Amigos en matrimonio

Me voy #54

[Melissa]

Me cruzo de brazos llegando hasta Roman que está de espaldas hablando con Leena.

—Cállate ¿quieres que todos sepan? Basta, entiende que no quería nada serio— le dijo Roman a Leena suena molesto.

—Roman— le llamo, él se da la vuelta lentamente —. Eh... me preguntaba dónde estabas ¿pasa algo?.

Roman se acerca un poco manteniendo su ceño fruncido, bueno él no es alguien sonriente que digamos, pone su mano en mi hombro, luego toca mi mejilla.

—¿Puedes esperarme en la casa? Ve a la cocina, no sé come algo, luego voy.

Mi mirada se desvía a Leena, vuelvo a verlo, asentí despacio.

—Está bien, pero ya me quiero ir, ya es tarde, Roman— le aviso.

Roman me besa, le correspondo, no me gusta que ella pase por alto que Roman está conmigo y mientras eso sea así ella no tiene oportunidad alguna con él, Roman deja de besarme.

—Sí, esperame anda— dijo dándome un empujoncito para que me vaya.

¿Qué tiene que hablar con ella que es tan privado? Eso no me gusta.

Una vez que firme el divorcio ese ya no será problema mío, decido ir a su casa, fui a la cocina, apagué lasluces al ver tanta comida me revolvió el estómago, tomé un vaso lo lave y me serví un poco de agua, no sé cómo sentirme con esto, tengo mucha curiosidad ¿qué hacía Roman con esa niña?.

De repente siento a Roman detrás de mí pegado a mi cuerpo, el humo de su cigarrillo me ahoga, me da una tos de repente.

—Apaga eso por favor— le pedí con mi voz debilitada.

Roman tiró el cigarrillo dentro de mi vaso con agua, deja un beso en mi cuello.

—¿Qué pasa que quieres irte ahora? No es tan tarde.

Me doy la vuelta, pongo mi mano en su abdomen empujandolo hacía atrás un poco necesito espacio.

—Tengo planes por eso, ya vamos.

Roman se ve molesto, pasa su mano por su rostro como si la calma lo hubiera abandonado de repente, me da miedo.

—Quieres ver a Edmond ¿no es así?— pregunta con ese tono tan molesto.

Mis manos en mi espalda se sujetan al borde de la mesada.

—¿Me vas a llevar si o no?— pregunté directamente.

No quiero discutir más con él ya no tiene ningún caso.

—¿No te puedes quedar un poco más ni por qué se está celebrando mi maldito cumpleaños?.

—Roman entiende, ya es tarde, no me hagas esto.

Roman asiente con sus manos en la cintura.

—Ah bueno, bueno, vete yo no puedo llevarte ahora, si quieres que te lleve quédate y espera hasta que esto termine ¿qué harás?.

Seco una lágrima de mi mejilla con tristeza, sorbo por la nariz.

—Me voy...— murmuré.

Roman me agarra del brazo evitando que me vaya, suspiro cansada, él quiere discutir sobre Edmond, lo sé.

—No te importa dejarme se ve.

—Ni siquiera te quedaste conmigo en esta fiesta, hasta con esa niña te encontré conversando, estoy cansada ya, adiós y que te diviertas.

[Joaquín]

Escucho las voces de Roman y de Melissa en la cocina, pero las luces están apagadas, que raro, me acerco quedándome oculto detrás de la puerta.

—Tú estabas en una llamada por eso estaba con Leena.

—Bueno ya, yo no te pedí explicaciones, no tengo ganas de hacer esto— le dijo intentando librar su brazo.

—Si sales con Edmond otra vez créeme que soy capaz de todo...— le amenaza, la empujó luego de soltarla —. Espero tomes mi aviso.

Melissa no le contesta, sólo en silencio intenta alejarse de él, pero eso a Roman pareció molestarle aún más, volvió a sujetarla.

—¡Roman ya déjame...!— pidió desesperada.

Decidí ir a ayudarla, Roman aveces es tan molesto, pobrecita.

Alejé a Melissa de Roman, ella se aferra a mí, eso me gusta, hace tanto que ella no me abrazaba, como me hubiera gustado seguir con ella.

—Melissa, no, no te vayas, no me dejes solo... Joaquín déjala, no intervengas.

—Ella se quiere ir, llevala a su casa, Roman, no insistas.

Melissa niega manteniéndose sujetada a mí.

—No, no, yo puedo irme sola...

—No, Melly es peligroso— le expliqué, le toqué la cintura —. Roman llevala deja de ser tan inmaduro— insistí.

—No, ella o se queda conmigo o se va sola— contestó con enojo.

Puedo notar que Melissa se contiene al no llorar en estos momentos, pero el dolor en su mirada es muy evidente.

—Bueno entonces... yo te llevo, no quiero que te pase nada, vamos Melissa— dije decepcionado.

Ella me sigue hasta afuera, ya estábamos cerca de mi auto cuando a Melissa comenzó a faltarle el aire, ella tomó su medicamento, sentí que tenía que abrazarla, es tan raro para mí esto, que entre nosotros ya no quedó nada y aveces la extraño, era buena conmigo, la novia perfecta.

—Perdón Joaquín, quédate tranquilo, yo puedo irme sola, no te molestes.

—Yo te llevo, no hagas un drama por esto, sólo entra al auto— le ordeno.

Entramos al auto nos pusimos el cinturón de seguridad, vemos a Roman parado en la entrada viendo hacía aquí.

—¿Es verdad que esa niña... Leena está contigo?— me preguntó de repente.

—¿Quién te lo dijo?.

¿Quién le mintió?.

—¿Están si o no?— insistió.

—Algo así ¿vas a responder?.

Se abraza a sí misma viéndose triste.

—Roman, me dijo eso, pero ella, disculpa, pero ella se ve interesada en Roman.

—Te llevaré con Edmond.

Melissa me ve enseguida.

—¿Con Edmond?— me pregunta extraña.

—Sí, te ibas con él ¿verdad? Eso dijo Roman.

—Mañana saldremos, llévame a casa.

—No, déjame llevarte con él, no te ves nada bien, si algo le reconozco a Edmond es que es el único capaz de ponerte feliz.

—¿Ajá? ¿desde cuándo te interesa verme feliz?.

Detuve el auto, bajamos, camino hasta llegar a ella, refriego sus brazos, en el momento en que nuestras miradas conectaron puse mi mano en su mejilla.

—Melly aún me importas...— confesé.

A ella pareció sorprenderla, le robé un beso después de tantos años tuve el atrevimiento de besarla, ella se alejó despacio su ceño está ligeramente fruncido, miró hacía el edificio detrás de mí cruzandose de brazos, suspira.



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En el texto hay: amistad amor y drama

Editado: 14.07.2022

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