Amnesia

Capítulo 2

Asistencia médica



 

La sala dónde me encontraba esperando al doctor, era totalmente blanca, tan así que hacía doler la vista.

Daniel aún estaba junto a mi, haciéndome compañía. Me cuesta creer que, este chico desconocido, decidió ayudar a una chica parada en medio de una carretera y cubierta de sangre, y que, además sólo sabía su nombre, gracias a un carnet.

  Todo este asunto me tiene triste y frustrada, solo...desearía que todo este asunto fuera una simple pesadilla.

   La puerta (también blanca), se abrió con un chirriante sonido, provocando que ambos voltearamos a ver al doctor, al mismo tiempo.

 

- Tu debes ser Artie Donovan, ¿cierto? .- Preguntó con voz imponente a la vez que, revisaba sus papeles.

 

- Si, doctor.

 

Dejó sus papeles sobre una pequeña mesita junto a la camilla, donde yo me encontraba sentada. Se paró frente a mí, y se colocó guantes de látex.

 

- Voy a revisar tu herida y ver cuántos puntos necesita que le coloquemos, ¿okey?.- Yo asentí, y mientras comenzaba a revisarme, le hizo un par de preguntas a Daniel, quien, con cortesía respondía a cada una de las preguntas del doctor.

 

Una hora después y un pedazo menos de cabello, me encontraba en la misma camilla, descansando luego de que me pusieran los puntos y me hicieran miles de exámenes, y...Daniel aún seguía a mi lado. Ambos estabamos esperando al doctor para que me dijera finalmente, que es lo que tengo.

 

- ¿Por qué sigues junto a mi, Daniel? .- La pregunta brotó sola de mis labios, e hizo que Daniel me mirara de forma abrupta.

 

- ¿Por qué lo preguntas?.- Su rostro revelaba sorpresa e incredulidad, pero ninguna pizca de perversidad. 

 

- No me conoces, soy una desconocida...cualquier persona normal me hubiera dejado en urgencias y se hubiera marchado tranquilamente a su casa.

 

   Él me miró a los ojos un momento, es como si quisiera decirme algo.

 

- Te ves tan perdida que...no quiero dejarte sola por ahora. ¿Entiendes?.

 

- Creo que…

 

  En ese instante, el doctor ingresó a la sala, pero con una extraña expresión en su rostro...me miraba con lástima.

 

<<¿Qué es lo que tengo?>>

 

Y como si hubiera leído mis pensamientos, respondió.

 

- Se que esto no es fácil de digerir Artie, pero es mejor que te lo diga ahora.- Daniel volteó a verme primero, y después al doctor. Creo que está igual de nervioso que yo...tengo miedo.- Artie Donovan, fuiste diagnosticada con Amnesia Retrógrada…

 

Si el doctor dijo algo más, no pude entenderlo en ese momento. Mi mente estaba más perdida de lo que creía. Mis oídos comenzaron a percibir un pitido agudo, y mis ojos se nublaron por las lágrimas mientras, un nudo se formaba en mi garganta.

  Tengo amnesia…

Si tuve familia, existe una gran posibilidad de que no la recuerde nunca más y si alguna vez tuve un hogar...esto no puede estar sucediendo.

 

¿A dónde iré ahora?, ¿yo trabajaba o estudiaba?, ¿tendré que dormir en la calle desde ahora?

 

- ¿Artie?...¿Artie me escuchas?

 

  Una mano me sacudió suavemente para que reaccionara.

 

- Si…

 

La siguiente hora se pasó entre varias lágrimas mías, y demasiadas preguntas con pocas respuestas. Al parecer, olvidé todo antes de que ocurriera el accidente y según el doctor, aquellos recuerdos volverían con el tiempo, y que no debía forzarme a hacer memoria, pues, solo lo empeoraría.

  Ya estaba amaneciendo cuando me dieron el alta, y ambos nos encontrábamos frente al auto, sin saber qué decir.

Él tenía las manos en los bolsillos y observaba, bastante concentrado sus desgastadas converse. Yo estaba pensando en qué diablos hacer. Las opciones eran las siguientes.

 

  1. Duermo bajo un puente.
  2. Pido limosnas en el metro…¿Esta ciudad tiene metro?

 

- Artie...se que no nos conocemos de nada pero...bueno, yo…- Comenzó a hablar, aun con la vista en sus zapatillas, yo me crucé de brazos para tratar de entrar en calor.- Yo tengo un apartamento, dos habitaciones y dos baños...y pues…¿Te gustaría quedarte unos días?

 

Con esa pregunta, por fin me miró a los ojos, y estaba visiblemente sonrojado. No sabía que responder a eso...al menos, después de todo lo que hizo por mi hasta ahora, me ha hecho descartar que sea un asesino en serie o un psicópata.

 

- O puede ser hasta que recuerdes algo…¿Aceptas?.- Mordió su labio mientras me miraba, esperando una respuesta de mi parte.

 

  Bueno, era eso o un puente…

 

Acepté su propuesta, y nos llevó hacia su apartamento, el cual se encontraba, relativamente cerca del hospital donde estábamos.

  Era un gran edificio junto a la calle, con un pequeño acceso a un estacionamiento que daba al sótano del complejo.

Bajamos del auto, y Daniel me guió hacia un elevador que nos llevaría a nuestro destino. Íbamos callados e inmersos en nuestros pensamientos, por mi parte, quería llorar nuevamente, pero esperaría a estar sola para hacerlo. Ya le he dado bastantes problemas por ahora.

   Ya en el pasillo, frente a una puerta color caoba, él empezó a buscar la llave para abrir. Y mientras lo hacía me dijo.

 

- Puedes bañarte en lo que hago algo para comer y te busco algo de ropa, creo que mi hermana se dejo algunas prendas, la última vez que vino…- Volteó a mirarme unos segundos, para luego, introducir la llave a la cerradura.- Se llama Margaret, por cierto.

 

Quise responderle algo cortés, pero temía que, si abría la boca, sólo saldrían sollozos. Me mantuve callada mientras él empujaba la puerta hasta abrirla por completo.




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