Amigos en matrimonio

Una linda navidad #21

 

[Melissa]

"Contigo me encontré sin saber que estaba perdida"
—Adriana V. Sahagún.

18:11 PM.

Escucho el tono de mi celular, lo saco de mi bolsillo, miro a Edmond, es Roman, me está llamando.

—No contestes— dijo Edmond. Lo miro desconcertada.

—¿Qué?.

—No lo hagas, terminaron ¿no es así?.

Guardo mi celular en el bolsillo.

—No estoy segura sobre eso.

—¿Sobre que terminaron?.

—No importa, mañana hablaré con Hailey quiero la verdad, ella no me va a decir mentiras, trataré de ignorar lo que pasó por ésta noche.

—Suerte con eso.

Veo a Edmond lavar nuestras tazas, las secó y guardó, se seca las manos, me acerco por detrás, tomé con mis dedos la tela de su suéter oscuro consiguiendo su mirada.

—Sí quiero, aprenderemos a cocinar juntos.

Edmond me sonríe brevemente, dejo de estirar su suéter, pasó mis dedos deseando dejarlo firme.

—Muy bien, mi madre no me tiene paciencia y es la única a la que se lo pedí.

—Pues Roman sabe cocinar pero, no creo que quiera enseñarme, igual a mi nadie me tiene paciencia, ni siquiera él.

—¿Regresarán?— lo miro, Edmond tiene la mirada perdida, se apoya en la pared, guarda las manos en los bolsillos de su pantalón, me ve —. Princesse, contéstame.

—No lo sé— respondí levantando los hombros para luego abrazarme a mi misma, vuelvo a mirarlo —. De verdad no lo sé.

Edmond se acerca a mi, está tan cerca, no podría hacer algún movimiento sin antes tocarlo.

—¿Quieres ir? Terminada o no su relación lo mejor es que lo hablen claramente y con calma piensa muy bien lo que dirás, pregúntale lo que necesitas saber de él, no seas tan directa ve despacio.

Lo veo, él sujeta mis brazos los presiona un poco haciéndome sentir mejor.

—Ese es el problema, Ed, ya no puedo creerle cuando hablamos, me confunde, su aspecto cambia completamente porque no quiere que yo le pregunte más de nada, las cosas han cambiado, ya no es como cuando éramos amigos o al inicio cuando nuestra relación empezaba, no sé que pasó con él.

Comienzo a llorar de repente, me da tanta pena mi situación, estar hablándole de esto a él.

Edmond me abraza a penas se apoya en mi, su abrazo se siente distante, entiendo que ya no quiera cruzar la línea conmigo luego de lo que pasó, tengo que ser yo quien invade su espacio porque él ya no lo hace desde que Roman y yo estamos juntos, sólo esa noche del beso, creí que no lo vería de nuevo, le tomó todos esos años.. debió ser difícil para él regresar.

Se separa un poco de mi, me sonríe levemente.

—Ojalá puedan hablar y solucionarlo.

Le sonreí, asentí un par de veces, cruzo mis dedos de ambas manos.

—¡Ojalá!— exclamo. Muerdo mi labio inferior, Edmond se ríe, bajo mis manos —. ¿De qué te estás riendo ahora?.

—Eres divertida todavía.

—¿"Todavía" y eso que significa? ¿qué quieres decir con eso?— lo persigo hasta la puerta, le doy unas palmadas a su espalda, se da la vuelta para verme —. Oye dejé mi abrigo aquí está muy mojado ¿me prestarias algo?— sujeto mis brazos los acaricio —, Es que tengo frío.

—Sí— contestó.

Se volvió, lo veo entrar a su habitación, decido ir con él, entro en su habitación, lo veo buscando en su armario.

—¿Hay algo para mi?— pregunté. Edmond se asoma a verme sorprendido, no venía aquí desde que era niña ha cambiado bastante —. Hace tanto que no entraba aquí— le doy un golpe en el brazo —, Nunca me invitas a venir aquí.

Me ve de costado.

—¿Por qué debería invitarte a venir a mi habitación? ¿qué tiene de especial?.

—No importa, Ed.

Me ve con una sonrisa.

—Espera ¿no quieres venir este sábado a mi habitación a las.. seis? ¿qué tal muy común? Creo que me falta originalidad, no sé ¿tú que dices?.

—Eres un payaso, nada más decía porque recordé cuando éramos niños y jugábamos aquí ¿lo recuerdas?.

—No— respondió enseguida, se levanta, me extiende su abrigo marrón —. Tengo éste.

[Edmond]

"Me volví adicto a unos ojos que no me miraban".

19:00 PM.

La ayudo a colocarse el abrigo, sonreí un poco, ese color se ve muy bien en ella, se ve hermosa así, ella se ve las mangas que llegan a cubrir sus manos por completo, me ve.

—¿Y qué tal? No añadas que me queda grande porque lo noto.

—Está bien.

—¿Sólo eso?.

—Deberías de usar ese color se ve muy bien en ti, me gusta, te compraré un par de estos a tu medida y verás.

Ella se acerca sonríendo tiernamente, toca mi mejilla con su dedo.

—¡Gracias!— dijo para luego salir de la habitación, voy detrás de ella. Al salir afuera ella ve la nieve con una sonrisa, separa sus brazos y los agita —. Ed, es el mejor abrigo, no siento nada de frío— junta sus manos entrelaza sus dedos —, No quisiera usar otra cosa.

Me gusta mucho ese abrigo, lo compré antes de regresar aquí, no lo he usado antes, toco su brazo la dirijo hacía el auto.

—Vamos.

Le abro la puerta, ella pasa, se siente muy bien cuando puedo tenerla así de cerca y ver sus ojos, su sonrisa.

Ya en el camino la veo con su celular.

—Es terrible— dijo.

—¿Qué lo es?.

—Es que sólo llamó dos veces, no hay mensajes ni nada más, me pregunto si regresó a casa.

—No te preocupes.

Me ve molesta.

—¿Por qué no me dejaste contestar?.

—Se lo merece por dejarte sola, fue muy inmaduro, no sé cómo pudo dejarte sola, pudo haberte pasado algo.

—Pero estoy bien, gracias a ti, nada grave me pasó, gracias por cuidarme cuando Roman no está.

Me quedo en silencio, al llegar salimos del auto, entramos en la casa, vemos a Cassidy y Reese, nos sonríen mientras se levantan del sofá, vienen con nosotros.

—Roman ¿está aquí?— preguntó Mélisse.

—Sí, en la cocina ayudando a su madre— contestó Cassidy.

—Nosotros iremos a dar una vuelta por ahí— dijo Reese.



#28401 en Novela romántica
#4703 en Chick lit

En el texto hay: amistad amor y drama

Editado: 14.07.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.