"Unos lloran con lágrimas; otros con pensamientos"
—Octavio Paz.
[Melissa]
23:41 PM.
Llegamos con Edmond a su casa, él quiere venir por su auto, de paso saludar a su madre, mi amigo puede ser algo maldito, aprendió varios idiomas sin decirle a su madre para que ella le siga hablando en francés, le dije que le diga la verdad de una buena vez, pero me dijo que le da gracia su mamá y que prefiere que eso se quede así.
Es muy de Edmond hacerse el desentendido siempre, yo sólo podía sentirme un poco mal por ella, es una madre muy amorosa, me recibió con un gran abrazo, conversamos un poco, ella cuando hablaba conmigo pensaba que Edmond no entendía lo que me decía mientras él sólo se reía a sus espaldas.
—Melissa, tú debes hacernos el favor, ayudalo a conseguir una buena pareja..— Edmond escupió su bebida de repente, me reí, ojalá lo descubra —. Vous êtes doué?— dijo su madre. (¿estás bien?)
—Oui, je vais bien, merci— respondió Edmond. (Sí, estoy bien, gracias)
Me reí, Edmond se ve super incómodo, yo también lo estoy un poco cuando hablan en su idioma no entiendo ni jota de lo que dicen, sé que su mamá lo descubrirá pronto y que reze porque no tenga nada a mano con que lanzarle.
Nos despedimos pronto de su madre entramos al auto, saco mi celular para mirar la hora, ya casi es medianoche, recibo una llamada de Clarissa, la contesto.
—Clarissa.
—Melissa ¿estás con Roman?.
—No.
—¿Puedes ir por él? Me preocupa mucho, dejó de contestarme los mensajes, me dijo que está con Charlie en su casa, me llamó y colgó de repente ¿tú estás con alguien? ¿dónde estás a éstas horas?.
Woo no quiero ser grosera, pero eso... tal vez si, me estoy quedando en su casa si tiene un poco de derecho a preguntar.
—Bien, yo iré por él ahora, no te preocupes, debe estar bien.
¿Bien? Bien ebrio el maldito, lo voy a matar.
Terminé la llamada, guardo mi celular en el bolsillo de mi jeans, Edmond me ve, a él no hace falta explicarle nada, su mirada me confirma que sabe que pasó y de quien se trata, tampoco quiere a Roman.
—¿Y dónde está Roman?.
—En la casa de Charlie, yo te diré el camino, es increíble el idiota.
—No importa, vamos por él, lo dejamos en su casa y tú y yo podemos seguir con nuestro paseo.
—¿No estás agotado? Andamos todo el día.
—Es algo que hago todo el tiempo, no, pero si tú estás cansada lo dejamos para después.
Hice un puchero y asentí.
—Sí, ya tengo mucho sueño.
—¿Y dónde dormirás?.
—Yo me quedo en la casa de Roman.
Me ve con asombro.
—¿Y duermes con él?.
—Haber no, no, y-yo me quedo en una habitación que está a la par de la suya.
—Ah bien ¿y qué pasó con Hailey? Debe odiarte porque tú si puedes.
—Hailey se fue de aquí, terminaron muy mal, fue un problema muy grande y creo que Roman no la supera.
—Y no lo hará, ellos estaban muy enamorados lo recuerdo muy bien, en cuanto puedan regresaran.
Auch, mi dolor llena todo mi pecho ¿debería contarle de mis días con Roman?.
No, no, me dirá algo hiriente lo sé, y no creo que él se de cuenta el daño que me hace.
[Edmond]
00:11 AM.
Al llegar a ese lugar salimos del auto, Mélisse camina rápido, es otra señal de lo molesta que está, la ayudo a buscar a Roman, lo encontramos con una señorita sentada en sus piernas, mientras beben y ríen sin parar, tomé a Mélisse de la cintura deteniendo sus pasos antes de que se desquitara con ambos.
—Princesse, tranquille.
—Creo que entiendo lo que me dijiste ésta vez, pero me cuesta estar tranquila ahora y viéndolo así, me parte el corazón.
Mis brazos rodean su cintura en un intento de lograr contenerla, pobre, no me gusta verla así.
—Yo me encargaré, está muy bebido, no estés así.
Ella asiente, me alejo de ella, voy hacía Roman, tomé la mano de la señorita que estaba sobre él, ella se levanta con una coqueta sonrisa al verme, le pedí amablemente que se vaya, miro a Roman el cual no se ha levantado y me ve con una sonrisa, le extiendo mi mano.
—¿También tengo que ayudarte a levantar?— le pregunto.
Roman le da un golpe a mi mano quitándola de su vista, se levanta mareado, lo sujeto antes que se vaya al suelo y sólo no lo permití porque sería ayudarle a levantar, pasa su brazo alrededor de mi cuello, no deja de mirarme.
—E-Edmond ¿qué haces aquí, o que tanto bebí?.
—Ayudo a Mélisse a sacarte de aquí y llevarte a tu casa.
Me da un golpe en el pecho para luego apuntarme con su dedo, mientras salimos afuera.
—Alejate de Melissa, es mía ¿comprendes o te lo digo en francés?.
Me reí divertido.
—Me encantará verte intentarlo ¿puedes hacerlo?.
—Oui jajaja— respondió y se echó a reír.
—¿Te gusta Mélisse?.
Ella se fue a esperarnos en el auto, estaba muy enojada y triste por causa de Roman.
—¡No!— contestó, se detuvo de repente apoyándose en la pared —. A la única que amo y amaré hasta el final es a Hailey, pero Melissa no lo entiende, sigue besándome y tengo que hacerlo porque no puedo rechazarla.
—¿Entonces por qué no me quieres cerca?.
—Porque ella es mi amiga, idiota.
—Vamos Roman.
Lo llevo, llegamos hasta mi auto, Mélisse sale para abrir la puerta de la parte de atrás rápidamente, veo como lo ve y nada me entristece más que esto, ella está enamorada de Roman, pero él en cambio no, ella cerró la puerta, se voltea, quedando a dos centímetros de mi, veo sus lágrimas.
Tomé sus mejillas seco sus lágrimas con mis pulgares.
—No puedo creer lo que me hizo— su voz salió tan débil y con dolor.
—¿Te hizo?— pregunté.
Roman está muy consciente de que no era a Mélisse a quien tenía sobre él. Mélisse se derrumba acercándose y pegando su cabeza en mi pecho, la abrazo, solloza como un niña pequeña.