"Ojalá podamos tener el coraje de estar solos, y la valentía de arriesgarnos a estar juntos"
—Eduardo Galeano.
[Emma]
Al llegar a la mansión de Melissa, Harry el tipo que siempre está en el portón se reía de mí no abre el portón.
—¡Diablos! Harry, déjame pasar, soy yo, Emma, vengo desde muy lejos para ver a Melissa... ya sé, aquí tienes— dije, dándole una lata de cerveza que vine bebiendo recién, me reí —. Vamos, bebe, Melissa no te dirá nada, es más ni lo sabrá.
—Bebe si quieres Harry, no me molesta— dijo Melissa detrás de mí, me doy la vuelta.
—¡Aaah!— grité emocionada, la abrazo fuerte.
—Emma me gusta tu cabello ¡guau! Estás hermosa— me halaga.
Me separo con una sonrisa aún sujetando sus brazos, está con Edmond, la hago a un lado, me colgué de ese tipo ardiente.
—Casi tienes el cabello como yo jajaja.
—Emma, bájate, Edmond está algo ofendido conmigo por el momento...
—Sólo me faltaría volverme rubio— me contestó con una sonrisa, eso sorprendió a Melissa —. Emma, no puedo sujetarte... ¿quieres?.
—Oh ou sí, ya entiendo— dije bajándome, lo abracé de todas formas, Melissa nos ve confundida —. Bien dijiste, él está ofendido contigo, pero no conmigo ¿verdad Ed?.
—Claro, Emma— respondió.
Melissa se ve muy celosa, pero Edmond fue el único que no me ha visto con deseo como la gran mayoría, es un buen tipo, siempre me gustó él eso creo, nos vimos un par de veces cuando éramos niños y después ya no.
El portón se abre finalmente Melissa dijo que su dispositivo tiene que cambiarse por eso está lento, entramos en la mansión, nos quedamos en el salón, con Edmond nos sentamos en el sofá, cruzo mis piernas en su dirección, le doy una palmada a su brazo llamando su atención aprovechando que Melissa no está.
—Oye ¿ya tienes novia?— le pregunto.
No intento ligar lo juro, sé que no soy su tipo, él no es tan el mío porque sólo me interesa el sexo sin compromiso por ahora.
Edmond me dio una sonrisa y no contestó nada ¿qué significa eso? Justamente llegó Melissa.
—Edmond, ven... Emma puedes venir con nosotros, o puedes hacer otra cosa, lo que mejor te parezca— dijo.
—Ok... ¿qué harán ustedes? Así veo si es entretenido. Oigan ¿estamos solos aquí?— pregunté mirando alrededor.
—Vamos a cocinar, y sí, estamos sólo nosotros ¿vienes?— me pregunta.
—De verdad no entiendo porque te disgusta tener empleados domésticos que hagan todo por ti, yo iré a tu habitación a dormir, llámame cuando la comida esté lista.
[Edmond]
La prima de Melissa se fue subiendo las escaleras, ella me agrada es tan... transparente, dejé de verla, veo a Melissa con los brazos cruzados.
—Bueno si ya terminaste de verla ¿podemos ir a cocinar?.
—No estaba haciendo eso... espera ¿está en nuestros nuevos términos que te ayude a cocinar?— pregunté, con las manos en mi cintura.
—No lo sé y no me importa, vamos ayúdame— ordenó, se fue caminando rápido.
¿Está celosa?.
Voy a la cocina con ella, me apoyo en la mesada, mientras la veo sacar algunas cosas, entre esas: pollo, verduras, condimentos, ella se da la vuelta entorna su mirada hacía mí.
—¿Qué?— pregunto.
—¿Te dije que vinieras a supervisarme o a ayudarme? Muévete, mira la hora, ay Dios.
—¿Así tratas a tu ex mejor amigo?— pregunté.
—Vamos haz silencio, corta al pollo, quiero cortes finos ¿bien? Quitale la piel.
—Bueno— contesté.
Saqué el pollo de su bandeja, lo coloqué sobre una tabla, pincho al pollo con un cuchillo grande.
—Estudié para chef, no para trozar pollo— me quejé con una sonrisa sólo para fastidiarla.
—Si no quieres cortar pollo, no estarás en el almuerzo con nosotros, mejor cortalo.
—Bien... te ayudaré porque no podrías hacerlo sola.
Melissa viene hacia aquí, pinchó mi cintura con su dedo, eso dolió.
—¿Quieres callarte?— preguntó, se ve triste, sólo me burlaba, no quise que se sienta mal realmente.
Ella corta las verduras a mi lado.
—Nuestros padres almorzaran afuera, sólo estaremos nosotros no te preocupes por la hora— le informo.
—Ah... que alivio— suspira —. Edmond.
—¿Qué?.
—¿Te gusta Emma?— pregunta con sus mejillas rosadas.
—Es muy linda, Emma, pero no ¿por qué?.
—Um por nada.
Terminé con el pollo comencé a sazonar, luego me lavo las manos, me seco, me quedé junto a ella cruzado de brazos viéndola cortar verduras.
—Estas rara— comento.
—¿Más que tú?— me preguntó.
—Eso creo, pero te ves triste ¿qué pasa?.
—Dijimos una vez que sin importar nada volveríamos a buscarnos si nos extrañabamos, Edmond yo te extraño y no me gustan los 'términos'.
—Ah es eso, bueno aquí estoy... espera princesse no, no llores— pedí, la abrazo por detrás —. Sólo dame tiempo, no nos quedaremos así por siempre, tranquila...— dije.
Melissa se dio la vuelta para abrazarme fuerte.
—¿Me perdonas?— me pregunta.
—Quisiera decirte que si, pero te mentiría, dame tiempo, debe funcionar, debo sanar.
Melissa me ve con lágrimas en sus mejillas, toma mi rostro con sus manos.
—Está bien esperaré.
Vuelve a abrazarme ¿por qué no puedo decirle 'no'? Siempre nos separamos ya sea por ella o por mí, pero nunca quedo bien con eso, aún me duele lo que pasó la última vez, de todas formas nunca me atrevería a decirle todo eso, no quiero hacerle daño.
Terminamos de cocinar, ella fue a hablar a Emma, pero dijo que no pudo despertarla, almorzamos sólo nosotros dos, estuvimos en silencio por un rato.
—Benditas clases de cocina... quedó riquísimo— dijo tomándome la mano, tomé la servilleta limpiando sus labios —. Eh... gracias ¿y te gustó?— me pregunta feliz.
—Sí, lo hicimos bien...— Melissa escupió el vino de repente por reírse, le solté la mano —. Malpensada.
—Perdón, perdón— se disculpa.