"A las personas tristes no les preguntes qué les pasó sino quién. Casi todos los infiernos tienen nombre"
—Elena Poe.
[Hailey]
Dos meses después.
Me encuentro internada en el hospital, estoy a punto de tener a mi bebé, bueno sólo falta que ella quiera nacer, sonreí masajeando mi vientre, la puerta es abierta veo a Edmond entrar, me puse tan feliz de verlo después de todo este tiempo, trajo algunos regalos, pero su brillante sonrisa es la que me hace feliz, viene hacía aquí después de haber ordenado los regalos, me agarra la mano un poco fuerte transmitiendome su emoción, dejó un beso en mi frente.
—Te ves hermosa ¿cómo te sientes?.
—Edmond, casi no creo que estés aquí, me duele un poco el vientre por momentos, pero estoy feliz, ya llegará mi bebé.
—Será preciosa ya verás, pero mira tu cabello ¿quieres que lo arregle para ti?— me preguntó dándole una caricia a mi cabello, asentí —. ¿Ella va a nacer mañana verdad?.
—Es posible, está previsto que me operen mañana por la tarde, pero podría pasar antes— expliqué.
—Que miedo— expresó, se sentó en la cama conmigo tomando mechones de mi cabello de un costado.
—Ay Edmond, ni lo digas estoy aterrada, todo puede pasar.
—No pienses en eso. Oye te haré una trenza por aquí la voy unir aquí en el medio con un moño que compré para ti y con eso te verás bien— dijo al último desviando la conversación.
—¿Cómo aprendiste a hacer esto? Ni siquiera sé peinarme yo misma.
—Melissa, tiene un cabello hermoso, suave y largo, ella me permitía que se lo peine, me enseñó a hacer un poco de esto— contestó en un tono apagado con la mirada pérdida en un punto, terminó mi peinado y me dio una sonrisa —. Ya está.
—Gracias, Edmond... Oye.
—¿Mmh?.
—¿Por qué Jules te llamó artista, a qué te dedicas?.
—Era un secreto en esta parte del mundo... lo era, me gusta hacer música, componer letras sobre desamor, sentimientos ocultos acompañandolo con piano y melodía suave, algo triste— contestó algo vergonzoso, lo veo en su oreja que se puso roja de repente.
—¿Por eso tus viajes a otros lugares? ¿qué tal te fue?.
Le agarro la mano, Edmond me ve enseguida viéndose incómodo, me sonríe un poco.
—Sí, me fue bien, por poco Jules me ataba al escenario, se molestó porque le dije que iba a volver, no te enojes con Jules al trabajar conmigo sólo se muestra preocupado por mis proyectos, traté de apresurarme para venir antes a verte.
—Me alegra que te haya ido tan bien, nunca te escuché cantar...
Permanece inmóvil mientras sostengo su mano como si tuviera alguna habilidad de petrificarlo, es como un niño muy tímido al contacto físico inesperado.
—Sage te cuidó mucho por lo que veo.
—¿Estábamos hablando de eso?— pregunté con una sonrisa, él negó con la cabeza suavemente —. Canta por favor.
—Me da vergüenza— habló nervioso.
—Por favor— insistí, me ve por un momento para luego agachar la cabeza y negar repetidas veces.
—No.
—Ah...— suspiré, él me soltó la mano —. Ok, pero no entiendo tu vergüenza por algo a lo que incluso te dedicas, eres un artista debe de ser apasionante, no lo sé, yo de tener una buena voz no podría parar de cantar.
—¿Cantas mal?— preguntó interesado, me reí llevando mi mano a mi mejilla de la vergüenza.
—Llamarlo "mal" es todavía ser amable, pero no canto nada bien... Edmond ¿todavía no olvidas a Melissa? Es que sueles mencionarla a veces.
—Yo estoy bien— murmuró.
No le creo eso es lo más triste.
[Roman]
Salgo del auto, cerré la puerta con Leena estando dentro, ella después salió por el mismo lado, salimos también con Mackenzie y Joaquín, fuimos a tomar un café habían otras personas con ellos, Joaquín sigue invitando a Leena, pero ella sigue aceptando por mí, mi primo es muy tonto para molestarse en pagarle la cuenta de ella sabiendo que Leena evidentemente sólo le intereso yo.
—Roman ¿nos dejarás pasar?— preguntó incómodo Joaquín, realmente no he dormido mucho así que no estoy de buenas, sólo acepté por Mac la quiero mucho.
—Será para otro día supongo— contesto, Leena rodó sus ojos, me tocó el brazo acercándose a mí.
—Roman, por favor hace mucho que no hacemos esto— insistió Leena.
—Puedes hacerlo tú en tu casa, yo he dicho que no, ya es suficiente— le contesto con una sonrisa fingida para no verme muy duro con ella o ellos me molestarán por mi "mala actitud" con Leena, ella es realmente molesta a veces, estaba a punto de irme, saludé a Mackenzie únicamente.
—Oye Roman, no saludes a Mackenzie nada más, no seas maleducado— dijo Joaquín, cada vez que puede señala mis malos modales enfrente de Leena, me acerco a Leena, ella me da un beso en la cara poniendo su mano en mi cintura, me incomodó.
—Adiós Roman...—
—¡Oye tú!— exclamó alguien detrás de mí, me doy la vuelta es un señor junto a un joven.
—Shane... papá ¿qué hacen aquí?— preguntó Leena, yo intenté irme, no es asunto mío.
—Espera te estoy hablando a ti— volvió a hablar el papá de Leena, Joaquín me agarró del brazo deteniéndome.
—Roman te están hablando— me avisa preocupado, me doy la vuelta enfrentándolo, ellos se ven muy enojados.
—No entiendo ¿qué es lo que quiere?— le pregunté molesto.
—Papá vete— dijo Leena con temblor en su voz.
—Usted está casado, lo que yo no entiendo por qué mientras mantiene una relación con Leena— me contesta.
—¿Perdón?— pregunté asombrado con lo que se me acusa, busco a Leena con la mirada ¿qué es lo que hizo?.
—Papá... papá, cállate por favor, no te metas en mis cosas— dijo intentando llevárselo, él la alejó.
—Sueltame ¡si me meto! ¿cómo no hacerlo? Eres mi hija, deberían tener vergüenza, Leena eres una tonta.
—Me voy— dije, me sujetaron del brazo de mala manera impidiendo que me vaya una vez más, estiré mi brazo con fuerza, empujé al padre de Leena —. ¡No me toques!.