Amigos en matrimonio

Sólo por ti #35

"Ella me gustaba. Era bueno tener un sitio donde ir cuando las cosas iban mal"
Charles Bukowski.

[Melissa]

Lunes 08:15 PM.

Sólo estamos mi papá y yo en la mesa desayunando.

—Me contaron que sales a fiestas y en cada una terminabas alcoholizada y esa es una pequeña parte de todo.

Bajo la cabeza.

—Perdón papá.

—En mi ausencia pasó lo que jamás quise que pasara, Roman y tú se volvieron más unidos, porque aceptaste incluso quedarte en su casa y viceversa, ya sé que hasta compartieron la cama ¿te parece bien?.

¿Cómo sabe tanto?.

—No, papá— respondí avergonzada.

—Con Stella no te educamos para eso, estoy muy decepcionado, culpo a Roman de tu mal comportamiento ¿quién sabe que tanto hicieron?.

Levanto la cabeza.

—No hemos tenido sexo si a eso te refieres.

—¡Melissa! ¿qué es ese tono y esas palabras que estás usando?.

Unas lágrimas caen por mis mejillas.

—Perdón, perdón, ya sé que no estás de acuerdo papá pero, yo lo amo.

—No son iguales, Melissa, temo que él te lleve por un mal camino ¿por qué no elegiste a alguien más?.

—Alguien más... ¿Edmond? Papá, ojalá lo amara de la manera en que amo a Roman pero, no funciona así, no es algo que uno pueda elegir.

—Edmond, hasta tu madre pensaba que con él deberías estar, Melissa, estás a tiempo de acabar con eso, te he visto con ellos, la manera en como Edmond te proteje y sé que te gusta él, Roman no tiene esa conexión contigo, no se queda a tu lado, bastó observar un poco la situación anoche, no serás feliz con Roman, miente, anoche lo vi, si hasta ahora te oculta las cosas imagínate ¿cuánto más no te va a ocultar cuando estén casados? Sólo piensa, yo quiero que tomes buenas decisiones, te advierto de esto porque soy tu padre, te quiero más que a mi vida, eres todo lo que tengo.

Mis lágrimas se incrementan, mi papá seca mis lágrimas con un pañuelo, lo abrazo.

—Papá...— dije entre el llanto —. Espero te equivoques, prometo pensar en tus palabras pero, si al final descubro que quiero casarme con Roman aún tendrás que ser amable y dejar de mencionar a Edmond en su presencia y dejar hablarle tan duramente, Roman es como yo, es muy sensible.

—Si la sensibilidad existiera en él no mentiría tanto.

—Papá— dije. Me separo de él —. ¿Qué harás hoy?.

—Trabajar desde mi casa, al mediodía terminaré con eso...—

—¿Le llevaremos flores a mamá?— pregunté.

Sus ojos no tardaron en llenarse de lágrimas, el dolor que me refleja.

—Lo haré cuando me sienta listo.

—Perdón por mencionarla así.

—Tu cumpleaños está cerca... unos días después del sábado, tu madre te dejó algo para ti, siempre tan anticipada, me duele no haber estado para tus cumpleaños pero, agradezco poder estar para éste, espero para ese entonces ya no necesitar de esta silla.

—¿Me dejó un regalo para mi? ¿qué es?.

—Lo sabrás ese día, te dejo.

—Ash.

—¿Qué?— pregunta.

—Hoy tengo clases pero, quiero quedarme contigo.

—Haz tus deberes primero, eso es importante, luego estaremos todo el tiempo ¿escuela de cocina? Muy conveniente, bien.

Bueno al menos aprueba mis clases.

Mi papá es muy bueno. Misteriosamente sabe todo lo que ha pasado por aquí, saco mi celular, llamaré a... Edmond, le dije a papá que lo invitaría, le marqué.

—Hola, Ed.

—Hola— se escucha dormido —. ¿Hiciste la tarea que nos dejaron el viernes?.

—No ¿tú la hiciste?.

—La acabo de terminar, era mucho, te la puedo pasar pero, sólo por esta vez y no te acostumbres.

Me reí, Edmond amaneció haciendo la tarea tal parece, habla demasiado lento, cualquiera creería que está ebrio.

—Te adoro... oye ¿y puedes venir a almorzar aquí? Así me traes también la tarea.

Escucho un golpe seco.

—Ah lo que faltaba— se queja.

—Ed ¿estás bien? ¿qué fue ese ruido.

—Acabo de golpearme con la puerta... ¿almorzar en tu casa? Bueno, llámame, tengo que dormir un poco.

—Ah ¿te vas a dormir? Ven te dejaré dormir en el sofá, así me desocupe ahora con la tarea... o puedo ir por ti, eso es más seguro, debes estar sonámbulo.

—Dormiré en lo que llegas, no olvides la contraseña, adiós.

Cortó la llamada, entonces no está en la casa de sus padres, claro que está en su departamento, cuando estudia prefiere estar ahí, sin distracciones.

Voy a la cocina por un vaso con agua, encontré a Connor ahí, bebiendo café con el celular en la mano.

—Hola— saludo.

Él levanta la mirada, me sonríe.

—Hola, Melissa.

Paso por su lado, me serví un poco de agua.

—¿Me haces un favor?.

—Sí— respondió.

—Si mi papá pregunta dile que fui a buscar a un amigo, ahora regreso, no me tardo, no quiero molestarle con eso porque debe estar ocupado.

—¿Y si me pregunta el nombre de tu amigo?.

Nos sonreímos.

—Edmond.

Dejo el vaso en donde estaba.

—Bueno.

—Gracias.

—De nada.

Salgo de mi casa, entro en el auto. Ash ni siquiera recordé pedirle que me espere preparado... no pero, me dijo que estará durmiendo.

Al llegar me detengo frente a su puerta, tuve que fijarme en mi celular la contraseña que me envió, usó cualquier número, abro la puerta, hace frío aquí adentro, me gusta éste lugar, es muy espacioso, hasta tiene escalera, cierro la puerta, subo la escalera, lo encontré acostado en su cama, me acerco a él, ni siquiera me escuchó llegar, toco su espalda, está cubierto hasta el cuello, lo muevo.

—Ed, despierta, vamos.

Continué moviéndolo hasta conseguir que se diera la vuelta lo descubrí, ahí fue que me di cuenta de que está sin camiseta, él lleva sus manos a su rostro, un calor invade mi cuerpo por completo, no sabía que debajo de esos abrigos se escondía semejante cuerpo... tan tonificado.

—¿Qué hora es?— me pregunta.

Amé su voz ¡que lo repita!.



#28401 en Novela romántica
#4703 en Chick lit

En el texto hay: amistad amor y drama

Editado: 14.07.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.