«¡Dios mío!, ¿qué clase de broma pesada es esta? ¿Cómo puede saber mi nombre completo? Son pocas las personas que conocen mi nombre. Esto tiene que ser una broma. ¡Tiene que serlo!».
Después de haber pasado toda la tarde con Emily pensando quien pudo haber hecho una broma tan pesada y terminando los deberes, que quisiéramos o no teníamos que terminar, ella decidió que era mejor que se fuera a su casa porque se estaba haciendo tarde para la cena y su mamá odia que llegue tarde a cenar.
Al irse Emily, no podía superar aquel mensaje tan macabro; la persona que estaba haciendo esto debe ser un completo lunático y a la vez un genio porque intentamos llamar, buscar el numero en internet a ver si encontrábamos algo sobre el dueño y preguntar entre nuestros amigos, pero no hallamos nada y la cuestión es que sentía que las cosas se estaban saliendo de control. Todo esto me tenía muy consternada.
—¿Te pasa algo, hermanita? —preguntó mi hermana menor Sofy a la hora de la cena en susurró, para que mi madre no escuchara, con aparente curiosidad y preocupación.
—No es nada, no te preocupes —respondí intentado que no se notara mucho la angustia que sentía.
—Cuéntanos que tal ha estado tu día, Karl. Has estado muy callada hoy —intervino mi madre con esa mirada hermosa que siempre nos regala a mi hermana y a mí.
—Todo ha estado muy bien, mamá. Todo de maravilla como siempre —le dije intentando mostrar una sonrisa, la cual, al parecer, fue muy convincente porque no dio larga al asunto y nos contó cómo le había ido en el trabajo que cada día estaba más pesado.
Siento que mi celular vibra en mi bolsillo y veo quien interrumpe mi cena.
Nuevo mensaje: Desconocido.
No digas mentiras a tu madre. Las mentiras no son buenas. Tu más que nadie debe saber eso. — 7:05 p. m.
Coloco los ojos como platos mientras mi madre dice: —Karla, nada de celulares en la mesa. Sabes que no me gusta eso —Me mira con aparente preocupación—. ¿Pasó algo?
—Nada mamá, voy a mi cuarto tengo que llamar a alguien urgente. Es sobre algo de la escuela —mentí abandonando la mesa dejando a todos muy preocupados por mi comportamiento poco habitual; aún más por el hecho de que no comí mucho cuando normalmente como demasiado.
Nuevo mensaje: Desconocido:
No deberías contestar así a tu madre. Aunque de ti nada me sorprende. Ya no. ¡Cobarde! — 7:08 p. m.
Ya en mi habitación lo primero que se me ocurrió fue llamar a Emily para contarle todo lo que había pasado. Todo esto se estaba volviendo muy loco.
«Contesta, Emy. Contesta. Contesta».
—¿Hola? —se escucha la voz de Emily al otro lado de la línea después de tres tonos, al parecer se estaba arreglando el cabello como lo hacía cada noche a esa hora, era como una especie de ritual extraño que ella tenía.
—¡Me acaba de llegar otro mensaje del mismo número desconocido! y sabe que estaba mintiendo a mi madre, no sé cómo lo hace. Cuando me entere de quien es lo mato, juro que lo mato. Lo voy a coger por el cuello y… —dije lo más rápido que he podido en toda mi vida. Estaba demasiado sobresaltada.
—¡Espera! ¿Qué? —dijo Emily asustada.
—Así como escuchaste —respondí azorado.
—Solo entendí una parte. ¿Cómo así que sabe lo que estás haciendo? ¿Cómo es posible?
—No lo sé, pero esto cada instante me molesta más —dije analizando mi rostro lívido en el espejo que tenía en mi cuarto: ojos marrones claros, cabello castaño muy oscuro y alborotado; y donde tantas veces me había visto pero nunca como ese día: mi rostro parecía una piedra, duro y con una mirada furiosa. Di un golpe a la pared sin sentir ningún dolor de la ira que albergaba.
—Sigo insistiendo: que broma tan pesada la que te están gastando.
—No hay duda de que sí. Esto ya no es broma, alguien quiere saber de verdad como soy cuando me pongo rabiosa y lo van a conseguir. No falta mucho.
Al colgarle a Emily traté de dormir lo más que pude, pero fue casi que imposible, y al final solo dormí dos horas porque al día siguiente tenía que ir temprano a clases como todos los días.
«Tal vez estando en la escuela se me olvide todo esto y el que está haciendo esto me deje en paz antes de que, de verdad, conozca mi lado malo».
Editado: 24.11.2019