"Y nada tenía de malo, y nada tenía de raro, que se me rompiera el corazón, de tanto usarlo"
—Eduardo Galeano.
[Melissa]
Terminé mi desayuno, me levanto, le doy un abrazo a mi papá, me despido con un sonoro beso en su mejilla.
—Adiós, papá.
—Adiós, ten cuidado.
Entré al auto, iré a ver a Roman, ya sé donde está gracias a Edmond, me dirijo a ese lugar, al salir del auto, me quedé viendo el edificio por un momento, respiro profundo antes de entrar, camino buscando la puerta correcta hasta encontrarla, toqué antes de arrepentirme... es que tratándose de mi esposo al que abandoné poquito menos de un año no espero nada bueno, Joaquín abre la puerta para mi sorpresa, se ve tan sorprendido de verme también, lo que me asombra más es que se acercó a abrazarme, lo abracé también, eso es extraño porque bueno es mi exnovio... no acabamos bien.
—Joaquín— dije impresionada.
—No debiste regresar— dijo separándose, tiene una expresión preocupada.
—Oye no empieces a molestarme ¿Roman está?.
—Pasa querida— dijo haciéndose a un costado en la puerta.
Al pasar Joaquín cerró la puerta, viene detrás de mí, encontré a Roman bien vestido en la cocina con una chica, pero ella está en pijama conversando con él, ambos sonríen ¿por esto Joaquín dijo que no debí volver? ¿Roman vive con ella aquí? No sé que hacer, ahí vienen las ganas de llorar y de salir corriendo.
Tomé mucho aire, dejo mi bolso con mis llaves sobre la mesa consiguiendo la atención de ambos.
—Hola— saludé.
Él se queda viéndome como idiota, no se ve enojado, triste o feliz, sólo neutral, miro a la chica... ella es una niña, se le nota.
—Hola, no es lo que creés...— dijo levantando su mano apuntando hacía ella. Veo a Laurent salir de una habitación sin camiseta, recién levantado ¿qué es esto? No hay ningún rastro de que hayan bebido o algo —. Ella está con Joaquín, Laurent está conmigo.
Laurent se ríe, mueve su mano saludandome de lejos, se acercó a abrazar a Roman.
—Si, que bueno que regresaste, ya firmale el divorcio para que sea mío— dijo burlándose.
—Roman...— murmuro.
Él alejó a Laurent se acerca a mí.
—Váyanse, quiero estar con ella a solas.
Laurent se llevó a la chica, miré hacía atrás nerviosa, vuelvo la mirada hacía Roman, señalé con mi pulgar detrás de mí.
—Corriste a Laurent descalzo y en pijama— dije.
—Seguro se van con la chica, ella vive a unas puertas de aquí— me contesta, asentí con la cabeza, estoy tan nerviosa.
—Al llegar y verlos aquí imaginé lo peor.
—¿Quieres hablar aquí?— me pregunta.
—Aquí está bien.
—Ella está con Joaquín. Melissa, me abandonaste ¿qué estaba mal?— preguntó.
—Espera... si yo te pregunto si respetaste nuestro matrimonio ¿me dirás la verdad?— le pregunté, a él le cambió la expresión se ve enojado con eso.
—No estuve con nadie— contestó de mala manera.
No le creo.
—Roman, perdón.
Levantó sus manos a la altura de sus hombros y negando tranquilamente con la cabeza contesta.
—¿Sabes qué? No quiero saber nada, no quiero hablar de eso, ya estás aquí eso es importante, ven aquí— dijo tomándome de la cintura atrayendome hacía él.
Le doy un abrazo, pero no puedo evitar sentir inquietud con su comportamiento, con esa chica, no le creo, el ambiente era incómodo y la complicidad entre ellos me alarmaba.
—¿Ibas a algún lado?— le pregunté separándome, está tan bien vestido.
—Con Mackenzie.
—¿Qué hay?.
—Trabajo con ella, tengo dos trabajos ¿qué te parece? Con lo de tu ausencia preferí mantenerme ocupado.
—Dos trabajos impresionante ¿y por qué no te mudas a un mejor lugar? — pregunté observando el lugar detenidamente, no es algo de lujo, esto lo tomaría un estudiante no alguien con dos trabajos —. Creí que andabas metido en alguna fraternidad, al llegar vi a universitarios más que nada, hasta tu amiga... ella es muy jovencita para Joaquín.
—Ajá— contestó a todo con un simple "ajá" —. Perdón, estás muy linda, se te ve mejor con esa falda me gusta.
—Gracias, invitame un café ¿quieres?.
—Claro.
[Roman]
Le preparo café, me siento como si estuviera con una desconocida, no sé que decir.
—¿Qué harás entonces?— me pregunta.
—Le dije a Mackenzie que hoy no puedo ir— le contesto, dejo nuestras tazas en la mesa, nos sentamos, ella está frente a mí —. ¿Cuándo regresaste?.
—Ayer— contestó con una sonrisa, mientras endulza su café —. Me quedé muy contenta, ayer después de que llegue vino primero Edmond ambos nos sorprendimos, ya arreglamos un poco, pero ya no será como antes eso acordamos por el momento.
—¿Cómo? ¿te quedaste con él antes de venir aquí? ¿debo alegrarme por eso?.
Parece malintencionada.
Me mira con arrepentimiento, intenta tomar mi mano por mucho que quería evitarlo permití que me toque.
—No lo veas así... lo siento, las cosas no salieron como esperaba, fui allá con planes de descansar porque si estaba cansada, pero no pude negarme a estar con él, es mi mejor amigo, Roman.
—No, no lo soporto, de todas formas ¿por qué él estuvo contigo antes?.
—Tranquilo, Roman, hablemos bien ¿si?— preguntó con una mirada fija sobre mí, ella se ve segura... ya no se ve nerviosa.
¿Y si dejó de amarme?.
—Está bien, te escucho.
—Debo disculparme por haberte dejado así como lo hice, podemos ver la manera de hacer que lo nuestro funcione o de lo contrario terminar de una vez por todas, ya no quiero forzar nada entre nosotros.
Me inclino hacía ella molesto por el tono tan calmado, hasta parece desinteresada de como va lo nuestro.
No, yo no la quiero perder.
—Mierda... ¿estás jugando? Melissa, tú no eres así— reclamo, ella muerde su labio inferior por un momento, aún así se ve calmada —. ¿Olvidaste nuestro amor? ¿hay alguien más? Dime qué es lo que te pasa.