Isabelle
Lunes 7 de junio de 2021.
—Pagarás por haberte cruzado en mis planes maldita perra —amenaza mientras me desespero queriendo escapar, pero solo consigo que me sujeten más fuerte. Dos hombres son los que me sostienen mientras esa mujer me golpea. Solo quiero que mis hijos estén bien, que alguien nos esté buscando.
—Por favor déjenme ir no diré nada —suplico llorando más fuerte cuando recibo otro golpe.
—No vas a salir viva de aquí. Me encargaré de matarte a ti y a tus bastardos —dice mientras agarra un hierro y comienza a golpear mi vientre, intento protegerme con mis brazos, pero no lo logro del todo.
—¡Mami! —escucho a los lejos unas voces y siento como me mueven e inmediatamente me despierto asustada y veo a mis pequeños hijos mirándome asustados. De nuevo esas malditas pesadillas, todas las noches las tengo desde hace más de cuatro años.
Dejo mis pensamientos de lado para concentrarme en mis pequeños ángeles, ellos son mi motivo para seguir adelante a pesar de todo.
—Bonjour les amours (hola amores) —les saludo mientras sonrío.
—Bonjour mamie (hola mami) —responde mi pequeño Alessandro Matteo. Es una copia exacta de su padre con sus ojos azules, su cabello rubio, lo único que saco a mí es su carácter, Matteo es muy simpático, y le gusta hablar mucho, todo lo contrario a…él.
—Ciao —saluda mi princesa Chiara Juliette. Me encargué de que aprendieran francés y un poco de italiano, lo cual aprendí con ellos. Mi niña ama hablar en italiano, ella tiene los ojos azules de su padre, pero su cabello es un negro oscuro como el mío. Mi niña es muy reservada y seria como Alessandro.
—¡¡Mami!! Tenemos hambre —me dice mi pequeño haciendo que vuelva a la realidad.
—Bueno, vamos a preparar el desayuno, pero primero tengo que cambiarme así que esperenme en el comedor.
Mis soles salen de la habitación por lo que aprovecho para levantarme de la cama y prepararme rápidamente. Me pongo una camisa de mangas tres cuartos, una pollera hasta las rodillas y unos zapatos no tan altos. Trabajo en el Hotel Intercontinental Marseille - El Hotel Dieu que está ubicado en un magnífico edificio del siglo XVIII en el barrio histórico de Marsella.
Al no terminar mi carrera y además teniendo a dos bebés en ese entonces fue en el único lugar donde me dieron la oportunidad de poder trabajar. Actualmente, sigo trabajando medio tiempo porque me gusta el trabajo, de igual manera estoy pensando en dejarlo ya que no doy a vasto, y además me dedico a mi profesión. Hace dos años me recibí de Diseñadora de Interiores y por suerte tengo mucho trabajo.
Una vez preparada me dirijo a la cocina a preparar el desayuno de los mellizos, ya que enseguida debo llevarlos al Kínder y luego debo ir al trabajo.
Después de desayunar entre risas debido a sus ocurrencias, los preparó y nos dirigimos a nuestro destino. Pongo música y todo el trayecto vamos cantando, estos momentos son los que más disfruto.
—Sei bellissima amore mio (Eres hermosa amor) —habla en mi oído y yo solo sonrío ya que nunca entiendo lo que dice.
—No entiendo lo que dices.
Él se ríe de mis palabras provocando que mis mejillas se sonrojen.
Vuelvo a la realidad cuando llegamos al jardín de infantes, me bajo del auto para ayudarlos con sus cosas y seguidamente acompañarlos hasta la entrada, en donde me despido de ellos, y prometo que compraremos helado a la salida.
En una semana es el cumple número cinco de los mellizos, y también se cumple cinco años y cuatro meses que no sé nada de él.
Buenas... espero que hayan disfrutado del capítulo.
Nos leemos pronto...
Estefanía...Saludos ❤️