada.

—Ahora que me doy cuenta, tienes razón—dijo mirando alrededor.

Así estaban conversando cuando llegan sus compañeros de asiento. De Patrick era una chica rubia y de Mery era un morenito de ojos azules. A Patrick no le atrajo tanto porque toda la vida había visto chicas así. Mery solo esperaba que el chico no sea hablador, porque no sabría cómo entablar una conversación con él. Patrick cada que podía los veía disimuladamente.

—Hola me llamo Marcus, ¿Cómo te llamas?—le dio la mano para saludarlo.

—Hola Marcus, me llamo Mery—Mery nerviosa dio la mano.

—Y dime Mery, que has presentado para el concurso—dijo Marcus mirándola.

—Bueno, lo hicimos en pareja. Fué una maqueta de una casa futurística—dijo Mery en voz baja.

—No puede ser, ¿¡ustedes son los creadores de tal maqueta espectacular!?. Déjame decirles que les quedó increíble. Quiero que mi casa sea así sinceramente—se emocionó bastante.

—Muchas gracias, no pensé que te iba a gustar tanto—dijo sonriendo nerviosa.

—Obvio que me encantó. El chico de adelante es tu compañero ¿cierto? —apuntó el asiento de adelante.

—Sí, él es mi compañero—

—No puede ser amigo. Sí que se lucieron haciendo esa maqueta, mis felicitaciones—dijo palmeándole el hombre por encima del asiento.

—Muchas gracias Marcus—volteó incómodo.

—¿Te gustan las galletas de chocolate con menta?

—Sí

—Toma uno, mi papá me dio un paquete entero de estas—le entregó la galleta.

—Gracias—sonrió.

Ya le estaba cayendo bien. Era hablador pero no incomodaba.

Patrick estaba escuchando todo y simplemente movía la pierna más rápido. La chica de a lado se dio cuenta y simplemente sonrió. El autobús ya empezó a salir rumbo a su destino.

—¿Quieres escuchar música?—dijo Marcus sacando sus AirPods. 

—Claro

—Espero y te guste mi lista de canciones—se apenó un poco.

—Descuida, no critico los gustos de la gente—dijo Mery sonriendo.

Se pusieron los AirPods y dejaron de hablar. Mery se iba viendo todo el paisaje de la carretera. Patrick se tranquilizó al ver eso. Suspiró y se acomodó a gusto en su asiento.

—Perdón por haber estado observándote todo este tiempo, pero es que eres muy obvio con tus celos—dijo en voz baja mirándole.

—Hola, disculpa ¿cómo te llamas?—volteó la mirada hacia ella.

—Kalisz, un gusto Patrick—dijo sonriendo.

—¿Como sabes mi nombre?—fué extraño para él.

—Obvio que me aprendí el nombre de los ganadores. Mi compañera y yo quedamos en segundo lugar—

—Me pareció bastante interesante su proyecto. A decir verdad, me impresionó, es muy creativo—dijo Patrick alagándola.

—Gracias por tu comentario ¿tú y Mery son algo verdad?—dijo Kalisz molestándole.

—Sí, somos amigos—intentó disimular todo.

—Perdón por entrometerme, pero creo que tú sientes algo por ella—quiso indagar más a fondo.

No dijo nada y se quedó callado.

—Creo que te incomodé, lo siento. ¿Quieres caramelos?—sacó de su mochila unos cuantos caramelos.

—Gracias—

Ya era las once de la noche y todos estaban durmiendo. Mery y Marcus se habían dormido muy temprano por eso se levantaron a esa hora. No podían volver a dormir, por eso mejor conversaron en voz baja.

—Mery perdón por haberme dormido ¿Todavía sigues escuchando música?—dijo Marcus arreglándose el cabello de recién levantado.

—Descuida, a las ocho de la noche se apagó tu teléfono y dejé de escuchar música. Aquí está tu AirPod, muchas gracias—dijo sonriendo.

—No lo puedo creer que somos los únicos despiertos, eso nos pasa por dormirnos temprano—dijo sonriendo.

—¿Quieres gomitas?

—Claro, y ahora de que conversamos toda la noche. No creo que podamos dormir rápido otra vez—dijo Marcus recibiendo las gomitas.

Después de estar conversando una hora, Patrick se despierta y los escucha. Se da cuenta que ya se habían pasado los números porque Marcus le dijo que lo llamaba si necesitaba alguna ayuda de ella.
Escuchó toda la noche su conversación, aunque estaba totalmente queriendo dormir. Todo se quedó en silencio a las dos de la mañana.

Ya era las cinco de la mañana y de nuevo empezó la bulla. Todos ya estaban despertando y alistándose porque en unos minutos llegaba el autobús al aeropuerto.

—Mery despierta, ya vamos a llegar al aeropuerto—dijo Marcus moviendo el hombro de Mery.




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