Amar Como Las Estaciones

CAPÍTULO L: MIREN QUIEN LLEGÓ II

Justin jugaba con una cosa bizcosa que se pegaba a las paredes.

—Justin siéntate tranquilo o vas a hacernos caer—dijo Mery trayendo una fuente.

—No—le sacó la lengua.

—Ya vas a ver, trae eso—intentaba quitarlo.

—No ¡mamá!—

Tanto lo jalaban que al final Justin lo soltó. Al soltarlo también Mery, por la fuerza terminó pegado en el techo.

—Ya está, ahora siéntate—

—¡Mala! ¡Mamá, Mery a lanzado mi juguete al techo!

Kamíl miraba todo el berrinche y solo agradecía ser hijo único.

—Genaro atiende a tu hijo—dijo doña Celeste.

—A ver ¿dónde está?—

—Arriba—miraba al techo.

—Hijo ahí no llego ni con silla—

—Pero el muchacho es bastante alto. Súbete a una silla y sácalo—don Adrián miró a Kamíl.

Kamíl rápidamente subió a la silla y se estiró para sacarlo. Al sacarlo le entregó el juguete.

—Que se dice Justin—

—Gracias—

—Un placer—

Justin se sentó tranquilo y así terminaron de servir todo.

—Muy bien, hora de comer mi especialidad ¡pasta! Sirvance, sirvance—

—¡Amo la pasta!—dijo Justin como todo niño eufórico.

—Yo también, eso que no han probado la lazaña que prepara mmm delicoso—miraba a su papá con una gran sonrisa.

—Con eso enamoré a tu mamá—miró sonriendo a su esposa.

—Adrián—se avergonzó.

El papá de Bélida sabía ser muy meloso con su esposa.

Ya al terminar Genaro y Adrián lavaron los platos. Linda, Celeste y los demás sacaban la mesa al patio trasero para jugar.

—Kamíl ve a traer la limonada, por favor—

—Sí—

Se dirigió muy asustado a la cocina. Ahí estaban ellos acomodando los platos.

—Me mandaron por limonada—

—Está en la refrigeradora—dijo Adrián.

Lo abrió apenado. No quería hacer ningún movimiento vergonzoso.

—Desde cuando eres amigo de mi hija—

—¿he? Yo...desde inicio de año—

—Deben ser muy cercanos, por eso te invitó a un evento muy especial—dijo don Genaro.

—Lo miró serio—espero no tan cercanos—

—Fingió sonreir—no te asustes está bromeando ¿verdad?—

—Deben estár esperándote—

Sintiéndose intimidado salió inmediatamente. Pues la reacción del padre de Bélida se veía que no iba a ser coma la de su padre.

—Al fin—dijo doña Linda recibiendo la limonada.

—¡Yo quiero! ¡Yo quiero!—

—Justin, nadie te lo va a quitar—lo miró Mery.

—Amargada—le sacó la lengua.

—Que buena relación de hermanos—sonrió Bélida.

Kamíl se acercó a sentarse a su lado.

—¿Pasó algo?—lo notó asustado.

—No, nada preocupante—

—¡Muy bien, creo que es hora de empezar a jugar!—se acercaba don Adrián.

Kamíl inmediatamente se alejó unos centímetros más.

—Que tal si jugamos ludo—

—Papá tu siempre ganas en eso—lo miró Bélida.

—¡Vamos, anímense!—dijo don Genaro.

Sacaron el tablero de juegos.

—Cara o sello—dijo Linda.

—Cara—dijo Justin.

Tiró la moneda al aire y salió cara.

—Bien, empiecen ustedes—

La cosa se estaba poniendo muy personal. El papá de Bélida comía a las fichas de Kamíl. Al final terminó ganando Kamíl.

—Ohhh papá te destronaron—se rió Bélida.

—Estos juegos son de suerte porque no mejor una de mente. Jueguemos ajedrez, te reto—miró a Kamíl.

Kamíl no sabía que decir. Rápidamente sacó el tablero para armarlo y jugar. Lo que no sabía Adrián era que a Kamíl su papá le había enseñado ajedréz desde los cinco años.

Ellos estaban muy concentrados en su juego que los demás se aburrieron e hicieron otras cosas.
Pasaban los minutos y Bélida se acerca a verlos. Discretamente le dice a Kamíl que de una vez pierda.

—Mmmm hacke mate—sonrió feliz—estabas haciendo muy buenos movimientos porque cometiste este error de principante—

—No sé jugar tanto ajedrez—

—Buen jugo—Adrián le dio la mano.

—Buen juego—tomó su mano.

Bélida y Mery se fueron a la cocina a hablar en privado. 

—Bélida tu papá no sabe ¿cierto?

—No y no tiene porque saberlo ahora. Después se lo diré—

—La verdad si se enterara que Kamíl es tu novio. Lo que le esperaría a Kamíl—

—¿¡Tienes novio!?—Justin estaba parado en la entrada.

—No te atrevas—Mery lo miró fijamente.

—Justin, por favor, olvida eso ¿dime que quieres?—

—Helado de limón—

—Abrió la refrigeradora—toma—

—Gracias—sonrió—vine a avisarles que quieren vino y copas—

Vieron como se iba saltando.

—Perdóname amiga pero es que el no calla nada. Considera que en cualquier momento lo dice—

—No me digas eso—la miró preocupada.

Asustadas llevaron el vino y las copas para hacer el brindis. Abrieron el vino y lo sirvieron. Todos estaban sentados alzando la copa.

—Quiero agradecerles hoy por contar con su presencia.  Retorné a mi hermoso hogar después de tres años. Extrañaba tanto a mi esposa e hija. Quería vivir cada segundo con ellas y al parecer me perdí de bastante. Tanto que hoy me enteré que mi pequeña tiene novio—

A Bélida se le cayó la copa y a Kamíl se le heló la sangre.

—¿tienes algo que decir mi amor?

—Agachó la mirada—es cierto—

—Bien, podrían darnos un espacio para conversar—miró a los demás.

Mery y su familia se apartaron a la sala pero de ahí veían todo el chisme.

—Acércate muchacho—lo miró.

—Señor Adrián con todo respeto yo...

—En primer lugar no sé ni tu nombre completo—

—Me llamo Kamíl Wallet Fooser hijo del Empresario Andrew Wallet Boz y la psiquiatra Milla Fooser Kant—

—Espera...tu papá es el dueño de la empresa de alimentos más grandes del país Wallet Food Company—

—Sí—

Los padres de Bélida se lo quedaron mirando por unos segundos.

—El colegio es de tu abuelo ¿verdad?




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