Es difícil saber cuándo nuestra vida puede cambiar de un momento a otro, y curioso como cuando aparece ESA persona, nuestra vida puede dar un giro de 360° grados. Yo nunca he tenido mi persona especial, recuerdo que una vez en mi instituto una persona me pidió salir, y me puse tan nerviosa que le tire una bofetada, por un tiempo me tuvieron miedo, pero los amenace con otra bofetada si no paraban, ya se que no fue mi momento más sabio, ¡¡¡Pero que tenía 14!!!
Desde ese día no he vuelto a tener una declaración de amor, porqué aunque este terminando la universidad, aún no he tenido mi primer novio, lo sé, por poco y sudo agua bendita y me convierto en María.
Le doy el primer sorbo a mi café, olvidando que me lo compré extra amargo, esa es una extraña manía que yo tenía, comer más cosas muy amargas o ácidas, sabiendo que me hacen mal, hago una mueca de disgusto al darme cuenta del sabor de la bebida, lo bueno es que este trago me devuelve a la realidad y me quita un poco el sueño, ya que mi mayor problema es que me meto tanto en mi mente que me olvidó del mundo real, mucha gente me ha dicho que es algo bueno ya que me puedo distraer fácilmente de la realidad, pero instintivamente le pregunto a esas personas y se encuentran bien y si tienen alguien que los quiera en casa, pero solo me ponen cara rara.
Y otra vez me olvidé del mundo.
—¿Si me ayudarás?
Me asusta la forma tan directa, es el típico chico raro de la universidad, y no es porque sea feo, sino que su forma de ser no es la mejor , por decirlo de forma amigable. A mi nunca me importo su personalidad, es más siempre me agradó su forma de ser, creo que agradar no era la palabra correcta, la admiraba, me gustaba su forma de ser libre sin que le importará nadie. Si las otras chicas fueran como yo, suguramente tendría demasiados pretendientes, ya que es demasiado lindo, tiene unos bellos ojos grises que hacen un hermoso y perfecto contraste con su cabello castaño claro, que curiosamente casi era rubio oscuro, además de ser bastante alto, le cálculo 1.80 y algo como poco .
—Pero,¿En qué necesitas mi ayuda?
—¿No es obvio? Te lo acabo de decir.
—No te presté mucha atención.
Puede que haberle dicho eso no sea lo mejor, ya que me mira con una cara de total indignación.
—Te lo voy a volver a repetir para que tú cerebro lo entienda.
—Eso le dolió a mi orgullo.
—Aja, bueno, últimamente me ha ido un poco mal en varias clases, específicamente son algunas de las clases que comparto contigo, fui con varios profesores y me recomendaron contigo, diciendo que necesito una tutora.
Compartía varias clases con él, ya que el estudiaba diseño gráfico, mientras que yo estudiaba moda, bueno, diseño de modas.
Me quedo analizando lo que me dice, el siempre me interesó, pero nunca más que solo eso, además que casi nunca hago nada y tengo mucho tiempo libre, no me parece mala idea aceptar esta oferta, pero me da un poco de miedo sabiendo lo que me paso,¿Pero de qué me sirve el miedo?, ahora que se que me da miedo tengo hasta más ganas de hacerlo, siempre me enseñaron a no tenerle miedo a NADA, así que a darle, pero primero tengo la necesidad de mujer de hacerme la difícil.
—Deja me lo pienso un poco.
—Si llevas 5 minutos pensando.
Me quedo tiesa, siempre pienso mucho en TODO, y por si fuera poco, me pierdo totalmente en mi mundo cada vez que pienso mucho en algo.
Pero si lo pienso bien no tengo razones para decirle que no, bueno si tengo una, pero eso son detalles, y también tengo razones para decirle que si, aunque yo queria parecer que no estaba interesada, mi tonta mente arruinando otra oportunidad, así que asiento, y vuelvo a asentir y otra vez, pero el no se mueve.
—¿No me piensas responder?
—¡Pero si lo acabo de hacer!
—Asentir no cuenta como respuesta.
Eso me ofende, porque yo asiento para todo.
—Entonces consigue otra tutora.
—Quiero aclarar que esto también me ofende a mi.
—Como a mi me ofende que no creas que asentir cuente con respuesta.
—¡¡Pero si eso no cuenta como respuesta!!
—¡¿Por que?!
—En primer lugar para responder a algo se necesita HABLAR, y en segundo, !!Eso no es una respuesta!!
—¡¡Bueno, seré tu tutora!!
La verdad no ser por que dije eso, sí claramente tenía que decir «¡¡Bueno, no seré tu tutora».
—¿¿Que??
—Lo que oíste.
Ya no podía retractarme de lo que había dicho, siempre me habían enseñado a eso, lo dichó dicho estaba, así que me quede sin opciones, creo que el es un fantástico manipulador.
—Gracias.
Me ofende la forma tan sarcástica de decirlo, también me ofende que no diga más nada, y me ofende el triple que tras decir eso se va, sin decir adiós y sin decir más nada.
Asi que sin poder quedarme callada, me despido yo.
—Adios...
El único problema es que en vez de decirlo en voz alta, solo fue un susurro.
* * *
Voy camino a mi casa con mi mejor amiga Stacey hablando sin parar, ella siempre ha sido muy hablandora desde que nos conocimos en 1° de primaria pero yo nunca he sabido escuchar por mi "condición", me disocio demasiado fácil, pero,me puse a analizar mi día y me di cuenta que el chico que me pidió que lo ayudará no creo que tenga tan mal promedio,¿Asi que para que nesecita mi ayuda?
—¿Alice?,¡¿Alice?!,¡¡¡¡¿¿¿¿ALICEEEEE????!!!!
Los gritos de Stacey me sacan de mi nube de pensamientos por completo.
—Ah,¿que paso?, me perdí otra vez en mi nube.
Me trae sin cuidado el golpe que me pega mi amiga con su mochila, pero a decir verdad me lo merezco.
—Eso le dolió a mi cerebro.
—¿Cual cerebro?
Ahora la que se lleva el golpe con el bolso en el cerebro que tampoco tiene, es Stacey. Para luego meternos en nuestras fuertes y escándalosas risas, cuando la gente nos empieza a mirar raro, en vez de calmarnos, nos reímos con más fuerza e intensidad, nunca me importo la que pensaran las demás personas, siempre me enseñaron a eso, así que Stacey y yo no nos callamos hasta que nos duelen las tripas y las mejillas de tanto reír, esa es una de las cosas que más amo de mi amiga, que me hace reír hasta partirme del dolor, ojalá y esa sensación nunca terminará.