Amigos en matrimonio

Celos #8

"Nada más peligroso que una persona que te haga estrenar sentimientos"
—Benjamín Griss.

[Melissa]

12:00 PM.

Había llegado hace unos minutos aquí, mi papá sigue igual, no hay ninguna novedad, no creen que despierte pronto, me duele tanto verlo así, cuando vengo aquí tomo su grande mano y la llevo a mi mejilla mientras lloro y le cuento un poco de mi día a día, no sé si escuche pero lo hago igual, intenté hablar con Roman, pero no respondió, ni siquiera leyó el mensaje.

También fui con mi mamá antes de venir aquí, le dejé flores, al parecer soy la única que lo hace, mi abuela no devuelve mis llamadas pensé que le importaba pero, al parecer no, lo mismo la familia de mi papá nadie lo visita, no llaman, somos los únicos que quedamos. Mis lágrimas vuelven a caer, siento una mano en mi hombro, me giro a ver de quién se trata, sonreí de inmediato, me levanto de la silla y lo abrazo.

—¡Edmond!.

—Mélisse que alegría volver a verte— dijo con ese acento francés que adoro y extrañé.

Nos separamos, sólo puedo verlo con una sonrisa.

—No puedo creer que estés aquí.

Su mirada se detiene en mi papá y luego me ve nuevamente.

—Princesse, lo lamento mucho, no me llegó ninguna noticia al respecto, me hubiese gustado haberte acompañado.

—Lo sé, todo pasó tan de repente me sentí abrumada.

—Sí lo imagino, te ves tan diferente ¿y ya atrapaste a Roman o sigue libre por ahí?.

—¿Y si mejor vamos a otra parte? Un café o algo.

—¿Café a estas horas?.

—¿Helado?.

Salíamos de la habitación juntos con mi brazo enredado al suyo.

—No, estoy a dieta y es muy estricta me quiero morir.

—Pero estás muy bien como estas.

—Y no me lo sigas diciendo porque yo también lo creo, pero explicale a mi mánager, dice que ya no puedo seguir consumiendo comidas a la ligera.

—Al diablo con eso, siempre te has visto bien y tus comidas eran completas... pero si una vez ¿recuerdas..?—

—No, cállate no hables de mi grano, me pasé un poco con él aderezo, pero no lo entendí ya que tengo genes refinados.

Me reí, yo sé que al salir entraremos a la primera que vea una hamburguesa o pizza o lo que sea y que cuando Jules lo sepa me odiará porque no lo detuve, igual Edmond ha cambiado... siento que no es el mismo.

Al salir caminamos tranquilamente, Edmond va con su celular algo enojado, rechazando llamadas y de última bloqueando las notificaciones, olfatea de manera ruidosa llamando mi atención.

—Y huelo hamburguesas por aquí cerca.

—Sólo vamos por un café controlate, luego Jules dice que soy una mala influencia.

—¿Te lo dijo?.

—Sí, me odia.

—Ignoralo.

A Edmond lo conozco desde que éramos niños, no tuve mucha cercanía con él, a veces venía hasta pasaba años enteros sin verlo, su madre es de aquí, su padre es el francés, que romántico, a pesar de que Edmond es muy atractivo nunca tuve ideas de algún romance nuestro, mi mamá vivía enamorada de nuestra foto juntos de niños, Roman no lo quiere se pone muy celoso si lo menciono tan sólo.

Logré convencerlo de no comer eso, fuimos por helado.

—Terminé con Joaquín— Edmond me ve nada sorprendido.

—Lo esperaba, parece reciente, duró más de lo que esperaba entonces.

—¿Y por qué no me dijiste nada?.

—Porque recordé que tú me dijiste que dejara de ser tan pesimista con las relaciones.

—¿Y desde cuando eres tan obediente?.

Sólo levantó sus hombros mirándome con temor.

—De las malas relaciones igual aprendes y yo sé cuando callarme.

—¿Qué puede saber de relaciones alguien como tú que le teme al amor y al compromiso?.

Toca el puente de su nariz con sus dedos, cerró sus ojos y su ceño se frunce.

—Ninguna es la indicada.

—¿Y cómo sabes eso? Sólo las miras una sola vez y las rechazas.

—A ti te miro muchas veces— dijo mirándome fijamente.

¿A qué se refiere?.

Sonreí sin tener alguna respuesta que darle sobre eso.

[Roman]

13:05 PM.

Regresé a casa, mi mamá me ve con seriedad, aclaro mi garganta.

—¿Y Melissa?.

—Se fue y no volvió.

—Estará con su padre.

—No, está almorzando con Edmond ahora.

¿Edmond? Por favor que alguien me diga que no dijo ese nombre.

Veo a mi tía Olivia venir con su celular, me enseñó la foto que acaba de publicar Melissa, mi corazón se agita dentro de mi pecho.

—Hacen linda pareja— dijo mi tía.

Mi mamá sólo la miró con disgusto, paso mi mano por mi cabello llevándolo hacía atrás ¿qué hago? ¿voy por ella? No, no, me quedaré aquí y esperaré que venga a mi, ya vendrá, me voy a mi habitación, me negué a comer, me acuesto en mi cama y recuerdo la foto, siempre soy yo quien está con ella en las buenas y en las malas, pero regresa Edmond y ella lo deja todo para estar con él y olvida que existo.

Dejo la almohada sobre mi rostro, podría escribirle o llamarla y preguntarle si vendrá a almorzar, la llamé y no contestó, maldita sea, creí que no tendría que volver a saber de él, no sé por que son amigos simplemente.

Me había quedado dormido, la habitación se había quedado oscura, enciendo mi celular, son las ocho, me levanto, salgo de la habitación, golpeo la puerta de la habitación donde se queda Melissa o mi tía Olivia, pero nadie respondió, me fijé y no hay nadie en casa, genial.

Hoy es el día de ignoren mi existencia seguramente y no lo sabía, entré en mis redes y era ver que Melissa está de fiesta, mi tía Olivia con mis padres en una cena familiar a la que no fui invitado, llamé a mis amigos, al menos ellos no me fallan, también saldré como todos.

Me reuní con mis amigos en la casa de Charlie, también reunió a mucha gente aquí, hay música y bebidas, me dediqué a beber, necesito despejarme un poco de todo.

—Roman yo creo que estás celoso.

—No Charlie, no me agrada Edmond, su relación con Melissa, es mi amiga, pero él aparece y esto pasa yo no existo para ella.



#28354 en Novela romántica
#4698 en Chick lit

En el texto hay: amistad amor y drama

Editado: 14.07.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.