Amarte como no pude

CAPÍTULO 2

Voy saliendo de mi casita para ir a la uni, estoy bien arreglada como siempre, tengo el pelo alisado aunque en realidad es rizado, pero la verdad no sé por qué no dejo de hacerlo si claramente se que no es muy bueno, tengo un pantalón de campana negro y una camisa blanca con mi típica chaqueta negra.

Como mi casa queda a unos 20 minutos de mi universidad fácilmente me puedo ir caminando como lo hago siempre así que miro mi reloj y me doy cuenta que tengo tiempo extra para tomar algo en lo que llega Stacey, así que me siento en mi puesto de bebidas favorito «el cartelito rojo» no me pregunten por que el nombre porque ni yo sé, así que una vez que tengo mi capuchino me siento a esperar a Stacey, ella siempre se me une a mi en el transcurso del camino, y nunca puede venir caminando tranquilamente de forma normal, siempre la verás corriendo para poder llegar a tiempo.

Después de esperar por 10 minuo sentada mientras me tomaba mi capuchino, por fin veo a Stacey, que viene corriendo y está súper agitada, pero además tiene un pan en la boca, me hecho a reír con ganas mientras que Stacey me mira con cara de querer matarme, pero es difícil tomársela enserio cuando tiene un pan en la boca, como ve que no me calmo me pega con su mochila, pero la verdad es que lo merecía, si me hubiera pegado con la misma mochila dos veces hasta la hubiera felicitado.

—Buenos días para ti también, Stacey.

—Que buenos días ni que nada, bueno es dormir como yo quería seguir haciendo.

—¿Y después como te conviertes en millonaria para conocer a tu italiano?

Ahora ya no tiene cara de cansada en lo absoluto, toma una buena postura, se arregla su top blanco con letras, que la verdad no sé qué dicen, se acomoda la falda negra y se pone en la espalda la mochila con la que me pegó, ya hasta me duele el golpe.

—Toma.

Ahora que veo que está más tranquila y no parece un zombi que acaba de revivir y salir de la tumba, le doy el jugo de naranja que le había comprado ya que se que siempre ha sido su favorito desde que era una cría, una vez ella toma el jugo en las manos y le da un sorbo nos vamos para nuestra uni.

—¿Que me cuentas, Alice?

—No tengo nada nuevo que contar, todo está como siempre y la casa está igual de callada, pero así me gusta.

—Deberiamos hacer piyamadas más seguido.

—Si tú lo dices... mientras no me arruines mi paz estoy bien

Nos quedamos en un silencio tranquilo, así es caminar con Stacey todas las mañanas hasta que algo pasó y se arruina el silencio y vuelve el escandalo.

—¡¡¡¡¡¡AAAAAY NOOOOOOO!!!!!!

—¡¿QUE PASO?!

—Se me daremos el juguito

Y ya no queda más silencio, lo peor de la situación es que lo dice sonriendo como inocente, y le pegó con mi mochila lo más suave que puedo pese a lo molesta que estoy con ella, si, eso ya es tradición.

—¿Pensaste en la propuesta?

Y mira que había pensado en ello, mi yo a las dos de la mañana peleando conmigo misma era algo así:

«—¿Será que acepto?, ¿Y si me cambió el nombre y me voy del país?, ¿Y si solamente le digo no?, algo así: disculpa pero no quiero ser tu tutora, ¿Pero si por hacer eso me mata?, ¡¡¡¿¿ME VOY A MORIR??!!!»

Ahora que me doy cuenta eso no fue ni la mitad de la histrioniques que hice ayer, pero bueno.

—Solo lo pensé un poco.

Se lo digo a Stacey como si no fuera nada como estaba mi yo de ayer, pero me conoce tan bien que ya se hace a la idea de cómo me comporte.

—No quisiera ser tu vecina en ese momento.

—Ah, pero cuando tengo dulces hasta te gustaría vivir conmigo.

—Ejem...deja mi bipolaridad quieta.

Aunque aveces parecía que si, ella no era bipolar, en lo absoluto, pero si era muy sarcástica, cosa que con el tiempo también me pegó, algo así como una enfermedad, pero una enfermedad fastidiosa para las demás personas.

Ahora estamos cerca de la uni, en cuanto llegamos a la hermosa fachada de ladrillos rojos que contiene por dentro jardines con flores bien cuidadas y árboles que parecen que podrían vivir esta y mil vidas más, nos encontramos con un gigante alboroto.

Son dos estudiantes que están peleando, justamente las dos personas que se metián conmigo en la preparatoria, cabe aclarar que ellos eran gemelos fraternos, el que siempre tenía la voz líder era Óscar, el era bastante moreno por no decir negro, además que siempre le caía mal a todo el mundo, por que digamos que no era la mejor persona en este mundo cuando de socializar se trataba.

Su gemela era Emilia, ella era de tez de piel clara, era demasiado diferente a su hermano en cuanto a físico, por que en personalidad, hasta donde yo se, se parecían demasiado, ella siempre disfrutaba molestando a los demás, y en su grupo de gente para molestar, seguramente la primera era yo.

Si había algo que definitivamente tenían en comun antes, es que adoraban ladillarme y molestarme siempre y a todas horas, de pequeña siempre me habían fastidiado hasta el punto de hacerme la vida imposible, yo tenía, según dice todo el mundo, unos ojos marrones potentes e intensos que los veías y te imnotizabas, pero yo nunca lo creí y sigo si creermelo a día de hoy, también creo que nunca me tragaré ese cuento del todo, pero mientras y me cuestionaba el color de mis ojos, ellos usaron esa inseguridad para hacerme creer aún más que mis ojos eran horribles y de un color caca, y de ahí creció mi inseguridad.

Apenas cruzó la entrada de la universidad con Stacey, Óscar y Emilia lo primero que hacen es ponerme el ojo encima, pero con una sonrisa macabra, la verdad nunca entendí porq que clasificaron para la misma universidad que yo, porque, aunque este es mi último año, a ellos todavía les quedan dos o tres años más o menos, debieron entrar en la universidad como el año pasado, y todo a pesar de que los tres tenemos la misma edad así que eso debería ser suficiente para porder darse cuenta de lo inteligentes que son.

—Hola, Alice.

Me saluda Emilia, aunque que de una forma siniestra, pero no sé si me da más miedo el tono que Emilia uso para decir eso o que Óscar no habla, no se mueve, y no hace nada y casi podría decir que no respira, nunca lo había visto así, por que de los dos gemelos, el siempre era el que tenía la voz líder o voz dominante como Stacey solía decir. Aunque si me lo pienso mejor creo que en el año que Oscar lleva en la uni me debio haber estado evitando, por que ni siquiera lo llegue a ver, solo logré ver a Emilia pero de lejos.



#5411 en Novela romántica
#2078 en Otros
#557 en Humor

En el texto hay: tristeza, humor, romance tierno

Editado: 20.11.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.