Amor a prueba de adversidades

Capitulo 24: Desahogándonos.

 

Isabelle

       Me encuentro en la clínica sin poder hacer nada, ni siquiera me dejan saber lo que está pasando afuera. Según, Alessandro pronto tendré a mis hijos conmigo, como siempre tuvo que ser si el me ayudaba, por otro lado, me prometió que él se encargaría de resolver todos los problemas que tengo, tales como mi enfermedad. Sé que él tiene mucho poder, pero lo único que quiero es que me traiga a mis hijos, lo que suceda conmigo ya no es su problema.

   Ya hace dos días que estoy postrada en esta cama, cada minuto que pasa siento como me desespero por no saber cómo están mis soles, si los trataran bien, si les darán de comer, si ya los dieron en adopción, si me extrañaran como yo a ellos, si piensan que los abandoné por no volver como se los prometí. Para este momento ya no tengo ni fuerzas para luchar contra esta enfermedad y con lo que me tiene preparado la vida. También, sé que el medico se ha dado cuenta de eso, pero es que no lo puedo evitar, cada vez que he intentado levantarme y seguir algo sucede para volver a caer en la oscuridad, en la tristeza, en la desesperación. Por otro lado, a pesar de estar agradecida de que Alessandro me esté ayudando con lo de nuestros hijos, no puedo evitar sentir amargura, odio y desconfianza de él, sé que, aunque lo intentemos o simplemente convivamos por ellos, nada volverá a ser lo mismo, ninguno es el mismo que hace 5 años, hemos cambiado de buena o mala manera por todo lo que pasamos, además de que él está sufriendo por lo que nos hicieron, pero de cierta manera también es su culpa por no confiar en mí, porque por más pruebas que existieran el debió creer en su esposa, en la mujer que le dio todo sin esperar nada a cambio, pero por el contrario, fue más fácil creer en lo que estaba haciendo y por otro lado, creo que por más que lo haya traicionado, no merecía que me tirara a la calle como si no valiera nada, ni siquiera me dio el beneficio de la duda, ni siquiera pensó en ese ser que crecía en mi vientre, que no tenía la culpa de nuestros problemas.

   Aunque lo siga amando, también lo odio por ser uno de los causantes de todas mis desgracias, por tener que mentirles a mis hijos por tantos años para que no sufrieran por su padre que nos abandonó, por no haberme creído cuando le dije que la actitud de su amigo no me gustaba cosa que me hubiesen evitado tantas situaciones que me lastimaron, por no haber estado para protegernos cuando me secuestraron, cuando creí que los perdería, por no escucharme hace meses cuando me humillé ante él, por ser un maldito desgraciado que viene pidiendo perdón, consolándome, metiéndose en mi vida nuevamente, como si no fuera uno de los causantes. No sé si algún día lo pueda perdonar, y tampoco me gusta la idea de no perdonarlo, pero no es fácil ver a la persona que te juro su amor, para luego arrancarte de su lado, también tengo en cuenta que mis hijos necesitan a su padre. Por lo mismo, necesitamos desahogarnos, para poder continuar, sé que no debo ser egoísta ya que ahora no se trata de nosotros sino de mis razones de ser, qué están por encima de todo y de todos, y si ellos son felices con su padre yo podré soportar tenerlo cerca.

    Por todo esto, le he dicho a Alessandro que necesitamos hablar a lo que me respondió con un asentimiento. Sí, es verdad que lo vi muy  asustado cuando supo mi enfermedad y de que mis hijos se encuentran en un orfanato, también me he dado cuenta que no ha dormido desde que estamos en la clínica, y tal parece que no duerme hace muchos días, tampoco lo he visto comer, solo se ha dedicado a ver si necesito algo, está al pendiente de lo que dice el médico, hemos tenido acercamiento pero siempre cuida sus movimientos para no incomodarme, eso lo agradezco ya que no sé cómo pueda reaccionar si lo tengo mucho tiempo cerca, tal vez me lance a sus brazos para suplicarle que no me vuelva dejar sola en este mundo tan cruel.

 

Otra cosa que he notado es la tristeza que tiene en su mirada, y lo atormentado que se encuentra, tal vez debería alegrarme el saber que está sufriendo como yo, pero no puedo me duele verlo así, me duele que nuestra historia haya terminado tan mal, que todos estemos sufriendo, y no haber logrado formar esa hermosa familia que tanto deseamos, todos nuestros proyectos juntos.

   Por las noches, lo veo llora en silencio, como aprieta sus puños con mucha fuerza, para luego de unos minutos enterrar su rostro en su regazo llorando desconsolado como si fuese un niño pequeño al que le han quitado lo más preciado que tenía, siempre lo veo sin que se dé cuenta, para seguidamente terminar llorando de la impotencia que siento.

     Por rato veo como suena su celular, este al verlo siempre sale de inmediato afuera de la habitación, es obvio que no desea que sepa lo que habla, o quien lo llama. He llegado a pensar que tiene pareja, porque seamos honesto han pasado 5 años de nuestra separación, él no debe amarme más, de seguro me está ayudando por lastima o por cargo de conciencia. No voy a negar que siento celos, porque me estaría mintiendo a mí misma.

   Mi celular no tiene batería, me lo ha dado Alessandro, me dijo que lo llevaba en el bolsillo. Mi amiga estaba muy asustada, por lo que tuve que tranquilizarla. Me dijo que vino con la intención de golpear al imbécil de mi ex, palabras textuales de Zoé, solo puedo sonreír ante su comentario, y al imaginarme a un Alessandro serio y a ella queriendo golpearlo.

   Dejo de pensar cuando escucho la puerta y los pasos de alguien, no hace falta que levante mi vista para saber de quién se trata, su sola presencia me eriza la piel, me sudan las manos y siento mi corazón latiendo a mil. Levanto la mirada para encontrarme con esos ojos azules que tanto me gustan, el me regala una pequeña sonrisa, pero trato de verme indiferente ante su presencia por lo mismo tomo una postura seria, en consecuencia, borra su hermosa sonrisa, haciendo una mueca. Sin decir nada se acerca un poco sin interferir en mi espacio personal.
 




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