Amatista

Capítulo 12: Crystal

El nuevo Eco Parque de Buenos Aires, conocido por ser hace pocos años un zoológico. Ahora es un parque interactivo, educativo, ambiental en donde hay mayor respeto por los animales y la naturaleza. 

Allí estaba la joven de falda cuadrille, paseando por los caminos de éste, observando los distintos tipos de plantas con los que cuenta el parque. 

Era temprano, algunas de las personas  que exploraba los alrededores se quedaban mirando a la chica de cabellos grises, maravillados con el color artificial de su lacio cabello o por su belleza. 

Crystal, tenía un rostro muy bonito, con unos resaltantes ojos celestes, parecidos a un llamativo cielo de verano.  En su mundo, ella era uno de los seres mágicos más bellos y talentosos, además de ser muy poderosa. Podía controlar su magia junto a las propiedades del Jade a la perfección, era incluso mejor que algunos de los más antiguos seres de su raza. 

Era famosa para muchos, pero no tanto para otros. Entre los seres mágicos, era muy reconocida, amada y envidiada; entre los demonios era desconocida para muchos y admirable para unos pocos.

La joven vivió mayor parte de su vida junto a su padre, pero éste lamentablemente perdió la vida. A su madre jamás la conoció, pero había oído cuentos, que amaba, sobre ella.  

Tras la muerte de su padre, se pasó la vida realizando actos por cuenta propia. Distintas misiones para otros seres del mundo Amatista o hasta ayudaba a quien lo necesitará. 

10 AM en Buenos Aires. 

El ser mágico del Jade, se había marchado de casa de Dana. Justo unos minutos después de Ámbar. 

Una debilidad que tenía era por los seres vivos de la naturaleza, como las plantas y animales, motivo por el cual se distrajo en el Eco Parque. 

Al igual que el resto de los seres del mundo Amatista, tenía una misión que cumplir y entre sus principales objetivos, uno de ellos era detener a cualquier otro demonio idiota que apareciera por allí intentando robarse los fragmentos de minerales. 

El fragmento de Jade que tenía en su collar, le había dado una señal fuerte. Había comenzado a parpadear una luz verde que sobresalía de él y que jamás había visto antes. 

Crystal conocía cada una de las señales que podía emitir el jade, pero ese tipo de parpadeo no estaba en su fuente de datos. La curiosidad le ganó y fue así como terminó en el maravilloso parque. 

Recorría el lugar fascinada, era agradable a su vista, repleto de árboles, arbustos y otros tipos de plantas es su estado natural, con letreros que informaban de que especie nativa se trataban. 

El accesorio en su collar seguía parpadeando, pero la joven le restó importancia, no podía evitarlo, amaba ese lugar. 

Comenzó a dar pequeños saltitos al compás de sus pasos, feliz y distraída. Dando vueltas por el sitio. Tenía ganas de volar, pero no podía hacerlo, desde que llegó al mundo real de los humanos tomó la apariencia física de uno de ellos, perdiendo algunos de sus poderes. 

Se veía realmente alegre mientras giraba por los lugares entre pequeños saltos, ignorando a quienes pasarán por allí, pero para su sorpresa, en una de esas ligeras vueltas que iba dando, se chocó contra algo que le impidió el paso. 

Al voltear para ver de qué o quién se trataba, se encontró con la mirada fría y seria de Liam, miembro del Clan Bestial.

—Crystal Trusoni.
 


Dijo el chico con una voz lenta, grave y fastidiable.

Crystal se puso firme al oírle, alisando su falda que estaba algo arrugada mientras observaba al chico alto. 

—¿Qué estás haciendo aquí?
 


Agregó alzando una ceja, pensativo.

Crystal se mordió leve el labio y con disimulo, antes de responder, busco al menor de los hermanos B. 

—Eso no es asunto tuyo, Liam.
 


Le respondió con una postura seria, como si jamás hubiera estado tan alegre y armoniosa recorriendo el parque.

—Todos tenemos una misión en este lugar y espero no seas de esos que intervienen en los planes del señor Radomsky.
 


Le dijo casi en gruñidos, él detestaba a la chica de cabellos grises.

Crystal ladeó levemente la cabeza formando un pequeño puchero en sus labios mientras se acercaba al chico y llevaba su mano hasta sus cabellos rubios, peinando de forma suave su flequillo.

—Estás diciendo cosas que realmente no me interesa escuchar.
 


Dijo la chica, acabando sus palabras con una sonrisa burlona. 

—Mejor métete en tus asuntos, Liam.
 


Agregó mientras se daba la vuelta para seguir por su camino. 

Al parecer el chico estaba solo y su presencia era un gran fastidio. 

—¡Elián se va enterar!
 


Gritó el chico furioso mientras la joven se alejaba. 

Crystal escuchó lo que dijo el rubio, pero intento no darle importancia, lo ignoró y siguió caminando. 

Mientras lo hacía, notó que el collar ya no daba ningún parpadeo. Se preguntaba si acaso los seres de obsidiana tenían algo que ver con ello. Tal vez, sólo era una forma de atraerla y así controlarla.

///

"Óscar Guerreiro"

Fue el nombre y apellido que Ethan tecleó en la barra del buscador de internet. Presionó la tecla enter y unas pocas páginas aparecieron. 

La primera era una noticia periodística, al parecer ese hombre era un investigador y había publicado un artículo en aquel periódico. El castaño leyó la información, pero nada le resultó útil.

Siguió buscando en otras páginas. Y llegó a encontrar una página oficial, sobre investigaciones,  donde aparecían algunos de los datos personales, como la fecha de nacimiento, la edad, el domicilio y un número de contacto, de aquel hombre. Al parecer era miembro de ese grupo de investigadores.

Ethan se preguntaba si su madre salía con ese tipo o como fue que lo conoció.

 «Habrá sido en el trabajo» pensaba, para darle coherencia al asunto.

El joven exploró un poco más esa página, al parecer sólo había dos miembros: José Fabricio Angelani y Óscar Guerreiro.  Respecto a sus investigaciones eran extrañas, sobre todo un artículo que hablaba de la posibilidad de enfrentarnos a seres de otro mundo; y otro titulado "Los demonios caminan sigilosamente entre nosotros"




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