Amelia.

Capitulo 4. Visitas anticipada.

Al llegar a mi casa tiré las llaves por alguna parte del mueble y caminé perezosamente hacia mi habitación y saqué una polera grande y me encamine hacia el baño.

El agua empapó mi rostro y comenzó a recorrer mi cuerpo dándome una sensación de alivio, —Necesitaba una ducha luego de un día tan largo—. Refregué mi cabello y el champú comenzó a bajar por mi espalda y ahí me permití suspirar con tranquilidad cerrando mis ojos hasta que sentí como algo se cayó resonando en el suelo.

Abrí los ojos de inmediato y miré a través de la cortina buscando que había sido.

Tal vez es el gato...

Freya, no tenemos gato, —Dijo esa voz pensante en mi interior.

Es verdad.

¿Cerré bien la puerta? ¿Habrá entrado alguien? ¿Deje algo mal puesto? Tal vez eso haya sido, o eso quería pensar.

Cerré la llave del agua y me envolví en una toalla sin importarme mojar el piso, la puerta estaba abierta ya que vivía sola, simplemente se me hizo costumbre, pase por el marco de la puerta y todo seguía tal cual.

¿Pero entonces qué había sido eso? Me convencí de que era pura paranoia y que tal vez ese ruido lo había inventado mi imaginación.

Tal vez no debí ver tantas películas de miedo, ya está afectando más de lo debido y me hace oír cosas donde no las hay, —Pfff, —Bufé en voz baja y me adentre de nuevo a la ducha maldiciendo en voz baja.

—Ahora debo limpiar el suelo, joder, gran idea Freya, salgamos a investigar, —Ironice hablando sola soltando la toalla a metros de la ducha y me metí de nuevo en ella terminando de bañarme sin embargo aún más rápido.

Resoplé y envolví mi cabello en una toalla y esta vez sí me puse el albornoz que mantenía a un costado para cada vez que me duchase.

Cepille mi cabello y lo deje suelto a mis costados, camine hacia mi habitación y me recosté en la cama, con el teléfono en mano decidí marcarle a Marcos sin siquiera pensar en la hora.

Luego de que sonara dos veces contestó .

—¿Alo...? —Su voz sonó ronca y supe que lo había despertado, —¿Quién es por que está jodiendo a esta hora? —Su molestia era notoria y pase mi lengua por mis dientes con nerviosismo.

—Yo eh... —Mi lengua se trabo un poco, —Es Freya, —Aclaré algo incómoda, —Lamento haberte despertado, juro que llame sin pensar, puedes continuar...

—Freya, —Me interrumpió rápido, —No pasa nada, dime... ¿Necesitas algo?

—Eh... No, solo quise llamarte para ya sabes, agradecerte por el buen rato y eso...

—Oh, si yo la pase muy bien contigo esta noche, te veías muy guapa, —Su tono nervioso no pasó desapercibido y mis mejillas se tornaron rojizas.

—También te veías muy bien... —Guardó silencio y yo me aclaré la garganta al no oirlo, —Eh... ¿Sigues ahí?

—SI, si, digo, gracias, —Suspiró y ambos nos quedamos en silencio.

—¿Todo bien? —Pregunté recordando su actitud en el auto de Felipe.

—Si, ¿Por qué?

—Te sentí raro

—Oh, no todo bien.

—Ah, bien.

—Si, bien, oye Freya...

—Dime...

—Yo, eh quería...

—¿Si? —Insistí con interés mordiendo mi labio inferior.

—Quieres... Ya sabes tal vez salir conmigo, —Su voz fue un susurro y mi respiración se entrecorto y ambas líneas quedaron en un silencio sepulcral.

—Me gustaría...

Lo aceptara o no él me había gustado, tal vez solo un poquito.

—Genial, —Su emoción encendió aún más la mía, —Yo me encargare de todo tu no te preocupes de nada.

—Está bien, —Siento el corazón en la garganta y de verdad espero que él no pueda oírlo.

—Pasaré por ti a las una ¿Te va bien?

—Me va genial, —Hablé de manera rápida sonriendo como boba.

—Bien, —No logró terminar ya que comence a oir interferencias que criptaban el audio.

—¡Tendrás una cita con Freya! —Chillo Felipe y oí como le dio principio a una oleada de chillidos.

—Bien, Freya, hablamos luego.

—Si claro, no te preocupes, —Le aseguré y se despidió con rapidez batallando con su hermano mayor quien lo molestaba.

Me levanté y me dirigí hacia mi velador conectando el cargador de mi celular, levanté la vista hallando mi espejo, —Me veía más bonita, me sentía más bonita—, Mis mejillas sonrojadas, una sonrisa completa y mis ojos brillantes.

Suspire y me desvestí y sobre mi cuerpo puse la tela fría que llegaba hasta mis muslos, solté el aire aliviada y apague la luz tirándome en la cama abierta ya.

Me cubrí con las sábanas cerrando mis ojos y me comencé a quedar dormida lentamente mientras recordaba pequeñas facciones del rostro de Marcos.

Me desperté con el molesto ruido de la alarma, ya la había apagado como dos veces, sinceramente el sueño se sentía tan rico que no quería despertar, la almohada está tan suavecita y me encontraba en la posición ideal.

A la tercera sonido abrí los ojos, —Dios, es tan jodidamente molesto—, Estire mis brazos e inevitablemente revise mi celular recostándome de nuevo.

2 mensajes de WhatsApp, 3 de Instagram y dos alarmas aplazadas, genial.

Primero revise los de WhatsApp.

Marcos ;)

Hola, Lamento lo de Felipe 3:00 Am

*Sticker*

Sonreí ladeando la cabeza con el sticker de gatito que envió.

-Todo bien ¿Entonces a las una? (tu)

-A las una será.

-¿Dónde vamos a ir? (tu)

-Ya veras, no te apresures.

-Bien, nos vemos.

-Nos vemos linda.

Cerré el chat con una sonrisa en el rostro y me apresure a levantarme, moví los brazos para todos lados estirándome, me apresure al baño lavando mi rostro hasta que caí en cuenta de lo fría que estaba el agua.

Me queje en voz baja y me arregle el cabello buscando como se veía mejor, probé poniendo el cabello tras las orejas y lo quite, no.




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