Amigos en matrimonio

Necesito alejarme de ti #41



"Me pasé la vida imaginándote, no es momento para ser cobarde" 

Gustavo Cerati.



[Melissa]

Sábado 07:21 a.m.

Roman me despierta moviendo mi brazo y no era nada suave, me quise morir cuando miré la hora, es muy temprano y es sábado. 

—¿Qué pasa?— pregunté sentandome en la cama. 

—Levantate ¿cuánto quieres dormir? Te dejo me voy al trabajo, ya deja de dormir tanto, desayuna ahí te traje algo, escuchame a la noche iremos a cenar con mis padres, te amo preciosa. 

Roman se acercó acariciando mi cabello me entregó un vaso con licuado de frutilla y naranja es mi favorito, lo tomé está delicioso lo dejé sobre la mesa con lo demás, Roman se inclina hacía mí para besarme, se veía muy bien con esa ropa, no le gusta ser tan formal por lo que sólo lleva pantalón, camisa y zapatos, le quedan ajustados perfectamente a su cuerpo, Roman deja de besarme pellizca mi mejilla y se va. 

Él se comporta como si fuéramos amigos a veces y otras es muchísimo más que eso me confunde y me desanima no poder acercarme a Roman con más confianza. 

Terminé mi desayuno no pude volver a dormir, fui a darme una ducha, me vestí, ahora si estoy lista para ir a ver a Edmond y de paso me cuenta todo lo que pasó. 

Toco la puerta, la puerta es abierta después de un tiempo, abro mi boca al ver a Hailey responder, ella también se asombra, está con su uniforme de enfermera, pasé sin esperar invitación. 

—Edmond... Edmond ¿dónde estás?. 

Él salió de la habitación, recién se despierta, viene hacía aquí. 

—Tranquila, Melissa. 

—No, no— la señalé —. ¿qué hace ella aquí?. 

—Melissa, no te portes así, te dije que tenía mucho que contarte. 

—¿Qué? ¿no le bastó acostarse con mi esposo y ahora lo hace con mi mejor amigo? ¿qué más quieres de mí? Edmond yo no sé que le pasa conmigo. 

Edmond se ríe, se acerca a abrazarme, me lleva a su habitación cierra la puerta, él me seca las lágrimas. 

—¿Por qué estás con ella?. 

—No sabía que también sentías celos por mí jajaja Melissa que sorpresa, no vienes mucho por aquí, no imaginé que lo descubrieras tu misma. 

—Debiste decir su nombre y te hubiera escuchado sin importar nada. 

—Sólo la ayudo porque la madre de Roman... no creo que pueda entrar en detalles, Hailey me pidió que si te contaba de ella viviendo aquí que te diga que su salario no le alcanza para sus gastos y sus padres no pueden verla. 

—Ni siquiera sus padres la soportan, ella es la persona que más daño me hizo en la vida y tu si puedes verla y lo que es todavía peor ayudarla y dejarla quedarse aquí... 

—Está embarazada. 

—Mierda. 

—El padre no quiere tener nada con ella y con su bebé. 

[Edmond]

08:10 a.m.

Veo a Melissa respirar profundamente, camina despacio de un lado a otro, se ve muy hermosa, no es algo usual verla vestida así con un vestido rojo ajustado, ella se quita su abrigo lo deja colgado junto a mi ropa. 

—Bueno. 

—¿Qué?. 

Se acerca a mí, agarra mi mano juega un poco con mis dedos. 

—Puedes ayudarla sin preocupación de perderme a mí con eso, pero no puede quedarse aquí, debes enviarla a otra parte, ella y yo no podemos estar ni siquiera en el mismo edificio. 

—Que celosa eres. 

—Pensé que ustedes tenían algo. 

Llevo mi mano a su espalda baja acercandola a mí, ella mira mis labios, le sonreí, estuve a punto de besarla pero ella se alejó levanta sus manos marcando distancia entre nosotros, noto cuanto le cuesta mirarme. 

[Melissa] 

08:20 a.m. 

—Sacame de la duda ¿eso... intentabas besarme recién?— le pregunté casi sin creerlo. 

¿qué le hicieron a mi amigo si no?.

Edmond negó sin algún esfuerzo por ocultar sus verdaderas intenciones conmigo. 

—¿Desayunaste?— preguntó. Me quedé viéndolo como tonta sin poder responder —. Melissa, no es cortés de tu parte no contestarme. 

—Sí. 

—Bueno, yo acabo de levantarme, voy a desayunar, ¿segura no quieres nada?. 

—Sólo vine a tener una extensa conversación contigo...— avisé. Me acerqué a él un poco poniéndolo nervioso —. Y hablaremos de todo— dije. Edmond retrocedió poniéndose evasivo con mis palabras y mi cercanía, se puso nervioso —, No me iré de aquí hasta no aclarar las cosas. 

Salimos de su habitación, bajamos las escaleras, él va detrás de mí, tuve que que mirar hacía atrás pude encontrar a Edmond levantando la mirada con una sonrisa, él pasó por delante de mí yendo a prepararse su desayuno, lo descubrí mirándome el trasero... lo disimuló muy bien, pero a mí no me lo puede ocultar, me he dado cuenta, haber sido amiga de Roman por muchísimos años me enseñó todo eso. 

Me quedé apoyada en la pared mirando a Edmond, es muy atractivo, no pude controlar mis pensamientos tan fantasiosa resulté por imaginarme escenas bastante subidas de tono con él justo aquí en la cocina... bueno sólo besándonos y no haciendo lo otro ya sería demasiado, mi piel se eriza, refriego mis brazos para aliviar esas sensaciones. 

Necesito alejarme de ti. 

Ambos sabemos lo que sentimos, no es un misterio que desearíamos poder estar juntos, esto es cada vez más difícil para los dos, porque las ganas sólo crecen más y más que ya nos resulta casi imposible evitar que algo pase, no sé cómo solucionar esto, porque si llegáramos a hacer algo yo no me perdonaría una infidelidad yo no soy así, toda mi vida me ha parecido algo totalmente innecesario, pero siento que ahora comprendo más porque pasan esas cosas, necesito hablar de esto con alguien.


No he tenido ninguna experiencia así, sé que cualquiera me diría lógicamente que me separe de Roman, pero yo lo amo, no es fácil cuando tengo esperanzas de que él volverá a ser el de antes o mejor, me siento peor de pensar que a pocas semanas de casarme no me fue como esperaba y que ahora tenga dudas con mi mejor amigo, no tengo el valor de terminar mi matrimonio así... tal vez me casé muy pronto o no sé tal vez estoy muy joven como dijo mi papá, yo ya no me volvería a casar para mí eso debería pasar una vez, lo sé díganme que pensamiento retrógrado, en fín no puedo separarme, le daré la oportunidad de cambiar a Roman. 

Antes de casarme con Roman pensaba que él se moría de amor por mí, pero esa misma noche en la que me convertí en su esposa jamás lo había visto tan triste, bebió tanto como para no poder mantenerse de pie, las cosas que decidí guardarme e ignorar, sólo sé que Roman volvió a sentirse mal, hace años había dejado de beber así, no puedo saber que le está pasando, por un momento imaginé que yo era responsable de su infelicidad. 

Somos jóvenes tal vez él al igual que yo no se lo puede creer, no hay un día que pase sin despertarme y mirar el techo pensando en que ya me casé porque todo pasó tan rápido, intentaré arreglar esto, lo que más deseo es que mi matrimonio funcione, no quisiera perder a Roman después de todo lo que vivimos juntos. 

Voy a la cocina para buscar a Edmond, no lo encontré ahí, tuve que subir a su habitación, ahí lo encontré cambiado, siempre voy a amar como se viste, siempre le rinde a su nacionalidad francesa, la moda es espectacular allá, me quedé viéndolo como tonta nuevamente, se coloca perfume como si fuera un modelo e hiciera esos comerciales ¿aún no sé ha dado cuenta de que estoy aquí? Fui algo silenciosa al parecer, mejor le digo después, quiero estar toda la tarde con él, es muy entretenido a decir verdad, siempre tenemos cosas que hacer cuando estamos juntos. 

Edmond se acomoda su cabello un poco como si le hiciera falta siempre se ve muy bien, acomoda el cuello de su ¿suéter? Creo que es eso aún que no se ve muy abrigado, mientras se arreglaba Edmond me ve de repente, tuve un ligero temblor en mis piernas, no sabía como apoyarme en la pared, me abrazo a mí misma, sonreí mirando hacía cualquier dirección evitando contacto visual, me pone tan nerviosa con sólo una mirada. 

—Señora Fraiser ¿sería tan amable de acompañarme afuera?— me pregunta con un tono de burla. 

—No sé a quién le hablas— respondo cruzandome de brazos mirando hacía otro lado. 

Edmond se ríe, viene hacía aquí, puedo decir que está tan cerca que nuestros pies se tocan pero sólo eso, él pone sus manos en mis mejillas, me mira a los ojos. 

—Te estoy hablando a ti— dijo directamente. 

No podía pasar saliva por lo nerviosa que estoy, Edmond pasó por mi lado saliendo de la habitación, lo sigo por detrás guardando una distancia, camina tan seguro y recto con una mano adentro del bolsillo de su pantalón, bajamos la escalera, Edmond me entrega el abrigo que cargaba desde su habitación que creí que era suyo, pero resultó ser mío, abre la puerta me deja salir antes, cerró la puerta, caminamos fuera del edificio, las mujeres no dejaban de mirarlo con sonrisas insinuantes, ambos escuchamos que pasaron un grupo de amigas se le quedaron viendo y dijeron "lástima que está acompañado" Edmond estaba algo incómodo mirando hacía otra parte. 

—Podrías tener a la mujer que quieras— le dije consiguiendo su atención. 

Se encogió de hombros desinteresado. 

—Pero no a la que en verdad necesito— respondió mirándome directamente.


[Edmond] 

10:30 a.m. 

Poco a poco presencié como el rostro de Melissa se enrojece por lo que le respondí, creo que sabe que me refería a ella, la acompañé hasta el auto, le abro la puerta, ella entró, cerré la puerta, entré al auto también lo encendí, las calles están más transitadas que de costumbre, Melissa va usando su celular, tengo muchas ideas, muchas cosas por hacer y mejor si es con ella. 

Aún no he tomado la oportunidad para hablarle de mi mamá, ambos tenemos que hablar como lo dijo ella y aún no hemos empezado, sólo la llevaré más tarde a visitarla como para finalizar nuestro paseo. 

Ahora sólo puedo desear pasarla bien con Melissa. Ella guarda su celular, se acomoda su cabello un poco, mira alrededor. 

—¿Y a dónde vamos?— me pregunta, mirándome de manera extraña... como si estuviera incómoda. 

—Ah por la escuela de cocina, iré a pagar lo de este semestre ¿tú ya lo hiciste?— le pregunté, mientras me detengo frente al semáforo que está en rojo, la miré ella lleva su mano al pecho negando con la cabeza —. Pagaré para los dos entonces. 

—Lo olvidé por completo, no es necesario, yo luego me encargo. 

—No hay problema, hoy es el último día y vamos justos de tiempo, enserio déjame ayudarte. 

—No, no es necesario, luego lo resuelvo yo sola. 

Bueno en el transcurso del día anduvimos haciendo algunos trámites míos, luego llevé a Melissa a almorzar a un restaurante que ella eligió uno muy lujoso, la gente nos confundía como pareja en todas partes, nos tomamos fotos, ella estuvo muy amable y divertida, la llevé al cine, desde niños venimos a este mismo cine se puede decir que es nuestro lugar favorito, nos quedamos a ver un par de películas, también nos tomamos fotos en esa oscura sala, estuvimos en la última fila, el lugar estaba vacío, tenía tantas ganas de besarla y de tantas otras cosas ¿por qué no es mía?. 

¿Por qué Roman tiene tanta suerte de tenerla? Y el idiota no se da cuenta.

Muevo mi pierna ansioso, no puedo concentrarme tanto en la película es la última, ya casi siento que no me queda tanto tiempo aquí con ella y perdería la oportunidad en realidad perdería mucho más si hiciera algo, la amo y por eso la respeto, ella está casada, no me perdonaría que por mi culpa su reputación se arruine, que la gente que ella le importa piensen y hablen mal de ella, tampoco quiero perderla, Melissa jamás dejaría a Roman por mí, lo ama tanto que hasta se casó con él. 

Ya cuando terminó la película, salimos de esa sala, Melissa se veía feliz, caminando muy animada a mi lado, me cuenta que le pareció la película, lo interesante que le pareció todo eso hasta que tomó su celular para contestarle la llamada a Roman. 

—Melly ¿dónde estás?— escuché, Roman habla en un tono alto cuando la llama, no pude evitar rodar mis ojos. 

Simplemente no lo soporto por lo que me alejé un poco para no escucharlo. 



#28407 en Novela romántica
#4705 en Chick lit

En el texto hay: amistad amor y drama

Editado: 14.07.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.