"Si supieras que aún dentro de mi alma conservo aquel cariño que tuve para ti".
[Melissa]
Cinco días después.
Jueves 19:10 PM.
Me siento sobre la mesada, veo a Roman limpiando, él se da la vuelta, lleva su mano a su cara cubriendo su vista, pronto viene hacía mi, me agarra del brazo, me da un jalón.
—Bájate de ahí no he terminado de limpiarlo aún.
—¿Y qué tiene?— le pregunto sin querer bajarme.
—Está mojado por alguna parte, ven, bájate.
Roman me ayudó a bajar, no me ha soltado el brazo, llevo mi mano a mi trasero, se siente frío, me reí.
—Creo que si estoy mojada.
—Tendrías que fijarte en donde te sientas, eres tan descuidada.
—¿Si verdad? Por eso lo nuestro no va bien, por ser descuidada casi todo me va mal.
Moví mi brazo con fuerza quitando su mano de mi, mientras salgo de la cocina Roman me persigue.
—Melissa... Melissa, espera.
Roman logra alcanzarme antes de que subiera la escalera, me doy la vuelta para verlo, se ve triste.
—¿Qué?.
—Amor, no digas eso, se supone que lo estamos intentando, yo estoy haciendo todo lo posible para recuperar tu confianza...—
—No, no, por ahí no vayas, a mi confianza ya la perdiste, me mentiste, Roman.
—No, no te mentí.
—Sí lo hiciste, ocultar es mentir también, no tuviste el valor para hablar de eso conmigo, yo ahora sé que jamás me lo habrías contado, no sabía de que manera sentirme con eso que ella viniera y me dijera que la besaste y que no me amas a mi si no a ella.
—Melissa...— murmuró. Suelta mi brazo, pasa sus manos por su rostro, vuelve a mirarme —. ¿Qué hace falta... qué es lo que necesitas que haga para que veas que estoy arrepentido? No pude pensarlo claramente, esa misma noche me sentí muy mal por lo que hice, porque mi vida yo sé que no te lo merecías, fui un idiota de lo peor y no intento que sientas lástima por mi, sólo quiero que pienses bien que es lo que quieres tú con nuestra relación, si quieres... cancelar la boda y ser novios o separarnos y seguir siendo amigos, pensalo, yo tengo que verte conforme y segura de la decisión que tomes.
—¿Puedes ser un poco... aunque sea un poquito bueno conmigo? A mi duele el doble lo que me dices, lo que haces... tú no te das cuenta lo que me causas, Roman, te amo, no sé por qué estoy tan sensible, con todo lo que pasa no puedo pedirte nada más que me trates bien, sólo eso, y si quiero casarme contigo, cuando cambie de parecer que no te queden dudas de que te lo haré saber antes.
Me doy la vuelta, subo la escalera.
—Melissa ¿es todo?.
—Sí, por ahora.
Me quedé en la habitación, me acuesto en la cama, agarro mi celular, lo enciendo, abro la conversación con Edmond Ya que me dejó un mensaje que sólo dice "ya voy" le dije que viniera aquí un rato, dejó de ser agradable estar con Roman pasó a ser incómodo, me entristece que eso cambiara así, también he cambiado con él, lo siento, intento pero no puedo dejar de caer en ese tema, Roman intenta acercarse y no he dejado que eso sea posible.
En esta semana, anduve con Mackenzie todo lo que pude, ella es muy agradable, tiene muchos compromisos pero le agradezco que pudo estar conmigo a pesar de todo, también visité a Cassidy y Reese pero, con quien más tiempo pasé fue con Edmond, llegamos a tiempo para las inscripciones, intentaremos eso.
No puedo negar que me siento nerviosa por ello, quiero hacer algo con mi tiempo, quiero mantenerme ocupada, ya es tiempo de que mi tristeza, mis faltas de ganas de seguir viviendo se vayan, yo estoy segura que mi mamá está en un lugar mejor, tengo que estar bien, la voy a extrañar toda la vida porque sé que jamás la veré de nuevo, tenerla en fotografías no alcanza, quiero que mi papá pueda regresar, pienso que tengo que volverme muy fuerte para cuando mi papá despierte.
¿Cómo le diré que mamá no pudo salvarse? ¿cómo le diré algo así? ¿cómo será cuándo él despierte? Ha pasado tanto tiempo de ese accidente y cuando me viene a la mente esa terrible noche me siento como si la estuviese reviviendo.
Tengo tantas cosas en que pensar, con esto de mi papá, con lo que me dicen de Roman las personas que me rodean unas dicen que es el indicado y otras que me dicen lo contrario, mi boda, los negocios que son de mi papá, tengo que estar presente en cada cosa, a veces tengo tantas ganas de quedarme junto a mi papá y no moverme de su lado hasta que despierte.
Abro mis ojos, unas lágrimas caen, llevo mi mano a mi mejilla, escucho un golpe en la puerta que está abierta, es Edmond mantiene una buena postura, levanta un poco su mano la agita en saludo mientras me sonríe tranquilamente.
—Hola— saluda.
Me siento en la cama, hago un movimiento con la mano indicándole que pase.
—Pasa— Edmond niega con la cabeza, frunzo el ceño por la sorpresa — ¿No?.
—No. Tu prometido me dijo que va a matarme si paso, pero podemos salir ¿qué te parece?.
—¿Eso te dijo?— pregunté un poco incrédula.
—Sí, de verdad.
Que raro... me lo dice así simplemente.
—Está bien, salgamos ¿a dónde quieres ir?.
—¿A tomar un café?.
—Bueno.
Salgo de la cama, busco un abrigo, me lo iba a poner.
—Melissa— dijo Edmond con un lindo tono. Dejo mi abrigo salgo de mi armario, me asomo a verlo, me sonríe mostrándome una bolsa grande la cual contiene una caja blanca, mis cejas se levantan en sorpresa —. Es para ti.
Me acerco más, él sostiene la bolsa, saca la caja, levanto la parte superior de la caja, Edmond recibe esa parte, agarro el contenido de esa caja con mis manos, es un hermoso abrigo marrón parecido al suyo pero, es de mi talla, es tan suave y huele bien, me lo pongo, a Edmond no se le borra la sonrisa, se ve tan feliz.
—¿Qué tal me queda? A mi me encanta.
—Te queda hermoso ¿segura está bien para ti? Si algo no te gusta dímelo y te conseguiré uno mejor.