Amar Como Las Estaciones

CAPÍTULO LIII: FIESTA DE DESPEDIDA

Ya estaban en los últimos días de clases.

—Hay que coordinar con todos para hacer una fiesta privada—dijo Adara.

—Sí, ya que no tenemos permitido hacer una despedida dentro del colegio—dijo Génesis.

—Se acercó Jael—de que hablan señoritas—

—Sobre hacer una fiesta de despedida ¿qué te parece? Sería muy aburrido no divertirnos a lo grande después de años de tortura—

—Ni siquiera tortura para ti, con nota mínima estás pasando—se burló.

Lo miró indignada.

—No te enojes Anna. Me parece muy buena idea ¿Ya le han comentado a los demás?—

—No—dijo Génesis.

—Yo me encargo—pasó al frente—¡Chicos tengo un comunicado que hacerles!—

—Ahora que tienes en mente Jael—lo miró Patrick. Ya sabía como era.

—Génesis, Anna y Adara están planeando organizar una fiesta privada por nuestra despedida. El quien quiere que levante la mano y ayude a organizar—

Todo el salón levantó la mano.

—Se nota que quieren festejar. Chicas ¿Cuál es el plan?—las invitó pasar al frente.

—No tenemos un plan en específico pero sería contratar un Dj, colaborar para los bocadillos, contratar barra de bebidas...

—¿Solo va a ser de nuestro salón?

—Si es que quieren los otros salones estaría bien. Pero no queremos pleitos—los miró Anna.

—¿En que lugar va a ser?

—Estábamos pensando alquilar la casa de verano "Summer time"—

—Ese lugar es buenísimo. La despedida de la promoción de mi hermano lo hicieron ahí—

Se emocionaron más.

—¿Va a ser este domingo?—

—Sí, por eso tenemos que reservarlo hoy o alguien más lo hará—dijo Génesis.

—Si queremos informarle al otro salón tenemos máximo hasta la hora de salida—

—En recreo nos reunimos en la biblioteca en la sección de matemáticas. Ya acordé con los delegados de cada salón—dijo Jael.

Era el chico que se llevaba bien con todo el mundo.

El profesor ya estaba llegando a su salón. Tocó el timbre y empezaron con la presentación de los últimos trabajos.

Al llegar el recreo salieron inmediatamente hacia la biblioteca. Entraron y se dirigieron al segundo piso.

—Espero que no encontremos a una parejita—dijo Jael.

—Acaso los auxiliares no pasan por este pasilllo—

—Es que mayormente nadie está por esta sección—

Ya estando cerca se escucha como si alguien saltara sobre los sillones.

—No puede ser—dijeron algunos.

—Esto si está prohibido—Jael se adelantó.

Se tapó los ojos.

—Por más que sean los últimos días esto ya es demasiado—abrió los ojos.

—Hola Jael—dijeron ambas confundidas.

—Melani, Melania—sonrió.

Eran las hijas gemelas de la bibliotecaria.

—¿¡Ya se puede pasar!?—estaban esperando la señal.

—¡Sí!

Aparecieron un montón de personas.

—¿Van a hacer algo?—preguntó Melania.

—Sí, una reunión—dijo Adara.

—No digan nada ¿sí? Va a ser un secreto—los miró Jael.

—Así como la de esa vez que viniste con una chica—sonrió Melania.

—O de la vez del chico—dijo Melani.

Todos se quedaron mirando a Jael.

—Eso no ocurrió—fingió sonreír.

—Sí, nos diste un dolar a cada una—lo miró Melani.

—Ya nos retiramos, adiós—dijo Melania.

Las niñas se retiraron agarraditas de la mano después de derrumbar la reputación de Jael.

—Sonrió nervioso—niñas, no saben lo que...

—Los niños dicen la verdad—lo miró Patrick.

—No juzguen mi vida okey. Ahora tenemos que hablar de la fiesta—apenas los miraba.

Obviaron el secreto de Jael por esos minutos que estaban planeando.

Acordaron dar mil dólares cada uno y solo tener de invitados a tres personas.

Pasaron los días y ya era viernes. A la hora de salida vieron como todos salían sin corbata, despeinados e incluso con ropa informal. El último día de clases había acabado y las vacaciones comenzaban.

—¡Vacaciones! ¡Vacaciones!—gritaba un grupo de adolescentes.

—Hay que ir al cine—decía una chica a lado de su grupo de amigas.

—Sí, ahora hay tiempo. Ya no hay tareas y más que todo grupo de trabajo con esos idiotas—miraba a los chicos que gritaban.

—Los grupos eran los que más hartaban. Míralos felices como si hubieran estudiado tanto—apoyaba su otra amiga.

Los chicos pasaron por su lado.

—¡Adiós obligaciones! ¡Bienvenida la diversión!—

—¡Sí ni cumplias tus olbigaciones!—no aguantó su indignación.

—Voltearon—¡gracias por hacernos pasar de grado!—

—Pero estos idiotas...

—¡Corran!—las chicas iban por su tras enojadísimas.

Jael y Patrick iban por su tras. Sonreían mientras los veían hacer sus payasadas. A Patrick le traía mucha nostalgia ver alumnos de primer grado. Hace un año que había dejado todo atrás para venir a Lambrich. De igual modo iba a hacer lo mismo ahora. Tenía que irse a la Universidad y dejar todo.

—Jael lo notó disociando—¿ocurre algo? —

—Suspiró—nada—

De la nada sintió que rodeaban su cintura. Al mirar las manos pudo darse cuenta de quien era.

—Feliz último día de clases graduado—dijo Mery abrazándole.

—Gracias—volteó a abrazarla—¿Qué pasó?—tomó su mentón viendo un dibujo en su mejilla.

—Es que no teníamos que hacer y nos pusimos a dibujar en la cara  ¿está bonito?—le habían hecho el boceto de una mariposa.

—Hermoso—notó a Kamíl y Bélida—¿¡Qué les pasó!?—

Bélida estaba con la blusa manchada, sin corbata y con el cabello como de recién levantado. Kamíl tenía el cabello y la cara impecable pero el uniforme lleno de color.

—Me divertí, no me juzgues. Sigan ustedes en su mundo de chocolate—sonrió.

Jael solo sonrió mirándoles.

—Les tengo una buena noticia. El domingo va haber una fiesta organizada por los de la promoción. Están invitados—dijo Patrick.

—¿A qué hora comienza?—lo miró Mery.




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