Amigos en matrimonio

No me rechaces #58

[Roman]

El inoportuno tono de mi celular interrumpió mi momento con Melissa, ella se aparta.

—Iré a darme una ducha— me avisa, asentí despacio y ella se fue.

Decido tomar mi celular y contestar.

—¿Por qué me llamas?— le pregunté confundido.

—Roman eres una basura— suelta con enfado y desprecio —. Por tu culpa lo he perdido todo ¡por tu culpa...!

—Oye Joaquín de verdad yo no tuve nada que ver, yo jamás tocaría ese dinero...— no tardé en darme cuenta de que me colgó dejándome hablar solo.

Bueno si toqué ese dinero, pero si no lo conseguía mi madre no dejaría de fastidiar, no he podido sacarle un centavo a Melissa... por ahora, no sé cómo conseguir más dinero, trabajo demasiado, me esfuerzo aún más para no verme obligado a robar, pero no me alcanza.

Me levanto de la cama, me quité los zapatos y la camisa, decido entrar al baño, veo que Melissa no me escuchó entrar, me acerco más, terminé desnudandome, deslizo el vidrio uniéndome a Melissa, ella se queda con la boca abierta.

—¿Qué... qué haces aquí?— pregunta nerviosa, mientras se cubre como puede.

Sonreí se ve muy graciosa intentando cubrir su bello cuerpo.

—No tengas vergüenza, ya te he visto antes— le recuerdo, me acerco a ella lentamente, agarro su cintura —. Eres mi esposa...

Intenté besarla, pero ella no lo permitió, movió su cabeza y negó.

—No, no vengas con eso, tú sabes perfecto como están las cosas entre nosotros.

—No amor, no me digas eso, ya tienes que olvidarlo, dijiste que lo estamos intentando, te quiero tener ahora, no me rechaces más— suplico.

Ella me aleja y niega.

—No, porque ese día yo te di a escoger entre creerme y comprobarlo, te lo expliqué muy bien y elegiste, Roman.

—Amor...— dije.

Melissa sólo se fue, la dejé ir ¿qué podía hacer? Ya dijo que no.

Salgo con la toalla enrollada en mi cintura, veo a Melissa con un vestido blanco con encaje desearía poder arrancarselo, pero no quiere divertirse, camina hacía mí, se da la vuelta, lo primero que veo es su trasero, que buena está.

—¿Me lo subes?— preguntó, llevó su cabello al constado.

—Ajá...— respondí embobado.

Acaricio su espalda descubierta, subo el cierre, me acerco a besar su cuello, acaricio sus brazos, veo a Emma entrar en la habitación, chasqueo mi lengua molesto, me alejé de Melissa.

—Vamos, Melissa, ya están  llegando tus invitados.

Miro a Melissa... menos mal no estaba arrancando su vestido, ella se acerca a mí, me da un beso en la mejilla acompañado de un abrazo.

—Te amo— susurró antes de irse.

[Emma]

Salgo con Melissa de su habitación.

—¿Enserio están arreglando las cosas? Que horror creo que si llegaba un minuto tarde los encontraba teniendo sexo.

Melissa se sonroja, bajamos la escalera despacio sin algún apuro.

—No, imposible, cumpliré él no volverá a tocarme así, me perdió.

Sonreí al oír eso.

—Ahora sólo falta el divorcio— solté con emoción —. Y con eso recupero a mi prima.

Melissa me abraza.

—Nunca me perdiste, Emma.

Al salir al jardín con Melissa vemos a los invitados ser recibidos alegremente por Edmond, él los acompaña hasta las mesas, agarré el brazo de Melissa.

—Mackenzie tiene mucha suerte— dije, Melissa ya no traía buena cara... creo que le molestó.

Edmond nos ve con una sonrisa y viene hacía aquí.

—Que hermosa estás princesse— halagó a Melissa.

Ay las miradas que se dan estos dos.

Creo que estoy de más aquí, decidí ir a sentarme con Reese y Cassy.

[Clarissa]

Logré ver a Melissa con Edmond conversando, ni siquiera se acercó a saludar, debería Roman estar con ella, me levanto dejando a mi esposo y a mis hermanas solos, camino hacía ellos, los saludo.

—¿Y Roman?— le pregunté.

Me volteo a ver quien tocó mi brazo, veo a Leena la recibo con un gran abrazo, volteo a ver a Melissa la cual estaba mirándose con su amigo.

—Ay Melissa, disculpa espero no te importe que la invitara.

—Y mientras que sobren lugares... pero bienvenidas— dijo con "educación" agarró a su amigo del brazo —. Ah, Roman está en mi habitación— respondió yéndose.

—No sé pero esos dos están muy juntitos, yo creo que Melissa si anduvo con él... pobre Roman que no se da cuenta.

—¿Usted creé?— me pregunta.

—Sí, estoy muy segura, Leena, acompañame a buscar a Roman.

—Sí.

Leena me acompaña, abro la puerta de la habitación de Melissa, encontramos a Roman sin camisa, está sentado en la cama con un laptop, él cerró enseguida.

—Espera aquí— le pedí a Leena, ella asintió, cerré la puerta.

—¿Qué hacen aquí?— preguntó nervioso.

—¿Tú qué estás haciendo?.

—Melissa, ya tiene muchísimo dinero, la fortuna que le dejó su madre la estaba revisando... y ya saqué lo que necesitábamos la parte faltante, nuestras deudas se acabaron y como acordamos estaré a cargo.

Sonreí, me acerco a mi hijo, acaricio su cabello.

—Eres brillante, pero lo mejor es que yo te asesore, Roman... y tenemos que consultar con tu padre antes.

Roman frunce su ceño, dejó a un lado la laptop, se levanta molesto.

—¿Consultar con mi papá? ¿qué me asesores tú? Déjate de bromas, YO recuperé la empresa, YO puedo solo y YO la haré crecer, ustedes ya estuvieron al frente del negocio y lo perdieron, esto me corresponde a mí.

—Roman, yo quiero ayudarte pero entiende que no estás tan preparado como crees con tu padre podemos encargarnos aún...

—NO entiende que no, tomaré todo lo que es mío, ya es momento de que yo esté al mando y lo haré mucho mejor que ustedes, ya verán.

—Bueno, hijo luego hablaremos de eso.

[Leena]

Intentaba detrás de la puerta alcanzar escuchar un poco, pero no lo conseguí, la puerta se abre, veo a Clarissa me sonríe.

—Entra, Roman quiere verte.

Clarissa se fue, entré en la habitación de Melissa con dudas, cierro la puerta con seguro, Roman se da la vuelta para verme.



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En el texto hay: amistad amor y drama

Editado: 14.07.2022

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