Amor a prueba de adversidades

Capitulo 19: La verdad.

 

Alessandro

Me he sentido mal desde aquella noche en la que tuve esa pesadilla, parecía tan real. Además, estaba mi madre y Elliot, quienes actúan de una manera muy extraña. He venido a trabajar más temprano de lo normal y no he parado hasta ahora, miro el reloj, y este marca las 2 de la tarde. No tengo apetito así que trabajaré un rato más.

  Al escuchar la puerta de mi oficina y unos pasos levantó la vista para mirar fijamente a la persona que ha llegado. Sonrió al reconocer a mí hermana y ella hace lo mismo. No nos vemos hace varios meses por mi trabajo y mis viajes. Me levantó de la silla y me acercó hasta donde está, abre sus brazos y me recibe con un fuerte abrazo. Nos mantenemos así unos minutos, hasta que nos vamos separando de apoco y le indicó que tome asiento, por lo que caminamos hasta las sillas.

 

—¿Cómo has estado, principessa? —pregunto en un tono de voz suave.

—Bien, elfo, pero te extrañaba —dice haciéndome un puchero. Frunzo mi ceño porque odio el sobrenombre que me puso cuando era una niña.

—Sabes que odio que me llames así —le recuerdo haciéndome el enojado.

—Bueno, elfo —dice riendo. La observo con desaprobación, pero no digo nada.

—¿Qué te trae por aquí pequeña? —pregunto con una sonrisa. Me observa al mismo tiempo que busca algo en su bolso.

—Sé que no quieres que te mencioné a Isabelle, pero es algo que no puedo esconder más —habla en un tono cansado mientras yo inmediatamente borró mi sonrisa para ponerme tenso. Odio que siempre me la recuerden, lo único que quiero es olvidarla.

—Está prohibido pronunciar su nombre y tú lo sabes —digo enojado —. No me interesa nada que tenga que ver con ella —aseguro al mismo tiempo que me levantó de mi silla. Me pone de mal humor que ella cause tanto en mí.

—Es importante ella no hizo nada de lo que nuestra madre y tu amigo te han hecho creer —trata de explicarme —. Ella nunca hubiera hecho nada de lo que se le acusa y... —la interrumpo tirando lo que hay en mi escritorio haciendo que se asusté y se levanté también. En consecuencia, se abre la puerta y por ahí aparece mi cuñado Dante, parece asustado. Este se acerca a mí hermana cuando la ve paralizada por lo que sucedió minutos atrás. Cuando llega hasta ella la inspecciona como tratando de comprobar que está bien para luego abrazarla, dejo de verlos cuando observo el teléfono de mi hermana en el escritorio, pero eso no es lo que me confunde, sino que tiene un vídeo y parece ser de Isabelle, inconscientemente tomo el artefacto y pongo para que inicie el vídeo.

   Nada me hubiese preparado para lo que estoy viendo, se trata de Isabelle embarazada, está siendo golpeada brutalmente por dos personas, que cuando logro descifrar sus rostros, pasó de estar enojado a quedarme completamente pálido. Son mi madre y Elliot golpeando a mi mujer, está solo trata de proteger su vientre mientras súplica que se detengan. Comienzo a respirar con dificultad al mismo tiempo que me quitó de un tirón mi saco y desprendo unos botones de mi camisa. Ella no puede ser la víctima, no me pude haberme equivocado. No pudieron hacerle eso a ella, a mi mujer, y a...a mis hijos, son míos.

—No, no, no... Puede ser ella —digo con el llanto atascado y el corazón destrozado mientras niego repetidamente —. Dime que no es verdad, que no le hicieron esto a ella.- digo con la voz rota mirando ahora a mi hermana. Solo se mantiene en silencio, esto solo me produce más desesperación, al mismo tiempo que siento como voy cayendo al vacío.

—Lo siento, muchas veces quise decirte, pero ni siquiera tenía pruebas —dice —. Solo había escuchado una conversación de Lorenza en donde decía que acabaría con tu relación. Además, de todas las veces que humilló a Isabelle, yo fui una maldita cobarde que no hice ni dije nada —explica mientras llora. 

—Tú eras una niña, amore mio —interviene mi cuñado y estoy de acuerdo con él. Yo era el que debía hacer algo no ella. Yo debí escuchar a mi esposa, pero en cambio la saqué de mi vida —. Hay algo que descubrí está mañana —dice haciendo que lo miremos de inmediato —. El investigador no encontró nada porque tu madre le pago para que no nos informará por lo que jamás lo haríamos —explica, no sé de qué están hablando.

 

—Por eso nunca encontramos nada, ella estaba metiendo sus manos —la observo sin entender —. Cuando pude salir de las garras de nuestra querida madre, con ayuda de Dante comenzamos a buscar pruebas que mostrarán la inocencia de Isabelle y a investigar sobre su paradero, pero no encontramos nada —me explica. Ella no es más que otra víctima.

 

—No pude ser tan estúpido- digo mientras me siento en mi escritorio tratando de procesar todo, tomó mi teléfono para llamar al investigador —. Necesito que investigues todo sobre Isabelle desde hace 5 años atrás hasta ahora, y lo quiero lo más rápido posible. También investiga y vigílalos a Lorenza Lombardi y Elliot Messina —pido para luego terminar la llamada y dirigir mi mirada a ellos —. Necesito estar solo —les digo porque en estos momentos tengo que aclarar tantas cosas.

 

—Está bien, pero tengo otra cosa que decirte —dice mi hermana y yo solo asiento en silencio —. Falsifique los papeles del divorcio, es decir que siguen casados —explica consiguiendo que la mire con los ojos bien abiertos. Eso quiere decir que Isabelle sigue siendo mi esposa —, lo siento si te molesta, pero es lo único bueno que hice —se disculpa a lo que niego con un movimiento de cabeza.

—Gracias por decirme la verdad. Mandaré a unos guardaespaldas para tu seguridad, no sé de qué son capaces —digo. Es mejor tomar precauciones, por lo mismo necesito encontrar a mi mujer y mis hijos para protegerlos.

—No te preocupes mi mujer no sale de la casa sin guardaespaldas —dice Dante serio provocando que me enoje.

—No me gusta que te refieras a ella como tu mujer —gruño porque es su novia no su mujer.




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