Amara Salvaje

El presente

Había sacudido el escritorio con el nuevo postulante para secretario. El cual era un ex nadador que nunca ganó una competencia, pero al estar en constante entrenamiento desarrollo un excelente físico, capaz de atender mis bajas pasiones.  

«Y sí que eran bajas». 

—Señorita King… El hombre de la otra vez solicita verle —dijo la secretaria de marketing. Ingresando al despacho con el café que le había ordenado hace media hora. 

La situación en donde se encontraba el postulante de secretario y como me encontraba la escandalizó. Hubo un breve momento donde quise darle una explicación, pero me recordé que era su jefa, y este era mi turno de solicitar que se me besara el trasero. 

—¡No te quedes mirando!—. Cierra la puerta y recoge los papeles del piso junto a mi nuevo secretario Jackson… Cuando terminen de arreglar el desorden, llévale a firmar el contrato respectivo— agregue, subiendo mis bragas y retocando mi maquillaje. 

Camino a la oficina de contabilidad, observe que el resto del personal también estaba escandalizado, supongo que los gemidos fueron demasiados sonoros, sin embargo, ninguno podía decirme nada. Era la mejor en mi trabajo y en los últimos años había llevado al Banco Internacional BGVA a la cima, incluso la revista New York me nombro la maestra de las finanzas con solo 27 años.  

«Así que todos besen mi trasero». 

—¡Ahí estás! —. Te estaba buscando, incluso envié a mi secretaria Kristen —dijo Calvin. El cual era director de marketing y un viejo amigo. 

—Es una ridícula, se escandaliza por todo… se escandalizó cuando nos encontró haciéndolo en tu despacho y ahora se atacó, porque estaba teniendo sexo en mi despacho. Deberías despedirla y contratarte una chica eficiente. Cambia de secretaria —sugerí con una pícara sonrisa, mientras ingresábamos a su oficina. 

—Luego hablamos del tema— contesto secamente. 

Haciendo que le mire con cierta desaprobación e incluso, pensaba negarme a cualquier petición, pero luego de verlo todo cambio. 

—Alex Smith. Es un profesor en la escuela pública número 37. Nos visita por segunda vez, pues quiere abrir un espacio para cursos de arte, poesía y danza a niños de escasos recursos —. Por lo que me atreví a contarle que este año diriges el espacio de los fondos benéficos. 

—¡Señorita King! —dijo el hombre estrechando mi mano con fuerza. 

Era un excelente apretón de manos, que denotaba seguridad y por alguna razón me transmitía cierta electricidad. Nunca había sentido eso o conocido un hombre tan perfecto. Sumida en examinar sus rasgos, detalle que su cabello castaño y ojos cafés claros, en compañía de su rostro angelical y cuerpo de gladiador, solo podía definirse como magia, capaz de tenerme en un trance, hasta que volvía a oír. 

—Señorita King. 

—Disculpa —dije soltando su mano y acomodándome en uno de los sillones del despacho de Calvin. 

«Me sentía algo incómoda por el momento zombi». 

—Espero olvides ese lapsus de distracción, me recuerdas a alguien, pero no entraré en detalles, pues quiero oír del proyecto. 

—El proyecto plantea incentivar a los jóvenes a que canalicen sus energías en actividades que cultivan sus mentes. Hasta el momento contamos con cinco voluntarios en música, danza, poesía y pintura. Además, buscaremos integrarnos a competencias y con ello podríamos incrementar los espacios… 

—Solo si ganan. 

—¡Exacto!... Sin embargo, no se sabe el resultado sin intentarlo. 

—¡Adivino!... El profesor de poesía es usted. 

—¿Cómo lo descubrió?—.No he entregado información que detalle ningún aspecto. 

—Esas son las habilidades de Amara King. Además, no se puede llegar al puesto de directora de finanzas siendo alguien ordinario—explicó Calvin con cierto tono de adulación—. Amara, debo confesarte que Alex es mi mejor amigo y agradecería introducieras su proyecto. 

Sonreí con su comentario, pues me había dado la excusa perfecta. 

—Debiste decirlo antes—. Los amigos de Calvin son mis amigos, pero no seamos formales y hablemos más de ese proyecto, ¡esta noche! En una cena en el Restaurante el Bosque. ¡Yo invito! 

—¡Claro! —dijo Alex saltando desde su asiento. 

Acto seguido se despedía, pues su próxima hora de clases se acercaba.

 



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En el texto hay: romance, amor, mujer jefa

Editado: 13.07.2023

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