Amigos en matrimonio

La boda #37

"La vida está hecha de días que no significan nada y momentos que significan todo"

 

[Roman]

Sábado 17:15 p.m.

Terminé acomodando un poco el cuello de mi camisa, ya estoy listo para hacerlo finalmente... casarme con Melissa, veo a mi mamá entrar en la habitación, sonríe con tanto orgullo, no había visto esa expresión en su rostro jamás ni siquiera podía imaginarme eso, ella cerró la puerta, se acerca a mí.

—Finalmente lo harás, Roman, me alegra que ya no te resistas a ser feliz, Melissa es para ti.

—Si mamá.

Mi mamá sujetó mi cara con su mano con fuerza.

—Una cosa más... no vuelvas a acercarte a Hailey de nuevo, que lo de anoche no se repita, que decepción, Roman, haces esas cosas tan bajas, eres tan mediocre e ingenuo para fallarle a Melissa de ese modo.

—Mamá no empieces.

—Roman, no me hagas enojar, todo lo que tienes es gracias a mí, eres un desagradecido, pésimo hombre al serle infiel a una persona tan buena y decente como Melissa.

Tengo muchas ganas de mandarla al demonio, tengo que mantener la calma, me casaré con Melissa y así me voy a alejar del resto.

Mi mamá se fue, mi celular comienza a sonar en mi bolsillo, lo saco, no reconozco el número, contesto.

—¿Hola?.

—Le diré a Melissa— esa voz es de Hailey.

—No, no, Hailey...— miré la pantalla ha colgado.

Esto no puede estar pasándome, siempre quieren joderme la vida y son las mujeres que conozco desde mi madre hasta la maldita de mi amante ¿qué mierda les pasa?.

Me quedé con mi papá un momento, estaba hablando conmigo, diciendo cosas como de lo orgulloso que está de mí, la importancia del matrimonio, la buena mujer que tengo a mi lado, no puedo concentrarme en eso, estoy tan nervioso, Hailey quiere arruinar la boda, si ella le dice algo a Melissa la perderé para siempre.

—Roman... Roman— mi papá me toca el hombro llamando mi atención.

—¿Qué?.

—Tranquilo, sé que estás nervioso por todo esto, te estaba hablando y no sé si escuchaste un poco, ya es hora de ir.

Sólo espero que todo salga bien para mí por una vez.

[Melissa]

18:10 p.m.

Me mantengo de pie frente al espejo, adoro mi vestido, me han dejado sola en la habitación, no puedo creer que finalmente a llegado el momento, mis manos se deslizan por la suave tela, sonreí.

Escuché un golpe en la puerta que está detrás de mí.

—Pase— respondí.

La puerta se abre, por el reflejo puedo ver a Edmond pasar, mi amigo se ve tan bien vestido así de elegante, al verme su expresión cambió, se quedó viéndome fijo, no sabría describir su expresión pero si puedo decir que me hace sentir como si fuera lo más hermoso que haya visto en éste día, pasó su mano por su cara secó sus lágrimas tan rápido, me reí, no he podido voltearme.

—Si vi eso— dije.

Me doy la vuelta, se acerca a mí, suspira.

—Estás deslumbrante, Melissa estás muy hermosa— habla pausado cosa que no es propio de él —. No creí que...— baja la mirada, negó con la cabeza —, Olvidalo.

—Edmond dime.

—No, no quiero.

—Edmond por favor.

Vuelve a mirarme con dolor y tristeza.

—Está bien ¿qué te digo? No puedo creerlo, Melissa, lo sabes, es lo mismo de siempre Roman no te ama, sólo está contigo porque necesita dinero y quiere conservar los negocios de sus padres, sé lo que piensas y no te preocupes todos pensarían así de mí que te lo digo porque quiero quedarme contigo o porque estoy enamorado de ti y sólo quiero separarte de él, ya he aceptado que nunca vas a sentir algo más por mí y está bien—

—Ed— susurré.

—Te lo estoy diciendo porque eres mi amiga, eres lo que más me importa en la vida, Melissa te quiero tanto ¿te vas a casar con él?— preguntó.

Me acerco a él, mis lágrimas no dejan de salir, acaricio su rostro.

—Te equivocas, Roman y yo nos amamos, es algo que sentimos desde siempre, sí me voy a casar, sólo con él quiero estar— aseguré. Lo abracé lentamente, Edmond no me abraza, me aleja sujetando mis brazos.

—¿Entonces no me crees?— preguntó, mantiene su mirada fija en mí.

—Lo siento pero no.

Bajó la mirada por un segundo, vuelve a mirarme en sus ojos se reflejaron la decepción y la tristeza, su rostro se acerca al mío por un momento creí que besaría mis labios por la cercanía, su mano se queda detrás de mi cuello sujetandolo, sólo besó mi frente para luego alejarse de mí.

—Melissa que te vaya bien...— murmura. Agarro su mano reteniéndolo.

—Ed espera ¿qué es esto?.

—Te quiero mucho, espero seas muy feliz con él, yo no puedo quedarme más lo lamento.

—Edmond.

Él se soltó de mi mano, salió de la habitación dejándome sola, simplemente se fue, no lo puedo creer ¿qué pasó?.

19:00 p.m.

Mi papá no ha venido, Edmond se fue, se supone que mi papá tiene que ir conmigo para entregar mi mano, no quise entrar en la iglesia, ya me retocaron el maquillaje unas tres veces hasta el momento, éste es el día en el que más he llorado, me quedé de pie en un escalón acaricio mis brazos sintiendo frío, Clarissa vino a verme intentó hacer que pase de todas formas sólo me molesté pidiéndole que me deje sola, llevo mis manos a mi rostro ¿por qué me está pasando esto? Me han dejado sola en esto simplemente.

—Melissa— su voz ronca me estremece, mis piernas pierden fuerza.

Roman toca mi brazo, bajo mis manos, él comienza a secar mis lágrimas con cuidado.

—Yo...— me cuesta hablar ahora.

—Melissa, vamos ¿qué pasa?.

Roman pone sus manos en mis mejillas.

—Estoy muy triste, mi papá no va a venir en un día tan importante para mí, no puedo hacer esto sin él.

—No, no me hagas esto, ya estamos aquí.

Roman me acerca a él, le da un beso corto a mis labios para luego abrazarme.

—No me siento bien... ay todo está saliendo tan mal, Roman, esto es un desastre.



#28426 en Novela romántica
#4712 en Chick lit

En el texto hay: amistad amor y drama

Editado: 14.07.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.