Amigos en matrimonio

No me dejes nunca #67


"Y te fuiste como si nunca hubieras estado, dejando toda mi vida al filo de un abismo sin decirme que hacer después"
—Matthew Robles.

[Melissa]

Roman sólo se fue cerró la puerta de una forma violenta, no le importó dejarme aquí sola, me pasé leyendo la etiqueta de la cajita con jugo que estoy bebiendo, no puedo hacer nada más, me siento muy sola, tengo ganas de irme de aquí, el doctor me hizo muchas preguntas para llenar un informe, me abrazo a mí misma comencé a llorar.

No puedo creer todo lo que me pasa, todo mi mundo se derrumbó en un abrir y cerrar de ojos, la persona que más amé me destruyó, no le importó aprovecharse del amor que le tengo para sacar ganancias... para robarme, no es el dinero que me robó lo que me duele, si no que me pintó todo un cuento falso, todo era un gran engaño, lloré con todas mis fuerzas queriendo soltar todo ese dolor.

Escuché la puerta ser abierta, es Edmond, cerró la puerta al pasar, se aproxima hacía mí, pone sus manos en mis mejillas, que distinto se ve... se cortó el cabello, Edmond me abrazó cuidadosamente, lloré nuevamente estando en sus brazos me envuelve su hermoso perfume.

—Tu papá me avisó, me pidió que me quede contigo un tiempo— me avisa, acaricia mi cabello, se aleja para verme a los ojos, que preciosos ojos grises que tiene —. ¿Qué pasó?— me pregunta angustiado.

—Sólo abrazame, Ed, me duele el alma... me quiero olvidar de todo, me duele— expresé llorando.

Edmond me abrazó con mucho cuidado, siento como revisa las vendas.

—¿Roman te trajo aquí y se fue nada más?— me pregunta separándose.

—No vuelvas a mencionarlo, no quiero saber nada más de él en mi vida— pedí.

Edmond asintió, me da pañuelos descartables, limpio mis lágrimas y mi nariz que no para de gotear, la puerta se abre, veo a Reese entrar con bolsas grandes, empujó la puerta con su trasero cerrandola.

—¡Nena! Te traje ropa y todo lo necesario para que te arregles... se ve que no sabes quien ha venido a visitarte, sin dudas eres su favorita— se indigna dejando las bolsas sobre la cama.

—¿Quién vino?— pregunté en voz baja mirando las bolsas algo desanimada.

—Letizia nuestra abuela, ella no visita a nadie, pero por ti tomó un largo vuelo— contó, abrí mis ojos sorprendida, lo que tiene mi papá de solitario lo heredó de mi abuelita Letizia —. También te sorprendes, yo no lo podía creer, pero aún no la he visto.

Miré a Edmond, le agarré la mano llamando su atención, él tomó mi mano me sonríe.

—Es muy lindo gesto que tu abuela haya venido a verte, espero que compruebes que para todos eres muy importante, Melissa— probó.

—Estoy algo nerviosa... la vi una vez de lo que tengo memoria, Reese ¿y mi papá? Lo quiero ver— pedí.

—Estaba firmando algunas cosas, ya lo llamo, tranquila— dijo apretando los dedos de mis pies que están cubiertos con la sábana.

Aún sostengo la mano de Edmond.

—¿Qué te pasa? Te ves preocupada.

—No... no lo sé, sólo quiero estar con mi papá, no sé, pero me siento muy mal— expresé, mis pies se mueven inquietos, comencé a rascar mi oreja que no tarda en calentarse.

—¿Quieres que te deje sola con tu papá o me quedo?— preguntó soltando mi mano.

Tan distante que está conmigo.

Antes de poder responderle mi papá entró en la habitación, pobre mi padre se ve tan mal, Edmond fue a cerrar la ventana que Roman abrió, mi papá me da un abrazo lleno de cariño... es lo más real que tendré en mi vida, el amor que me tiene mi papá, se sienta en la cama, me acurruco junto a él, me acaricia el cabello, me quedé ahí escuchando su corazón andar, me siento más que completa ahora, miré a Edmond ordenar mis cosas.

No puedo creer que esté aquí.

Me pregunto ¿por qué nos distanciamos tanto? Reconozco que después de esa desastrosa fiesta maltraté a medio mundo, los odiaba, pero me hicieron algo horrible y no conformes me humillaron en una fiesta en la que sólo quería reunir a personas que aprecio y pasarla bien.

En fín a lo que voy es que Edmond no hizo un gran esfuerzo por quedarse conmigo, no sé... él anduvo muy ocupado, dejó de quedarse en el país eso me puso muy triste, las pocas veces que hablamos le escribía yo para salir juntos, pero me terminaba contando que estaba en Francia, nunca me cuenta por qué regresa allá, el celular de mi papá comenzó a sonar, él me aleja lentamente, se va para contestar, veo a Edmond con su celular se acerca a mí despacio, me muevo haciéndole espacio, se sienta junto a mí, apoyo mi cabeza en su hombro, miramos tik tok lo instalé y no lo ha borrado.

Edmond pone su mano sobre mi brazo sujetandome, de repente veo un mensaje de una tal Angélica y unos tantos de Mackenzie, él tiene un millón de notificaciones ¿es tan famoso?.

Bajé la barra superior para abrir los mensajes me gana la curiosidad.

—¿Quién es Angélica?— pregunté mirándolo fijamente.

Edmond me enseña su foto sin algún problema, es una mujer morena... es preciosa.

—Ella es una amiga, trabajamos juntos en Francia, canta, es modelo ¿qué pasa?— me pregunta —. Es muy buena persona... si quieres las presento, pronto será mi cumpleaños.

Arrugo mi nariz en desaprobación, negué con la cabeza.

—¿De dónde es?— intento averiguar más.

Edmond suspira para contestarle, la mujer esa le puso "cariño te invito una copa más tarde" me quedé con la boca abierta mirando a la pantalla y a él repetidas veces.

—Es de Colombia— me contesta, apaga el celular y me ve.

—¿Así es tu amiga? Te llama "cariño" además sólo le contestaste a ella.

—Ella le dice cariño a todo el mundo jajaja de verdad sólo somos amigos— aclaró.

—¿Qué edad tiene Angélica?— pregunté.

—Tiene... veintiséis años— contesta.

Que joven es.

Me quedé con la vista al frente, ella es mucho más linda que yo, con razón a Edmond le doy lo mismo, Reese regresó.

—Melissa, ya podemos irnos de aquí, vístete— avisa, asentí.



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En el texto hay: amistad amor y drama

Editado: 14.07.2022

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