"¿A qué me aferro tanto... a tus ojos que no me miran, o a tu corazón que no es mío?"
[Melissa]
Me encuentro sentada en una de tantas sillas que hay en el pasillo esperando mi turno, finalmente salió una chica... ella es muy extraña, también se ve deprimida, sólo me dio una mirada rápida para luego irse.
—Melissa Sinclair, ven— me llamó como hace siempre en cada sección.
—Voy— aviso.
Me levanto con un pie adormecido, llevo esperando mucho, entré en su consultorio, cierro la puerta, me siento frente a mi psicóloga.
—Hola ¿esperaste mucho?— me saluda con una gran sonrisa que me parece egoísta que se muestre tan feliz conociendo mi situación.
—Hola.
—Bueno ¿cómo vas? ¿cuéntame ya te sientes capaz de volver a tu vida de antes?— me pregunta.
Sólo sé que algo que jamás dejé salir de mí fue mi enojo, esa última pregunta detonó algo desconocido en mí quería golpearla incluso por su tono.
—¿Disculpa? ¿"volver a mi vida de antes"? ¡No! Claro que no, si he llegado aquí es porque quiero que todo sea diferente al volver, no quiero lo de antes ¿siquiera me ha escuchado un poco en una de veinte secciones que tuvimos?.
—Melissa, si te escucho, perdona si no me expresé de una manera adecuada, quiero que entiendas que quiero lo mejor para ti, que puedas salir adelante, por favor comencemos de nuevo.
—Ya reconozco que fui muy mala al abandonar a todos de la forma en que lo hice, tal vez... al regresar ya no tenga a nadie, espero perderlo todo por más que no es algo que deseé, es la primera vez que escapé, se sintió bien en su momento, pero ahora ya no sé como regresar, es algo que despierta mi ansiedad, lo que me dirán, las cosas que merezco escuchar, eso, eso me quita el sueño, sigo sin dormir bien, no quiero medicamentos ¿para qué? Luego me dirán loca tranquilamente.
—¿Por qué dirían eso?.
—Yo simplemente lo sé, nadie entiende nada realmente, es deprimente, no puedes esperar la misma comprensión que puedes dar.
—Tienes que llevarlo con calma, acompañar tus sentimientos con acciones responsables, un paso a la vez, Melissa.
Un paso a la vez...
[Edmond]
Mackenzie se levanta sin haber terminado su helado, tiene su celular en la mano, toma su bolso, se ve nerviosa, me sonríe acomodando su cabello hacía atrás.
—Edmond, lo siento debo irme ahora, yo te llamo y salimos otro día ¿si?— preguntó acercándose a mí poniendo su mano en mi hombro, asentí, ella deja un beso en mi cara —. Adiós.
—Adiós, Mac— respondí.
Después de todo decidí regresar con Hailey, a penas llegué vi a Jacob el primo de Hailey golpear en la cara a Roman, se supone que son mejores amigos.
—¡Maldito hijo de puta, tú le hiciste eso a Hailey, tú eres el infeliz...!— gritó.
Me acerqué a separarlos, sólo miraba a Jacob para cubrir a Roman el cual no respondió a los golpes de su amigo en ningún momento.
—Oye tranquilo, son amigos, no deberían pelear— le dije, pero él se ve muy enojado con todo su rostro rojo.
—Edmond, tú no entiendes— habla, está llorando —. La dejó sola, la tomó por puta a mi prima, no la respetó... por más que sabía que ese bebé era suyo.
—Espera... ¿acabas de enterarte de que es de él?— pregunté sorprendido.
Jacob asintió, me sentí peor con ver el dolor en su expresión, él quiere muchísimo a Hailey, con razón ella me decía que no quería arruinar su amistad, no me agrada Roman para nada, pero él no vale la pena, por más que no lo pueda ver no podía dejar que lo golpearan.
—Jake, él tiene razón, somos amigos, cometí un error...—
—Vete a la mierda, Roman, te quería como a un hermano.
Veo que llegaron otros chicos, pero verle la cara de disgusto en Roman me deja saber que no son buenas noticias para él, son Laurent, Joaquín y Charlie, los conocí hace mucho por Melissa que me dijo sus nombres en una fiesta.
Vuelvo a mirar a Roman, tiene la cara ensangrentada, mantiene la manga de su camisa debajo de su nariz.
—Roman, eres un gran imbécil— dijo Charlie.
Sólo me fui a buscar una enfermera, la llevé con Roman le pedí que atienda sus heridas, le pagué personalmente para que lo haga... como una prioridad, me dejaron pasar para ver a Hailey, la encontré sosteniendo a una preciosa bebé en sus brazos, me sonríe, pero se ve tan cansada pobrecita.
—Edmond, saluda a Isabella— dijo, levantando un poco a la bebé para que la reciba, es tan pequeña, la cargué y con eso unas lágrimas caen de mis ojos. Hailey había mantenido en secreto su nombre y es precioso.
—Isabella, es perfecta.
—Aaw Edmond, no llores...— pidió Hailey entre lágrimas, la miré intentando contenerme, pero fallé.
Una enfermera entró a buscar a la bebé, le di un beso en la frente antes de entregársela a la joven.
—Aw que linda familia— dijo la joven llevándose a Isabella, con Hailey nos miramos algo serios.
Ella me extiende sus brazos, me acerqué a abrazarla.
—Hailey, felicidades... la verdad que no imaginaba que sería tan emotivo, es la primera vez que recibo a un bebé.
—Ni siquiera su propio padre la miró de la manera en la que tú lo hiciste, es que pareciera que el padre eres tú con lo feliz que te ves, te agradezco tanto lo que haces por nosotras.
Los demás entraron en la habitación, están todos, incluso Roman, me separé de Hailey secando mi cara rápido.
—No Edmond, perdió, llorón— dijo Laurent 'el bromista'.
—Si la ven más de uno puede llorar— dijo Hailey.
—Roman, no lloró— dijo Joaquín.
—Roman, no la quiere— contestó Jacob.
[Roman]
Miré a todos con enojo, Hailey me ve preocupada en cambio, cuando fui al baño a lavarme un poco vi como quedó mi rostro.
—¿Por qué no nos dejan solos?— pregunté.
Ellos les trajeron regalos los dejaron junto a los de Edmond, yo no le traje nada, felicitaron a Hailey y se fueron cerrando la puerta.