Amar Como Las Estaciones

CAPITULO XLVII: AMOR EN HALLOWEEN

Después de varios días ya iba a llegar Halloween y los más populares del salón de Patrick estaban planeando hacer una fiesta. El lugar era privado y tenía una vista hermosa hacia toda la ciudad. Patrick estaba segurísimo que tenía que declararse en Halloween, ya que al fin ahí estarían un rato a solas. Decide pedirle ayuda a Kamíl.

Se encontraba en la biblioteca.

—Al fin te veo, te estaba buscando. Quiero hablar contigo sobre ese tema—dijo Patrick acercándose a su asiento.

—Bien, hay que aprovechar que no están—cerró el libro que estaba leyendo.

—Quiero hacerlo el día de la fiesta que mis compañeros van a organizar. Bélida ya me pasó todos sus gustos y le encanta Halloween—

—Mmm me parece bueno, que más piensas hacer—dijo Kamíl.

—El lugar va a ser con vista hacia la ciudad. Pensaba llevarle un ramo de girasoles. Un peluche grande de Edna moda e iluminar todo un espacio con foquitos que parezcan luciérnagas. También unos brazaletes personalizados—dijo emocionado—¿Qué te parece?

—Muy buena idea. Si es que estás considerando todos sus gustos va a ser perfecto ¿ya sabes que vas a decir?

—Nooo—dijo preocupado agarrando su cabello —soy bueno hablando, pero en esta ocasión siento que se me va a hacer un nudo en la garganta.

—Exacto, por eso yo mejor hice que lo escribieran en un pastel, porque sabía que no iba a poder hablar. Descuida, lleva aunque sea una hoja donde anotes lo que vas a decir—

—Mmm voy a ver como lo soluciono. Pero de que lo hago, lo hago—lo miró decidido.

—¿Qué vas a hacer?—preguntó Bélida que llegaba con Mery.

—Nada—volteó nervioso sin querer ver a Mery—¿Qué compraron?—cambió de tema rápidamente.

—Comida, que más—Mery sonrió burlándose.

—Escojan lo que quieran—dijo Bélida poniendo la bolsa en la mesa y sentándose a lado de Kamíl.

—Sentándose a lado de Patrick—hoy no hubo tanta cola, fuimos temprano—Mery puso otra bolsa de comida en la mesa.

—Se quedo tieso—que bien—dijo con una expresión pálida.

—Se dio cuenta—¿te pasa algo?—lo miró fijamente—¿tienes fiebre?—puso su mano en su frente.

—Se levantó—quiero invitarles a la fiesta de Halloween que mis compañeros van a organizar—dijo nervioso.

—Que bien ¿en dónde va a ser? —dijo Bélida emocionada.

—Ustedes solo alístense y disfrácense, yo los recojo—

—¿A qué hora nos vas a recoger? —preguntó Mery.

—A las ocho... bueno, me retiro—dijo Patrick saliendo de la banca.

—Hoy día te comiste un robot o que—dijo Bélida molestándole.

—No, nada—sonrió para disimular.

Comen y hacen sus trabajos pendientes. 

Ya siendo la hora de salida ellas estaban hablando de que se van a disfrazar.

—Amiga, hay que disfrazarnos de hadas. Tú de Tinker bell y yo de Iridessa—dijo Bélida abrazándola por el hombro.

—Bélida, tienes novio. En está ocasión te tienes que disfrazar con él—dijo mirándola mientras seguían caminando.

—Pero...no quiero romper esa tradición contigo—se quedó quieta.

—Es que así funcionan las...

—Hola chicas, de que tanto hablan—dijo Kamíl acercándose.

—De los disfraces—dijo Mery mirándole.

—¿Estás bien?—tomó su mentón para levantar su rostro.

Bélida no lo miraba.

—¿Pasó algo?—miró a Mery.

—Le dije que ya no combinaríamos nuestros disfraces porque ahora lo tendría que hacer contigo—

—Pero en ningún momento le prohibí que no combinaran. Más bien díganme de que va la temática—

—De la película Tinker Bell. Tú podrías disfrazarte de Peter pan. Mery de Tinker Bell y yo de Iridessa—lo miró sonriendo.

—Me parece buena idea—la tomó de la mano.

—Te dije que iba a comprender—miró a Mery.

—Y dónde piensan comprar sus disfrazes—

—Cierto, ¿conoces algún lugar Bélida?—preguntó Mery.

—No...

—Dalia me comentó sobre una empresa que se dedica a la confección. Se llama "Confecciones Valencia" tiene una sede aquí—

—¿Es tu prima?—preguntó Bélida.

—No, Dalia es mi mejor amiga. Es de México—saca su celular y se va a galería—es ella—mostró una foto de ellos juntos.

—Con que ella es Dalia, la chica con quien hablabas sobre Bélida—dijo Mery mirando el celular.

—Lo miró—¿ella sabe sobre mí?

—Sí, hasta mi mamá sabe sobre ti. Ellas junto con Mery saben cada paso que di contigo—sonrió nervioso.

—Ahora entiendo porque me reconoció. Debió haberme evaluado de pies a cabeza—se preocupó.

—Jajaja no pongas esa cara—dijo abrazándole—¿A que hora vamos?—dijo mirándolas.

—Vas a recogernos en mi casa a las tres de la tarde y de ahí salimos a la tienda—dijo Bélida.

—Vale—

—¿No veo a Patrick?—Mery miró alrededor.

—Creo que ya se adelantó, porque somos los últimos en salir—dijo Kamíl.

Al llegar al portón se despiden. Efectivamente Patrick estaba ya en el auto.

—¿Es en serio? Te vas a comportar así—subiendo al auto.

—Es que no puedo controlarme. Estoy nervioso, toca mi piel—dijo entregándole su brazo.

—No puede ser—tenía la piel de gallina—haber, vamos a calmarnos ¿ya has comprado todo?

—Sí—suspiró—tengo que ir a organizar todo y quedar con mis compañeros que nadie ingrese al lugar donde va a estar decorado—dijo nervioso.

—Todo saldrá bien, okey—

—Gracias—dijo echándose en su asiento con la mirada hacia arriba.

—Vas a tener que disfrazarte de Terence, porque han escogido la temática de Tinker Bell—

—Pero es rubio y lacio—lo miró.

—Mery va a ser Tinker Bell y ese chico es lo más cercano románticamente a ella o por lo menos los fans lo shipean—

—Okey—sonrió.

Llegaron cada uno a su casa. Patrick definitivamente ni comió, estaba ocupadísimo.

Mientras tanto Kamíl solo esperaba que fuera las dos y partió a la casa de Bélida. Ella estaba con su laptop en la sala.
Sonó el timbre.




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